lunes, 7 de septiembre de 2020

ABUSOS SEXUALES: SANTA SEDE REITERA INVIOLABILIDAD DEL SECRETO DE CONFESIÓN

Los obispos de Australia entregaron al gobierno federal las observaciones del Vaticano a las 12 recomendaciones realizadas por la Royal Commission, tras el reporte que esta publicó en 2017 sobre abusos sexuales en instituciones del país. En su texto, la Santa Sede defendió el secreto de confesión y reiteró que este es inviolable.

La Royal Commission tuvo como tarea investigar acusaciones de abusos sexuales contra menores hasta 2017. Tras su labor emitió más de 100 recomendaciones.

“La Santa Sede afirma una vez más su absoluta determinación para confrontar y erradicar el abuso de menores y personas vulnerables, donde sea que ocurran en la Iglesia”, indican las observaciones de la Santa Sede con fecha 26 de febrero.

Las observaciones del Vaticano, en las que se destaca que “el Papa ha buscado promover reformas y vigilancia a todo nivel en la Iglesia”, fueron entregadas a los obispos de Australia que a su vez las dieron al fiscal general australiano, y sobre la cual emitieron una declaración el 4 de septiembre.

Dos recomendaciones de la Royal Commission son que se clarifique si “la información recibida de un menor durante el sacramento de la reconciliación que ha sufrido abuso sexual está protegida por el secreto de confesión” y si “a una persona que se confiesa, en el sacramento de la reconciliación, de haber abusado de un menor, se le puede no otorgar la absolución hasta que lo reporte a las autoridades civiles”.

La Santa Sede respondió que una nota de la Penitenciaría Apostólica del 29 de junio de 2019 sobre el foro interno, reafirmó la inviolabilidad del secreto de confesión “y entregó indicaciones útiles para llegar a una respuesta considerada a las preguntas formuladas”. Se observó que el secreto de confesión incluye todos los pecados conocidos en la confesión, del penitente y de otros.

La Santa Sede agregó que esta es “la duradera y constante enseñanza de la Iglesia sobre la inviolabilidad del sigilo sacramental, como algo exigido por la naturaleza del mismo sacramento y así se deriva de la ley divina”.

Asimismo indicó que el confesor “ciertamente puede, y de hecho en algunos casos debe alentar a la víctima a buscar ayuda fuera del confesionario o, cuando sea apropiado, reportar el abuso a las autoridades”.

Respecto a la absolución, la Santa Sede citó el derecho canónico y destacó que “el confesor debe determinar que el fiel que confiesa sus pecados está verdaderamente arrepentido de ellos y que tiene un propósito de enmienda. Dado que el arrepentimiento está, de hecho, en el corazón de este sacramento, la absolución puede negarse solo si el confesor concluye que el penitente carece de la necesaria contrición. Entonces, la absolución no puede condicionarse a las futuras acciones en el fuero externo”.

El Vaticano indicó que “el confesionario proporciona una oportunidad –tal vez la única– para que los que han cometido abuso sexual lo admitan. En ese momento la posibilidad se presenta para que el confesor aconseje y de hecho amoneste al penitente, urgiéndolo a la contrición, la enmienda de la vida y la restauración de la justicia. Sin embargo, si se convirtiera en una práctica que los confesores denuncien a los que confiesan abuso sexual infantil, ningún penitente de estos se acercaría al sacramento y se perdería una preciosa oportunidad para el arrepentimiento y la reforma”.

La Santa Sede también señaló que “es de fundamental importancia que los programas de formación para los confesores incluyan un detallado análisis de las normas de la Iglesia, incluyendo la ‘Nota’ de la Penitenciaría Apostólica, junto con ejemplos prácticos para instruir a sacerdotes respecto a cuestiones y situaciones difíciles que pueden surgir. Estas pueden incluir, por ejemplo, principios para el tipo de diálogo que un confesor debe tener con una persona joven que ha sido abusada o que parece vulnerable al abuso, así como con cualquiera que confiese haber abusado de un menor”.

Los fiscales generales del gobierno federal australiano y de los gobiernos estatales acordaron en noviembre de 2019 una serie de estándares para denunciar abusos y que exigen a los sacerdotes violar el secreto de confesión o las normas obligatorias de Australia para denunciar abusos.

Además, los sacerdotes no podrían usar la defensa de las comunicaciones privilegiadas en el secreto de confesión para evitar dar evidencia contra un tercero en procesos civiles o penales. Victoria, Tasmania, Australia del Sur y el Territorio de la Capital Australiana ya han adoptado leyes obligando a los sacerdotes a violar el secreto de confesión; algo que no ha sucedido en Nueva Gales del Sur, Queensland y Australia Occidental.

Considerando otras recomendaciones de la Royal Commission, la Santa Sede estuvo de acuerdo en que “al tema de la seguridad de los niños se le dé la debida consideración en el proceso” de nombrar obispos, y destacó que se ha hecho algunas sugerencias en los años recientes, particularmente a través del motu proprio Vos estis lux mundi (Vosotros sois la luz del mundo), que el Papa Francisco publicó en 2019.

Entre las recomendaciones está el rechazo en retrospectiva del estatuto de limitaciones sobre el proceso canónico de los delitos de abuso sexual. La Santa Sede remarcó que el estatuto de limitaciones se incrementó y que la Congregación para la Doctrina de la Fe puede derogarlo dependiendo del caso.

El Vaticano observó que “el abuso sexual de menores es un crimen en la ley civil y canónica. La responsabilidad civil y penal de los individuos que perpetran ese crimen es un tema para las leyes del estado donde este se comete. Centrados en el aspecto eclesial del delito, el derecho canónico busca castigar al perpetrador por el grave daño que ha causado y proteger al fiel ante un daño mayor. Al mismo tiempo, no puede ser indiferente a la conversión del pecador, ya que tiene el objetivo fundamental de la salvación de las almas”.

La Santa Sede también recordó la importancia de la presunción de inocencia y la necesidad de que un juez tenga certeza moral para llegar a una decisión.

Otra recomendación de la Royal Commission rechazada por el Vaticano fue la que tiene que ver con el celibato voluntario de los sacerdotes.

La Santa Sede indicó que “desea enfatizar el gran valor del celibato y alertar ante su reducción a una mera consideración práctica. De hecho, cabe recordar que la práctica del celibato sacerdotal tiene un origen muy antiguo, que se desarrolló a imitación del estilo de vida elegido por el mismo Jesucristo y que no puede entenderse fuera de la lógica de la fe y la opción de vida dedicada a Dios”.

“Respecto a cualquier afirmación sobre un nexo entre el celibato y el abuso sexual, vasta evidencia demuestra que no existe una relación de causa – efecto. Tristemente, el espectro del abuso aparece en todos los sectores y tipos de sociedad, y se encuentra también en culturas donde el celibato es poco conocido o practicado”.

Mons. Mark Coleridge, Arzobispo de Brisbane y presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, indicó que “los obispos estamos dispuestos a apoyar el diálogo actual sobre políticas, prácticas y protocolos que aseguren que los niños y otras personas en riesgo están seguras en nuestras comunidades. Eso está en el espíritu de las observaciones que han sido publicadas”.

Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA

Redacción ACI Prensa

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