Una respuesta sencilla y entendible.
Por: Daniel Alberto Robles Macías | Fuente:
ConMasGracia.org
Esta
es una pregunta que, si a muchos de nosotros nos formularan, seguro nos tomaría
desprevenidos al desconocer la respuesta. Por eso, para que eso no pase
quiero de manera sencilla y entendible responderla.
La palabra
católico viene del griego Katholikos, que
significa “Universal”, fundamentado en la
voluntad del Señor Jesús al indicarle a sus discípulos: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la
creación” (Mc 16, 15). ¿Qué quiere decir esto? que
vayan a todo ser humano de la tierra, no a algunos, sino a todo el mundo. Por lo tanto, como
católicos formamos parte de una Iglesia única y universal que Cristo mismo
fundó y encargó al apóstol Pedro y sus sucesores.
Ser católico
significa creer en la totalidad de nuestra fe cristiana. Y cuidado, no te confundas, nosotros como católicos somos también cristianos, puesto
que creemos en Jesucristo el Hijo de Dios, que por el bautismo nos
hace parte de la gran familia celestial. “Vayan,
pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el
Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 20) Entonces, al igual que es correcto llamarnos católicos porque como iglesia acogemos a todo ser
humano que habite la tierra, también es correcto denominarnos cristianos ya que
somos seguidores de Cristo.
Ahora bien,
el formar parte de la Iglesia Católica nos compromete a guardar una estrecha
relación con Dios a través de su Hijo Cristo Jesús participando de los
Sacramentos instituidos por él mismo, de quien, además, debemos ser siempre
imagen y semejanza ante los hombres, para así ser verdaderos fieles ante sus
ojos. No es suficiente con llamarnos cristianos y
católico, debemos serlo y por lo tanto también vivirlo.
Es muy
triste ver a tantos hermanos que reducen su fe a sólo una misa de domingo
vivida de manera común y corriente, los llamados católicos de
nombre, que por si fuera poco viven prácticamente como si no lo fueran.
Por eso, hoy te invito a ser un católico verdadero, un católico
que vive y practica su fe en plenitud.
Te invito a
ser un católico que, consciente de su debilidad humana, se esfuerza por evitar
el pecado, conoce y estudia su fe, y que practica las buenas obras. Estamos llamados a imitar a Cristo, debemos amar y vivir como Cristo lo hace, en otras
palabras, debemos ser Cristos vivientes.
Grabémonos
que de nada nos sirve ir a misa ni participar en ministerios pastorales si no
vivimos de acuerdo al Evangelio, si no damos testimonio de Cristo en todos
nuestros ambientes. De poco nos vale ser bautizados
si después nos alejamos de Dios por culpa del pecado y no nos arrepentimos.
Tengamos
cuidado de no manejar una doble vida, ya nos lo advierte el Papa Francisco:
“¿Pero
qué cosa es el escándalo? El escándalo es decir una cosa y hacer otra, es la
doble vida. La doble vida en todo: yo soy muy católico, voy siempre a Misa,
pertenezco a esta asociación y a otra; pero mi vida no es cristiana, no pago lo
justo a mis empleados, exploto a la gente, soy sucio en las relaciones, reciclo
el dinero. Doble vida. Y tantos católicos son así. Y esto escandaliza”. (Homilía Misa en Santa
Marta, Ciudad del Vaticano 23 de febrero de 2017)
Seamos
verdadera Iglesia, siendo católicos comprometidos con nuestros hermanos, sin
pena ni miedos, sino con el coraje y la firme decisión de dar testimonio del
mismo Dios por quien se vive. Somos parte del mismo Cuerpo
que es de Cristo y, por lo tanto,
no podemos ser indiferentes a las necesidades del que más lo necesita empezando
por los que tenemos más cerca. Pidamos al Espíritu Santo que
es el autor de la unidad cristiana para que nos ayude a ser católicos de
verdad, en esta nuestra Iglesia que es universal, católica y cristiana.
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