Pequeño resumen que ayuda a saber si vamos por el camino correcto.
Por: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net
Hoy en día, muchas personas han eliminado a Dios
de su vida. Como que en ocasiones nos estorba y preferimos borrarlo, en vez de
sentarnos a reflexionar por qué nos pide ciertas cosas. Unas de las cosas que
Dios nos pide es cumplir con los mandamientos que Él nos entregó. Los
Mandamientos son un camino para llegar al Cielo y ser felices. Cuando los
cumplimos, vivimos en paz.
Los tres primeros mandamientos de la ley de Dios nos enseñan cómo debe de ser
nuestra actitud para con Dios y los siete siguientes nos enseñan nuestra
actitud hacia el prójimo, con los que nos rodean.
LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE
DIOS SON LOS SIGUIENTES:
1. AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.
Este mandamiento nos dice que Dios debe ser lo más importante en nuestras
vidas, debemos amarlo, respetarlo y vivir cerca de Él. Esto lo podemos hacer a
través de la oración y los sacramentos.
Debemos creer,
confiar y amar a Dios sobre todas las cosas:
1. Creer en Dios que es mi Padre, me ha dado la
vida y me ama.
2. Confiar en Dios porque es mi Padre y me ama infinitamente
3. Amar a Dios más que a nada y a nadie en el mundo.
Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿Estoy amando a Dios como un hijo ama a un padre?
• ¿Vivo sólo para las cosas temporales, de la tierra?
2. NO TOMARÁS EL NOMBRE DE
DIOS EN VANO.
Este mandamiento nos manda respetar el nombre de Dios y todas las cosas
sagradas.
Para cumplir este mandamiento, debemos usar el nombre de Dios con mucho amor y
respeto. Debemos de cuidar y respetar todas las cosas que tienen que ver con
Dios, así como respetar al sacerdote y a las personas consagradas a su
servicio.
Para saber si
cumplimos con este mandamiento nos podemos preguntar:
• ¿Uso el nombre de Dios de una manera cariñosa y
con respeto, sin jurar en vano el nombre de Dios?
• ¿Respeto las cosas de Dios (capilla, Biblia, rosario, etc.)?
• ¿Trato de manera respetuosa a los sacerdotes y personas consagradas al
servicio de Dios?
• ¿He cumplido con las promesas que he hecho?
• ¿He jurado en falso?
• ¿He cumplido las promesas que he hecho a Dios?
3. SANTIFICARÁS LAS FIESTAS.
Este mandamiento nos manda dedicar los domingos y los días de fiesta a alabar a
Dios y a descansar sanamente.
Para cumplir con este mandamiento, debemos ir a Misa todos los domingos y
fiestas que la Iglesia e indique y celebrar el amor de Dios y todo lo que ha
hecho por nosotros. Debemos aprovechar los domingos para rezar más y estar
cerca de Dios, así como para descansar sanamente y ayudar a que otros
descansen. También, debemos dedicar este día a las cosas de Dios y a la
familia.
Para saber si
cumplimos bien con este mandamiento, podemos preguntarnos:
• ¿Voy a Misa los domingos y fiestas que
manda la Iglesia?
• ¿Hago un esfuerzo por estar muy cerca de Dios durante la Misa y escuchar lo
que me quiere decir?
• ¿Pienso en Dios los domingos?
• ¿Ayudo a los demás para que puedan descansar?
Los días en que se debe de asistir a Misa,
además de los domingos, son marcados por la Conferencia Episcopal de cada país.
4. HONRARÁS A TU PADRE Y A TU
MADRE
Este mandamiento nos manda honrar y respetar a nuestros padres y a quienes Dios
le da autoridad para guiarnos y cuidarnos
en nuestras vidas.
Para cumplir este mandamiento, debemos escuchar, respetar y amar a los padres y
a aquellas personas que tengan autoridad sobre nosotros (abuelos, tíos,
sacerdotes, maestros, autoridad civil).
Esto no quiere decir que los padres deben de olvidarse de sus deberes y
obligaciones para con los hijos.
Para saber si
cumplimos con este mandamiento podemos preguntarnos:
• ¿Ayudo material o espiritualmente a
mis padres?
• ¿Soy agradecido con mis padres?
• ¿Los acompaño en su vejez?
• ¿Les demuestro amor?
• ¿Soy agradecido con ellos?
• ¿Los acompaño en sus enfermedades?
5. NO MATARÁS
Este mandamiento nos manda respetar nuestra propia vida y la del prójimo,
cuidando de la propia salud, porque la vida humana es sagrada. Se trata de no
lastimar ni atentar contra la vida propia o ajena, física o moral.
