martes, 9 de febrero de 2021

«LA TERNURA Y LA VALENTÍA DE JOSÉ». UNA REFLEXIÓN HERMOSA PARA ADENTRARNOS EN SU CORAZÓN

 Definir lo que es un corazón de padre puede ser un reto. Podemos usar una de las parábolas más bonitas del Maestro: el hijo pródigo. San Lucas nos narra que se trata de un padre cuya misericordia excede no solo la comprensión del hombre, sino también la fe del creyente.

En la parábola del hijo pródigo encontramos un corazón de padre que supera el simple concepto de misericordia, y que incluye el de la ternura: la alegría que Dios experimenta al perdonar a sus hijos, el hecho portentoso de que unas criaturas puedan afectar así al Creador.

Mucho se habla de que María fue escogida como la llena de gracia, pero san José también fue un escogido de Dios, recordemos que se le presentó un ángel, el que le confió el nombre de «Jesús».

Un humilde carpintero, un hombre justo, san José fue un hombre valiente que salió desde Nazaret hasta Belén para ver nacer a su hijo. ¡Cuánta ternura reposaba en el interior de este santo hombre que lo dio todo por su familia!

En este video te explico más a profundidad estos puntos según la Carta Apostólica «Patris Corde»:

LA TERNURA Y LA VALENTÍA 

En principio, parece que no son conjugables, pero son los elementos fundamentales cuando hablamos de tener un corazón de padre. Es todo un arte, pero es muy necesario hacer coincidir la exigencia con el cariño. 

Solo cuando se ama verdaderamente a los hijos se llega a conocer la imperiosa necesidad de ser exigentes con ellos, para que aprendan a querer, a adquirir virtudes y a discernir principios y valores.

SAN JOSÉ Y LA TERNURA QUE LO CARACTERIZÓ

Una de las características principales de san José es que era tierno, vio a Jesús progresar día a día en sabiduría, en estatura, en gracia ante Dios y ante los hombres, nos dice el Evangelio.

José le enseñó a caminar, lo tomaba entre sus brazos. Cuando un padre ve a su hijo, siente ternura, y José, al ver a Jesús, también la sintió, también se conmovió con él.

Pero es interesante dar la vuelta a esta misma consideración, porque Jesús vio la ternura de Dios en san José. Como dice la «Patris Corde»:

«Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por los que le quieren», por los que nos sentimos hijos suyos.

HABLEMOS DE LA TERNURA DE CRISTO

Jesús Hombre, aprende gracias a José, que la ternura es una virtud esencial. Recuerda la ternura de Cristo al fijarse en las personas que no son las más importantes, pero sí son las que más lo necesitan. 

Jesús fue reconocido por su amabilidad, su tono humano. Adquiere su fama no solo por los grandes milagros que hace, sino por su forma de ser, que encuentra y ayuda a la gente necesitada, a los que Dios más quiere. Así nos los recuerdan esta meditación que te recomiendo sobre la fama de Jesús.

Él siempre encuentra al más débil. Entra en la piscina de Betsaida y se da cuenta que hay muchos enfermos, pero que hay uno que ha estado 38 años ahí sin que nadie le ayude.

Jesús es capaz de darse cuenta de quién es el que más lo necesita, la ternura que desborda su corazón lo motiva a acercarse misericordiosamente al que más lo necesita.

Y eso lo aprendió de sus padres. De ejemplos concretos, como el de María que va a ver a su prima santa Isabel cuando la necesita y seguramente, innumerables veces en distintos acontecimientos con san José.

¿QUÉ PAPEL JUEGA LA TERNURA EN LAS DIFICULTADES?

La ternura se vuelve fuerte cuando atraviesa dificultades, es como un resorte que nos mueve a buscar soluciones a los problemas. Y fue el caso de san José, que tuvo que enfrentarse a cosas muy complicadas: persecución del rey, huir como inmigrante a un país vecino, etc.

Pero recordemos que el Señor tiene sus propios planes, y que debemos pasar por el claroscuro de la fe. A través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto.

Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. 

Nos enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia.

LA VALENTÍA CREATIVA

El corazón de padre busca soluciones y san José tuvo que ser creativo y valiente a la vez. Nosotros también debemos ser valientes en medio de las dificultades y buscar la forma de adaptarnos.

Sobre todo en estos tiempos donde Dios nos regala nuevamente un espacio para estar confinados en familia, conociéndonos, colaborándonos, queriéndonos, soñando juntos que el futuro será mejor, porque nosotros seremos mejores.

Hoy tenemos que tener claro que la ternura es una virtud a conquistar, que hay que ser más valientes, creativos, y que debemos acompañar en solidaridad a las familias más vulnerables de nuestra sociedad.

Nos toca entrar a nuestras máquinas del tiempo y soñar como lo hizo san José, para que podamos planear, inventar y encontrar con valentía creativa tiempos mejores.

Escrito por Padre Juan Carlos Vásconez

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