viernes, 24 de julio de 2020

PUTIN PRETENDE PROHIBIR A LOS EXTRANJEROS SIN PERMISO DE RESIDENCIA QUE DIRIJAN GRUPOS RELIGIOSOS


Y los extranjeros con permiso deberán haberse formado en Rusia
El gobierno de Putin ha presentado un proyecto de ley ante la Duma (Parlamento) que prohíbe a los extranjeros sin permiso definitivo de residencia participar en las actividades de las asociaciones religiosas rusas, y mucho menos dirigirlas. La medida va claramente dirigida contra la presencia de misioneros protestantes e imanes musulmanes de fuera de Rusia pero puede afectar igualmente a sacerdotes católicos.
(Asia News/InfoCatólica) Según el artículo 7 del proyecto de ley federal, «Sobre la libertad de conciencia y sobre las asociaciones religiosas», en un grupo religioso pueden ingresar solamente los rusos y «otras personas que vivan estable y legalmente en el territorio de Rusia».
En cuanto a la definición de «grupo religioso», la ley aclara que es una «unión de personas que profesan la misma fe, y que no necesitan un registro estatal». Los líderes y los miembros de un grupo tienen derecho a celebrar sus liturgias comunes o ritos religiosos, a hacer proselitismo y a formar nuevos miembros en su fe. Pero las reuniones de oración deben desarrollarse en locales especialmente autorizados a tal fin, y no en casas de particulares. Dicho derecho no lo tendrán aquellos grupos religiosos que sean considerados como sectas peligrosas -es el caso de los Testigos de Jehová- o que difundan mensajes más propios del terrorismo
En una nota explicativa se comunica que las modificaciones a la ley «harán que no se admita la participación en las actividades de las asociaciones religiosas de los sacerdotes o servidores de culto que hayan recibido su formación religiosa en el exterior, o que difundan ideologías religiosas extremistas». La norma complicará la situación de los predicadores musulmanes y de los pastores protestantes, pero también de los sacerdotes católicos, entre ellos, de numerosos misioneros a quienes les cuesta obtener los permisos de permanencia permanente.
También podrían surgir problemas para los mismos sacerdotes rusos que han sido enviados a Roma o a otras facultades teológicas en el exterior para cursar sus estudios. La norma implica que sus actividades serán especialmente monitoreadas, para verificar eventuales «signos de extremismo».
Cabe recordar que, como sucede en el caso de los Testigos de Jehová, las interpretaciones de las Sagradas Escrituras también podrían ser rotuladas como «extremistas» en caso de «discrepar con la tradición». Dado que no existe una versión «oficial» de la Biblia en la tradición ortodoxa, salvo la antigua en lengua eslava eclesiástica, la cuestión de la interpretación se presta a un tratamiento ambiguo y dispar.

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