Mi abuela se fue de viaje y se siente sola la vida, me hace falta ver los caminos de su cara que formaban siempre una sonrisa.
Tiene
días que ya no escucho cantar a los pájaros, pienso que también ellos la extrañan.
Se
levantan a cada día y la buscan en su silla, pero no está, ya no la hallan.
los
Rosales del patio se van secando, de a poco caen sus pétalos, están llorando.
El mundo
sin mi abue ya no es el mismo, mi abuela se fue de viaje y no compró boleto de
retorno, el bus que abordó llevaba flores muchas y moños.
Tengo en
mi haber un par de aretes que ella portaba, tengo un libro antiguo que ella
amaba, tengo todo lo de ella pero no la tengo a ella...
Le he
hablado en la noche para que vea la luna, y mire cómo me sonríe, Pero mi abuela
se ha quedado sorda, no me escucha, el silencio de los viejitos no debería
existir, ella también se quedó muda porque ya no me canta, ya no me regaña. Ya
no la escucho reír.
Mi
abuelita se fue de viaje y el mundo está llorando, le falta un color al
arcoíris y flores al colibrí, le falta horas a este día y ella me falta a mí.
Esta
estación de autobús me asusta, no sé por qué la llaman cementerio, Mi abuelita
no murió, ella se fue de viaje, a alegrar un mundo nuevo, mi viejita no murió, ella
está en el cielo, desde ahí canta al amor de mi querido abuelo.
El cielo
está contento y las estrellas felices tiritan, porque las cuida más de cerca mi
bonita viejita.
- María Diaz.
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