Cuando
una madre impide que un hijo tome a su padre, le está negando el éxito social,
le quita fuerza, le crea una personalidad llena de estrés y hace que pierda el
equilibrio interno de las dos partes. Rechazar o excluir al padre hace que te
quedes atascado en esa energía de lucha.
TOMAR
AL PADRE A TRAVÉS DE LA MADRE:
La madre
da protección, cuidado y abre a una supervivencia desde su útero.
Si la
madre ve al padre con amor, reconociendo en él un hombre con un linaje
masculino lleno de fuerza, reconoce también a sus antecesores.
Si es
así, el hijo o la hija puede ir hacia el padre con fuerza.
Por este
motivo, el primer paso para tomar al padre, es tomar a la madre.
Tomar a
mamá es tomar la vida tal cual es y al hacerlo, ella te da el permiso para
tomar a papá.
Es la
madre quien incluye al padre en el corazón de los hijos.
Si
anteriormente mamá no te dio el permiso para tomarlo, quizás fue porque estaba
enfrentada a él de una forma implícita o explícita.
AL
TOMAR AL PADRE:
Consigues
más claridad mental.
Tienes la
capacidad de poner y ponerte límites.
Posees la
fuerza para tomar decisiones.
Te aporta
la capacidad de sentirte en paz contigo.
Te da la
facultad para empezar negocios.
Obtienes
más fuerza para afrontar tus objetivos.
Avanzas
hacia la adultez.
Afianzas
relaciones.
Viajas y
conoces otras partes del mundo.
Encuentras
tu proyección social.
Trabajas
en lo que te gusta.
Plasmas
la creatividad de lo femenino con claridad y fuerza.
SI
TOMAS A TU PADRE:
Sentirás
la fuerza de la vida.
Así
podrás dar tu fuerza, sabiduría, presencia a tus hijos, amigos, compañeros.
Créditos
a quien corresponda. . .
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