La Diócesis de Albacete (España) ha mostrado su total respaldo al sacerdote que ha sido acusado de afirmar que “los homosexuales no son queridos por Dios” durante la homilía pronunciada el pasado domingo 14 de agosto.
“Se trata de una manipulación para decir cosas que
él no ha dicho. El sacerdote cuenta con el apoyo del Obispado y de su
feligresía”, ha explicado categórico el
vicario general de la Diócesis de Albacete, P. Julián Ros.
En conversación con ACI Prensa, el P. Ros reprocha además que La
Vanguardia, el medio que primero publicó la acusación bajo el título “Un párroco de Albacete dice que los homosexuales ‘no son
queridos por Dios’”, “nunca se pudo en contacto” con el Obispado para contrastar la noticia.
“Se trata de una manipulación” y de una actuación contra la “ética
periodística”, subraya el P. Ros, que es fácilmente comprobable pues el
mismo medio publica el
audio de la homilía. En ningún momento el presbítero
afirma que los homosexuales “no son queridos por Dios”.
Además, el P. Ros subraya que, más allá de la discrepancia que se pueda
expresar respecto de la doctrina explicada por el sacerdote, hay que denunciar
que en algunos medios se pasara al insulto, llamando incluso “hijo de Satanás” al cura señalado.
¿QUÉ DIJO EL SACERDOTE
EN LA HOMILÍA?
El sacerdote, protagonista involuntario de la polémica, afirmó en la
homilía, cuyo audio está publicado por La Vanguardia: “Se
nos está hablando de que hay que ser radicales ante un mundo con una cantidad
de ideas que se nos están vendiendo y las estamos recibiendo inconscientemente.
Estamos
siendo adoctrinados y nos vamos entibiando”.
“Hay muchas cosas que sabemos que, desde la ética
cristiana y desde los principios que recibimos de Dios, hay cosas que no pueden
ser aceptadas. Y nosotros poco a poco las vamos asumiendo como algo normal, como algo de
la realidad, como algo querido por Dios”, prosiguió el sacerdote.
El padre Óscar Díaz, presbítero colombiano que está estudiando la
Licenciatura de Teología en Albacete y que colabora en una parroquia de la diócesis,
puso el siguiente ejemplo de “la situación de las parejas
del mismo sexo” al respecto de lo que comentaba.
Así, realizó la siguiente distinción sobre estas relaciones: “Una cosa es que sea común, otra que sea
normal y otra cosa es que sea querido por Dios” para añadir que estas personas son libres “en su elección, en sus decisiones, en sus acciones”.
Sin embargo, advirtió que “eso no quiere
decir que esa libertad que se toma tenga que ser aceptada como algo normal, como lo correcto”, para
subrayar la doctrina católica de la distinción entre la persona pecadora y su
pecado.
“Se valora a la persona, no se juzga, ni se
acusa, ni se señala, ni se rechaza a la persona”, explicó, pero “nosotros no estamos obligados” a aceptar su forma de vida, puntualizó.
LO QUE ENSEÑA LA
IGLESIA SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
La enseñanza católica sobre la homosexualidad está resumida en tres
artículos del Catecismo de la Iglesia Católica: 2357, 2358 y 2359.
En estos artículos la Iglesia enseña que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza.
Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.
La homosexualidad como tendencia es “objetivamente
desordenada” y “constituye para la mayoría
de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba”.
Apoyado en la Sagrada Escritura, la Tradición ha enseñado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente
desordenados”, “no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y
sexual”, y por tanto “no pueden recibir
aprobación en ningún caso”.
“Las personas homosexuales están llamadas a la
castidad” y “mediante
el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental,
pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana”.
LENGUAJE INCLUSIVO Y
PEDOFILIA
El sacerdote también rechazó el lenguaje inclusivo propugnado por la
ideología de género y alertó contra el peligro que trasciende desdibujar las
diferencias entre varón y mujer, pues se trata de “también
borrar la línea que hay entre el niño y el adulto” de modo que los que
hoy son catalogados como pedófilos ya no tendrían la condición de
delincuentes.
En consecuencia, la pedofilia no sería definida como “una gravedad psicológica”, “sino como una identificación
sexual” según la cual “el varón tiene derecho
y el niño está en su deber de asumir una relación con el adulto”.
REAFIRMACIÓN DEL
SACERDOTE
En declaraciones recogidas por la Cadena SER
difundidas tras saltar la polémica, el sacerdote consideró que se habían
tergiversado sus palabras y abundó en el argumento ofrecido durante la
homilía:
“Lo que quizás se haya tergiversado es el hecho de
que me dirijo al tipo de relaciones que se establecen entre las personas del
mismo sexo. Pero de ninguna manera digo que a las personas que establecen relaciones del
mismo sexo, como personas, Dios no las quiere. Lo que Dios no aprueba es ese
tipo de relaciones”.
OTRAS POLÉMICAS
La controversia respecto de la homilía pronunciada por el P. Díaz fue
más allá de la interpretación maliciosa de su contenido, pues en un primer
momento también se cambió hasta el nombre del sacerdote por el de otro
presbítero incardinado en una diócesis distante.
El Obispado de Ávila, a través de sus redes sociales, ha reclamado una “rectificación pública” a los medios, pues el
sacerdote que forma parte de su clero “nada tiene que ver con el hecho
nombrado”, de tal manera que las informaciones estaban “vulnerando
así su imagen y honor”.
Medios como @LaVanguardia
o @sextaNoticias
han publicado una información sobre un sacerdote de Albacete, pero con el
nombre y apellidos de un presbítero de Ávila, que nada tiene que ver con el
hecho nombrado, vulnerando así su imagen y honor.
Solicitamos rectificación pública. pic.twitter.com/37qPB7dGMO
— Diócesis de Ávila
(@diocesisdeavila) August 18, 2022
Dada la trascendencia de la polémica y la evidente manipulación de las
palabras del sacerdote, el vicario general de la Diócesis de Albacete no
descarta la posibilidad de emprender acciones legales contra los medios de
comunicación involucrados, aunque aseguran que aún es pronto para decidirlo.
POR NICOLÁS DE
CÁRDENAS | ACI Prensa
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