Eres un hombre y no un Ángel. Así es, a veces te equivocas, y te atreves a decir, no lo que todos quieren oír, sino lo que el Espíritu Santo te inspira.
Desacomodaste a la Curia romana y
te atreviste a decirles a los obispos del mundo que un pastor debía tener el
olor de sus ovejas.
Mientras el mundo dice justicia, tú
dices Misericordia.
Rompiste el riguroso protocolo de
Roma, y tomaste el camino de la Sencillez y la Austeridad.
Te fuiste a vivir a la casa de
huéspedes del Vaticano, ocupando una sencilla habitación, y evitaste el lujo y
la predilección de los palacios.
Te han encontrado visitando
Inmigrantes en las Periferias de Roma, visitando las Cárceles, desayunando con
Mendigos, besando a los enfermos e Inválidos, alzando a los Niños, consolando a
las Viudas, y las Víctimas de la Persecución y la Guerra.
No eres ¡“San
Juan Pablo II”, ni “Benedicto XVI”, eres
tan sólo “Francisco”!
Te han acusado de Acoger a los
divorciados vueltos a casar ó a los que estén en relaciones irregulares y
atreverte a decir que por los Sacramentos no se cobra.
Golpeaste en su talón de Aquiles
a la Masonería, que desde tanto tiempo atrás, ha tratado de manchar el Nombre
de la Iglesia.
Las gentes querían un Juez y has
sido un Pastor, querían un leguleyo y un fariseo y te declaras a ti mismo un
simple Pecador, un Hombre necesitado de Dios.
Con simpleza dices que no eres más
que el obispo de Roma. Ni siquiera te haces llamar "Su
Santidad", prefieres ser tan sólo “Francisco”.
Por esto, y por muchas cosas más,
te declaran: ¡CULPABLE!
Culpable por abrirnos los ojos de
la vista, del entendimiento, de la razón pero sobre todo los ojos del Corazón.
Gracias por ser culpable de este
cambio radical, gracias Jesús por tu Elegido, por nuestro Único Pastor, a quien
debemos ¡Obediencia y Fidelidad!
¡Cuenta con nuestras
oraciones diarias!
¡Dios siga derramando
abundantes bendiciones sobre ti y nuestra Santa Iglesia!
Dios te bendiga y la Virgen te
Proteja y te Cuide, por haber escogido ser tan sólo "Francisco".
Por Felipe Gómez
Carlos Salazar
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