Para cumplir este mandamiento, debemos servir a la vida cuidando nuestra salud,
para no caer en vicios como el alcoholismo o la drogadicción. El suicidio es un
atentado contra la propia vida.
Con respecto a la vida de otros, debo evitar las críticas y el dar a conocer a
todos los defectos ajenos, es decir, las calumnias. El maltratar físicamente a
las personas, atenta contra la vida ajena. El aborto es dar muerte a una vida
en el vientre de la madre.
Para saber si
estoy cumpliendo con este mandamiento me puedo preguntar:
• ¿He hablado mal de los demás?
• ¿He maltratado a alguien físicamente?
• ¿He caído en algún vicio?
• ¿He atentado contra mi salud?
6. NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS
Este mandamiento nos manda conservar la pureza del cuerpo y del alma.
Para cumplir con este mandamiento, debemos procurar la limpieza interior de
nuestro cuerpo y de nuestra alma ya que es un tesoro muy grande que debemos
conservar. Nuestro cuerpo es un templo del Espíritu Santo.
Para saber si
cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿He cometido adulterio o fornicado?
• ¿He visto algún tipo de pornografía?
• ¿Me he permitido tener pensamientos y deseos morbosos? ¿He dominado mis
pasiones?
• ¿He practicado la homosexualidad?
• ¿He practicado la masturbación?
7. NO ROBARÁS
Este mandamiento nos manda respetar las cosas de los demás y utilizar las
nuestras para hacer el bien. También, nos manda respetar y cuidar la Creación.
Para cumplir este mandamiento, no debemos apropiarnos de lo que no sea nuestro
y debemos evitar causar daño a lo que tienen los demás. Respetar la Creación y
usar las cosas para hacer el bien. Pagar lo justo a las personas que empleo y
cuando soy empleado cumplir con el trabajo para el que fui contratado.
Para saber si
cumplimos con este mandamiento, nos preguntamos:
• ¿Devuelvo las cosas que encuentro y no
son mías?
• ¿Cuido las cosas que me prestan?
• ¿Cuido las cosas que tengo?
• ¿Cuido y respeto la creación?
• ¿Comparto mis cosas con la gente necesitada?
8. NO MENTIRÁS
Este mandamiento nos manda ser sinceros y no mentir. Nos pide decir siempre la
verdad. Mentir es decir algo falso, es engañar.
Para cumplir este mandamiento, debemos decir la
verdad y no engañar a los demás ni hablar mal de ellos.
Para saber si
cumplimos con este mandamiento, me puedo preguntar:
• ¿Estoy acostumbrado a ser sincero?
• ¿Acostumbro resolver mis problemas sin mentir?
• ¿Hablo bien de las demás personas?
9. NO CONSENTIRÁS
PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS.
Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. Nos
pide pureza de corazón para ver todas las cosas con los ojos de Dios. Pureza de
corazón, sea yo soltero(a) o casado(a).
Para poder vivir este mandamiento, necesitamos vivir la virtud de la pureza.
Esta virtud nos lleva a respetar el orden establecido por Dios en el uso de la
capacidad sexual a fin de vivir un amor humano más perfecto. Practicar la
castidad, cuidando lo que vemos, lo que oímos, lo que decimos, etc. Cuidar el
corazón de todo aquello que lo pueda manchar.
Para saber si
cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿He tenido pensamientos inmorales?
• ¿He vivido la virtud de la castidad en mi vida?
• ¿He cuidado la pureza de mi corazón?
• ¿He propiciado situaciones que me pongan en peligro para tener pensamientos y
deseos impuros?
10. NO DESEARÁS LOS BIENES
AJENOS
Este mandamiento nos manda ser generosos y no dejar lugar a la envidia en
nuestros corazones.
Para poder cumplir este mandamiento debemos ser felices con las cosas que
tenemos y no tener envidia si alguien tiene más que nosotros. Disfrutar y
agradecer lo que tenemos.
Para saber si
estamos cumpliendo con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿Soy feliz con las cosas que tengo?
• ¿Agradezco y cuido las cosas que tengo como un regalo de Dios?
• ¿Me pongo feliz por mis amigos cuando consiguen algo que yo no tengo?
• ¿Me pongo feliz cuando a los demás les pasan cosas buenas?
¡Al cumplir los mandamientos vamos a estar cerca de Dios y vamos a vivir más
felices! Los Diez mandamientos son el mejor camino para llegar al Cielo.
Recuerda que para ser feliz nos conviene cumplir con los Diez Mandamientos que
Dios le entregó a Moisés. No olvides que seguir las huellas de Cristo es
imitarlo en su perfecto cumplimiento de las leyes de su Padre. Los católicos,
además, seguimos el mandato de Cristo: amar a Dios
sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo y, predicar el Evangelio a
todas las personas.
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