DAVID DALEIDEN DEMOSTRÓ CON CÁMARA OCULTA QUE LOS ABORTISTAS VENDEN ÓRGANOS DE LOS FETOS
"Todo el que conoce a Kamala Harris sabe con qué
pasión, corazón e inteligencia se entrega a la lucha por la justicia. Me
enorgullezco de todos los que han trabajado tan duramente por su campaña":
con este tuit, Cecile Richards, ex presidenta de la multinacional del aborto Planned
Parenthood, consoló a la aspirante a la presidencia el 3 de
diciembre de 2019. Harris
acababa de retirarse de la carrera hacia la nominación demócrata a la Casa
Blanca por no conseguir recaudar fondos suficientes y
no
haber suscitado ningún entusiasmo ni en los debates con los demás candidatos, ni en las encuestas.
Richards
dirigía Planned Parenthood cuando en julio de 2015 un periodista
católico, David
Daleiden, empezó a difundir a través del Center for Medical Progress una
serie de vídeos grabados con cámara oculta que mostraban a los aborteros
explicando cómo y a qué precio venden los órganos de los fetos
a los que matan.
Pocos han
hecho nunca tanto daño a la causa abortista como Daleiden grabando a dirigentes
de los abortorios poniendo precio a riñones o hígados mientras almorzaban tranquilamente, o valorando económicamente a los niños que salen
"intactos", o bromeando con el Lamborghini que pensaban comprarse con el beneficio obtenido.
Cuando
Planned Parenthood quiso reaccionar, ya era tarde. Aunque la investigación (que
en cualquier otro ámbito habría encumbrado a su autor a la historia del
periodismo: un David de la prensa frente a un Goliat financiero) fue cuidadosamente ocultada por los medios sistémicos, su difusión por parte de los medios libres y por
internet fue eficaz y resultó letal para la imagen de la compañía.
Cuando
Richards decidió emprender acciones legales, supo a quien tenía que acudir. A
alguien desconocido entonces fuera de California, pero cuyo rostro es ahora
conocido en todo el mundo como aspirante a una vicepresidencia
que, por la edad y condiciones psicológicas de Joe Biden, puede transformarse
en presidencia antes del término
del mandato, en caso de que el ex vicepresidente de Barack Obama gane las elecciones al provida Donald Trump.
Madeline Osburn ha
detallado en The
Federalist las razones y el proceso de la connivencia
entre Kamala Harris y el mega-lobby del aborto:
CUATRO
AÑOS DESPUÉS, EL DENUNCIANTE DE PLANNED PARENTHOOD SIGUE ENTRAMPADO EN LA
PERSECUCIÓN DE KAMALA HARRIS
La
senadora Kamala Harris aceptó la nominación demócrata para la vicepresidencia
la noche del miércoles, exactamente tres semanas después de que el periodista y
activista provida David Daleiden compareciese ante el Tribunal Superior de San
Francisco, luchando una vez más contra los cargos criminales que Harris
promovió contra él cuatro años antes a petición de sus donantes
políticos.
Mientras
Harris apoya una campaña para luchar por “el alma
de nuestra nación”, Daleiden continúa una batalla de años en defensa de innumerables no nacidos y de la Primera Enmienda [libertad de religión y expresión], causas ambas
contra las que Harris tiene todo un historial.
En marzo
de 2016, siendo fiscal general de California, Harris se reunió
con seis directivos de Planned Parenthood en su oficina de Los Ángeles. Los
correos electrónicos entre la oficina de Harris y los directivos de Planned
Parenthood muestran que ambas partes
actuaron en connivencia cuando
orquestaban respuestas públicas, presentaban informes policiales e incluso
redactaban leyes contra Daleiden por grabar con cámara oculta vídeos que
demostraban las prácticas ilegales del gigante de la industria del aborto.
Dos de
los seis ejecutivos que estuvieron en esa reunión fueron luego llamados como testigos en la investigación criminal de Harris.
Harris ha
sido una defensora acérrima del aborto y a lo largo de su carrera política recibió de entidades vinculadas a Planned Parenthood decenas de miles de
dólares de contribuciones
políticas.
El 5 de
abril de 2016, dos semanas después de esa reunión en Los Ángeles, Harris ordenó a los policías del estado que registrasen el domicilio de
Daleiden, con el encargo de
incautar su equipo de filmación y documentos y grabaciones de vídeo aún no
difundidas. Los abogados de Daleiden alegaron que, según las leyes de garantías
de California, la orden de registro de Harris nunca debió ser expedida, pues
dichas leyes protegen explícitamente los materiales no publicados
de los periodistas.
Sin
embargo, un juez decidió que “había suficiente
causa probable en el registro de que Daleiden estuviese involucrado en una
actividad criminal, independientemente de su condición de periodista, y de que
los objetos incautados guardaban relación con la actividad criminal”. No
importa que dichos objetos incluyesen pruebas de la propia
actividad criminal de Planned Parenthood,
como el tráfico de órganos de feto abortados, que Harris nunca se tomó
la molestia de perseguir ni investigar.
¿Hasta qué punto sorprende que Harris persiguiese a Daleiden, o su
desprecio por los derechos que la Primera Enmienda reconoce a los periodistas? Para quien no lo sepa, Daleiden es la
primera persona en la historia procesada en California por hacer un reportaje
con cámara oculta. La propia
fiscal del caso admitió luego en el juzgado que Daleiden estaba siendo
perseguido exclusivamente por el contenido de sus vídeos.
La doble vara de medir de
Harris va aún más lejos. En 2013, ella protegió a un grupo defensor de los
derechos de los animales, Mercy for Animals [Piedad con los Animales], que
utilizó cámaras ocultas para demostrar el supuesto abuso en una granja avícola. No solo no
formuló acusaciones contra Mercy for Animals, sino que les respaldó apelando la
decisión anterior de un juez.
“David tenía una convicción razonable de que encontraría pruebas
de un delito criminal de violencia contra seres humanos, concretamente
infanticidio, esto es, la muerte de bebés nacidos vivos a quienes
late el corazón”, afirmó Thomas Brejcha, uno de los abogados de
Daleiden: “Estos niños –a quienes los traficantes
de tejido fetal se refieren como ‘fetos intactos’– son la fuente de donde se
cogían órganos ‘frescos’ para ser ‘donados’. Estas ‘donaciones’ se vendían a
comisión por un montante en dólares sin relación con los costes reales
atribuibles a su ‘producción’”.
El
historial de Harris como fiscal general muestra que hizo más para
luchar contra los supuestos abusos contra pollos que contra el tráfico de fetos
humanos con ánimo de lucro. Y muestra también su disposición a extender las
protecciones de la Primera Enmienda solo sobre quien ella considere
políticamente conveniente.
En cuanto
a Daleiden, la batalla legal iniciada por Harris hace cuatro años continúa. En
una vista del 28 de julio, los abogados de Daleiden pidieron a la juez Suzanne Ramos Bolanos que
desestimara los diez cargos criminales contra él y su socia, Sandra Merritt.
Bolaños desestimó un cargo por estar “duplicado”, pero
mantuvo el resto, remitiendo los recursos de Daleiden y Merritt a otros
tribunales. Él podría enfrentarse hasta a diez años de prisión
si es condenado.
Pocas
horas después del discurso de Harris en la convención demócrata, Daleiden dijo
a The Federalist que los objetivos de la senadora por California
más más allá de su propio caso: “El desprecio y el
rechazo de Kamala Harris a la Primera Enmienda es una amenaza para las libertades
civiles de todos los estadounidenses”, dijo.
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