Los
que me leéis hace tiempo sabéis que mi opinión de la mayoría de los políticos
es muy mala. El sistema promueve que los mediocres prosperen, que los que se
pliegan a todo sin hacer preguntas sigan avanzando. Ya sé que hay buenos
políticos, ¡los hay! Existen, pero rodeados de botarates.
Podéis
cambiar de país, casi siempre os encontraréis con el mismo tipo humano detrás
de la mesa del despacho: sin muchas ideas, sin
mucha iniciativa, sin mucho interés por la gente. Su oficio son los
discursos, las entrevistas, el chanchulleo con otras fuerzas. Ser político es
posar bien para hacer la foto, saben a quién tienen que saludar para salir en
las noticias. Ese es su trabajo.
De esta
calidad humana se pueden dar muchos ejemplos que no son excepciones, sino la
prueba de que el sistema está copado por esta casta. Bien, todo esto ya lo
sabemos. Pero es que hoy he visto en las noticias una de estas pruebas de su
majadería que me ha partido el corazón. Insisto, he visto la prueba, una más, de
que el mal es sistémico.
Ha salido
la noticia en Antena 3 de una madre a la que un okupa se le metió en su casa.
El proceso, en España, para sacar a un ocupante ilegal de tu propia casa suele
demorarse, como media, de dos meses si todo sale bien.
El caso
es que, cuando por fin el okupa salió de la casa de esta pobre mujer, una mujer
que para nada era rica, el que salió metió a otro ocupa dentro de la casa.
Cuando llegó la dueña, se encontró con que no podía entrar y todo el proceso
judicial volvía a empezar porque se trataba de una nueva ocupación. La dueña
desconsolada mostraba todas sus pertenencias personales tiradas en un montón en
un pasillo común del edificio.
Os podría
contar esta misma historia multiplicada por millares de veces. En España,
ahora, hay 100 000 viviendas ocupadas. Ha habido casos verdaderamente
lacrimógenos: como el de un abuelo expulsado de su
propia casa por la nieta. Un día, el anciano volvió a su casa y se
encontró con la cerradura estaba cambiada y ya no pudo entrar.
¿Por
qué no se cambia la ley? Porque se
necesitan los apoyos de los partidos de izquierdas. Les da lo mismo el
sufrimiento humano, cada año, que esta injusticia produzca. Les da lo mismo que
hayan entrado en tu propia casa y no tengas adónde ir. Ellos cobran mucho al
año sin contar las dietas que van aparte.
A los
políticos, que son egoístas profesionales (algunos son mentirosos y ladrones
profesionales, demostrado por sentencia judicial), les importa un bledo este
sufrimiento: lo importante es no perder unos
cuantos votos en la investidura.
He
escrito este post para poner mi granito de arena, pequeñísimo. Pero solo tengo
derecho a patalear, porque el sistema, la maquinaria, está muy bien atrapada
(legalmente atrapada) y no hay nada que hacer.
Por eso escribí, hace años, La decadencia de las columnas jónicas. Porque es el sistema entero el que debe ser cambiado.
Por eso escribí, hace años, La decadencia de las columnas jónicas. Porque es el sistema entero el que debe ser cambiado.
En fin, menos mal que todo se va a hundir en esta
generación y lo que salga de aquí tendrá más salud moral. Los políticos
seguirán siendo malos, eso es inevitable, es como la ley de la gravedad. Pero,
al menos, no serán tan malos como ahora.
Lo bueno del siglo V es que ya no estaba Nerón o Calígula al mando del timón, y eso ya era un avance. Ahora estamos todavía en una etapa preneroriana y precaliguniana. Todavía no ha llegado la ola de calor más sahariano. Pero llegará, llegará. Dadles tiempo. Dadles tiempo para que se cocinen en su salsa.
Lo bueno del siglo V es que ya no estaba Nerón o Calígula al mando del timón, y eso ya era un avance. Ahora estamos todavía en una etapa preneroriana y precaliguniana. Todavía no ha llegado la ola de calor más sahariano. Pero llegará, llegará. Dadles tiempo. Dadles tiempo para que se cocinen en su salsa.
P. FORTEA
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