Varias veces me he encontrado con católicos que no conocen muchos los recursos que la Iglesia nos recomienda para acercarnos a Dios.
También me he encontrado con
cristianos que, a pesar de considerarse parte de la Iglesia Católica, no
practican algunas de las recomendaciones dadas por esta.
¿Qué
tan importante puede ser conocer y seguir estas recomendaciones? Si alguna de estas prácticas
no me gusta o me cuesta, ¿es porque no es para mí?
A continuación, el Padre Mike
nos comenta un poco sobre la diferencia entre tener un estilo en la fe, y
conocer las prácticas básicas de la fe.
¿ESTILO O PRÁCTICA IMPRESCINDIBLE?
La Iglesia Católica es muy
rica en ritos, grupos, santos y oraciones. Es cierto que es un regalo de Dios
que puedas identificarte especialmente con un estilo de vida o movimiento de la
Iglesia, y encontrarte con tu espiritualidad.
También es cierto que la gran mayoría
de las enseñanzas de la Iglesia (por no decir todas) son una llamada para todos
los cristianos. En otras palabras, todos estamos llamados a
practicar la fe que enseña la Iglesia.
Algo que hay que tener claro
es que tener un «estilo» dentro de la fe, no será nunca un motivo para perderte
de encontrarte con Jesús por medio de las prácticas que Dios mismo nos ha
regalado.
De hecho, y como bien señala
el Padre Mike, si algo te quiere «eximir» de
alguna de estas prácticas, lo más seguro es que sea cuestión de orgullo.
Por ejemplo, no será nunca un
estilo de vivir la fe católica aquel que te enseña que confesarte es
innecesario, o que Dios está en todas partes y que por eso no tienes que ir a
misa.
Un
estilo dentro de la fe católica acoge todas estas formas de acercarse a Jesús (quiere disfrutar de todas), y
luego, lleva a cabo alguna en particular de forma especial.
Veamos otro ejemplo, la Madre Teresa de Calcuta vivía realizando todas
las prácticas recomendadas por la Iglesia, pero, en especial, esta santa se
preocupaba de los más pobres.
El estilo de la Madre Teresa
no se basaba en dejar de realizar una práctica por otra. No, su estilo se funda
en vivir las prácticas de la Iglesia, y además, responder a un llamado
particular de cuidar a los pobres.
He aquí la importancia de
tener nociones básicas de las prácticas y enseñanzas de la fe. Es bueno
diferenciar cuáles son
los sacramentos necesarios para el cristiano y cuáles son las prácticas recomendadas por la Iglesia, aunque no sean obligatorias.
Dominar los conocimientos
básicos de la fe te ayudará a vivir más plenamente en la Verdad, que es Jesús.
LA IGLESIA ES MADRE, Y COMO MADRE, ES SABIA
La Iglesia es muy antigua,
tiene más de 2000 años ¿Te has preguntado qué ha estado
haciendo la Iglesia durante todo este tiempo? Definitivamente no ha
estado perdiendo ni un segundo.
Durante estos 2000 años la
Iglesia ha guiado a sus hijos, los fieles, para que caminen y vivan con Jesús. Esta es la misión de la Iglesia, llevar a todos los hijos al Padre, y lo hace de muchas maneras.
En ese sentido, la Iglesia
recomienda varias prácticas y hábitos a los cristianos, que, por el paso de los
siglos, ha podido comprobar que acercan al hombre a Dios.
Entre
estas buenas prácticas podemos enumerar: adoraciones eucarísticas, lectio divina (te
recomiendo este curso), ayudar a los más necesitados, meditación
personal, rezar el rosario, entre muchas otras.
Sea porque se trate de
prácticas realizadas desde siempre por los primeros cristianos, o porque Dios
nos las ha regalado por medio de un santo, la Iglesia propone a sus hijos todas
estas formas que Dios ha dispuesto para que nos acerquemos a Él y vivamos en su
gracia.
MUCHOS SANTOS NOS INVITAN A ABRAZAR ESTAS PRÁCTICAS
CON FERVOR
«Con el rosario
se puede alcanzar todo. Según una graciosa comparación, es una larga cadena que
une el Cielo y la tierra, uno de cuyos extremos está en nuestras manos y el
otro en las de la Santísima Virgen» —Santa Teresita del Niño Jesús.
«No podemos asegurar
mejor nuestra felicidad que viviendo y muriendo en el servicio de los pobres» —San Vicente de Paúl.
«La oración es
la mejor arma que tenemos, es la llave que abre el corazón de Dios» —San Pío de Pietrelcina.
«La Eucaristía
es mi autopista para ir al cielo» —Beato Carlo Acutis.
Confiemos
un poco más en lo que nuestra madre la Iglesia nos propone para que sigamos más
de cerca a Jesús.
Confiemos también un poco más
en Jesús, quien instituyó la Iglesia en la tierra para que no caminemos solos
por la vida, sino que tengamos una comunidad que nos acompañe en nuestra
misión.
NO ES CUESTIÓN DE HACERLO TODO YA…
Tal vez después de haber leído
los párrafos anteriores te has agobiado un poquito pensando en cuántas cosas no
has hecho y deberías hacer.
No te preocupes, la idea
tampoco es que te hagas una lista de todas las prácticas religiosas existentes
y que te pases el día rezando. No se trata de eso.
La
idea es que conozcas que existen muchas, muchas, formas de acercarse a Jesús y que
estás llamado a beneficiarte de todas.
Habrá épocas en que
encontrarás más momentos para rezar el rosario, y otras donde tendrás más
facilidad para asistir a adoraciones eucarísticas.
Lo ideal es que ninguna de
estas prácticas sea desconocida para ti. Estos momentos de encuentro con Jesús,
o con su Santa Madre, son siempre, siempre, un don suyo.
Intenta no acercarte a estas
buenas prácticas religiosas como si fuera un «checklist»
del que tienes que ir tachando actividades después de realizarlas.
Recuerda, todos estos recursos son regalos de un Dios que se muere por
estar contigo. Dios, en su
inmensa creatividad, ha previsto todas estas formas de entrar en intimidad
contigo, para que su relación sea
cada vez más rica y fecunda.
Lo más seguro es que prefieras
algunas prácticas religiosas sobre otras y esto es lo más normal del mundo.
Esto solo quiere decir que tú, como todos, tienes tus propios gustos y
limitaciones.
En todo caso, Dios en su
amorosa creatividad ha querido proponer todas estas prácticas para que puedas
encontrarte con Él. Es como dos enamorados, sus
citas son siempre distintas.
Dios que te ama de tantas
formas inimaginables, quiere encontrarse contigo en distintos niveles y por
medio de espacios y circunstancias diversas.
Te invito a que te animes a
vivir cada una de ellas, y que no dejes pasar una sola oportunidad de estar a
solas con Jesús.
Escrito por Kristina Hjelkrem
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