viernes, 24 de julio de 2020

GIMENA


La Castidad en el noviazgo. ¿Qué hacer para no caer? 

Por: P. Horacio Bojorge S.J. | Fuente: Clínica del Buen Amor
7.- GIMENA
LA CASTIDAD EN EL NOVIAZGO
¿QUÉ HACER PARA NO CAER?


Realmente nos asustamos mucho porque se nos fue de las manos, no pasó nada, pero sólo porque Dios no nos dejó caer… los dos perdimos el control…
Yo quiero que él sea santo y que se vaya al Cielo.
Y quiero lo mismo para mí.
Quiero que podamos mostrarle a Dios los frutos de un noviazgo santo, pero, con lo que nos viene pasando a los dos, me parece realmente lejano e imposible.”


1. PADRE,
¿CÓMO ESTÁ?


Antes que nada muchas gracias por el aporte que hace a todos los cristianos con su blog. Le cuento por qué le escribo.

Resulta que estoy de novia hace poco más de seis meses, con un chico buenísimo, practicante y piadoso. Pero tenemos un problema con el tema de la pureza.

Hemos tenido varias caídas, (no es que hayamos tenido relaciones sexuales, sólo caricias fuera de lugar). La última vez que pasó esto, realmente nos asustamos mucho porque se nos fue de las manos, no pasó nada, porque Dios no nos dejó caer tan bajo.

Hablamos del tema y ambos pensamos en terminar la relación por este problema. Quedamos en rezarlo y en pedir consejo. Sinceramente, yo no quiero terminar la relación por lo que sucedió, yo lo amo. Pienso en una familia con él y él piensa igual.

¿Qué quiere Dios? Obviamente no quiere que caigamos en pecado mortal, yo tampoco quiero eso. Esta situación me hace mal... a él también. Trato de rectificarme, ¿me ayuda? ¿Cómo podemos hacer para no caer más? Padre, espero que pueda aconsejarme. Muchas gracias, desde ya. Que Dios lo bendiga.

Gimena

MI RESPUESTA

Tengo una respuesta para ti en la carpeta de borradores. Pero antes de enviártela desearía que me dijeras algo más acerca de ti misma: país y ciudad de residencia, si estudias y o trabajas y en qué; tu edad y la de tu novio (o por lo menos la diferencia que hay en años y quién de los dos es mayor), si has tenido otro(s) novio(s) antes y lo mismo tu novio si ha tenido otra(s) novia(s)... en fin algunos datos biográficos tuyos e información sobre tu vida religiosa pasada y presente.

Comprenderás que es muy arriesgado responder sobre un hecho tan importante, a una persona totalmente desconocida con tan poca información acerca de la situación de ambos.

También quiero pedirte que seas prudente con mi respuesta, que si algo no entiendes me lo preguntes a mí y no a terceros. Y que lo tengas como una conversación confidencial solamente para ti y tu novio.

A mi vez, yo podría pedirte que, cambiando todos los nombres y datos, pudiera subir al Blog del Buen Amor tus "preguntas" y mis "respuestas" para provecho de otros jóvenes. Antes de publicar nada, lo sometería a tu corrección y aprobación para publicar solamente lo que tú estés conforme en que se publique. Pero respetaría tu negativa. Bendiciones
Padre Horacio

2. PADRE,
PUEDE PUBLICAR, SÉ QUE MANTENDRÁ LA CONFIDENCIALIDAD.


Ambos tenemos 24 años y somos católicos militantes de Misa diaria y apostolados semanales. Vivimos en Argentina, pero él a mil doscientos kilómetros de Buenos Aires donde vivo yo. Como verá la distancia es grande, nos vemos una vez por mes, como mucho.

Yo practico de manera constante desde hace 4 años y él desde adolescente. Él tuvo una novia antes y salió con una chica también. Lamentablemente sí… tuvo relaciones, pero sólo una vez. Luego hizo un retiro espiritual y no pasó nunca más. Yo estuve de novia una vez antes y sin mayores problemas en relación a este tema. Es recién ahora que se me empieza a convertir en un verdadero problema.

Ambos estudiamos y trabajamos en nuestras ciudades de origen. Yo doy un círculo de formación católica y él participa de uno de estudio, también participa de campamentos coordinando la pastoral con niños.

Últimamente ambos hemos estado bastante secos (espiritualmente hablando) y nos ha costado el estudio y la oración. Yo creo que es por este problema de la pureza en el noviazgo.

Tengo miedo de perderlo, porque él es mi mejor amigo. Nos llevamos bien a pesar de tener el mismo carácter (fuerte) y creo que si esto arruina el tesoro tan lindo que nos dio Dios, habremos hecho la peor cosa.

Yo soy bastante "rara" con mis sentimientos, nunca sé si quiero a alguien. Me pasa eso con mis padres, y los amo. La cuestión es que a él sí sé que lo amo. Pero no quiero que este amor mío sea desordenado ni contra la voluntad de Dios.

Yo quiero que él sea santo y que se vaya al Cielo, yo quiero lo mismo para mí. Quiero que podamos mostrarle a Dios los frutos de un noviazgo santo, pero, con lo que nos viene pasando a los dos, me parece realmente lejano e imposible por momentos. Yo quiero esforzarme y él también, no quiero que esto nos separe.

Gracias Padre, es importante para mí su respuesta. 

Saludos afectuosos de: Gimena

MI RESPUESTA

Querida Gimena:

Después de tu respuesta te envío lo que tenía preparado. No tuve que cambiar prácticamente nada después de tus aclaraciones.

1) Examina serenamente lo sucedido – yo me lo imagino, pero todavía no te has atrevido a describírmelo y entiendo tu pudor, pero conviene que lo explicites - y me juego a que fuiste tú la que no pusiste límites al comienzo y tuviste que ponerlos antes de un mal final.

Sucede que la chica, a menudo, no sólo no pone límites sino que provoca la extralimitación sin plena conciencia de los riesgos. ¿Por qué? porque hambrea las manifestaciones de afecto de su novio: el abrazo cariñoso, el beso, el contacto físico. Si el novio fuera una amiga no pasaría nada. ¡Pero es un varón! Y en él, esa misma cercanía física que ella busca y anhela en su hambre de amor, se convierte en motivo de excitación sexual y pasión enceguecedora.

Por eso te digo que si examinas lo sucedido, apuesto a que fuiste tú la que indujiste el comienzo y tuviste que poner fin al episodio que tanto te aflige. Y menos mal que lo hiciste. Hay chicas que no se conforman con que el novio no le dé frecuentes y hasta continuos signos físicos de afecto. Por este motivo a menudo lo tildan de frío o de desamorado. O dudan de si realmente la querrá.

Por el otro lado hay chicos que no entienden otra forma de manifestar su amor y de que su novia se lo exprese si no es con besos, tactos y abrazos. Error por ambas partes.

Durante el noviazgo hay que aprender a manifestarse el afecto sin profusión de contactos físicos intensos. Éstos son más peligrosos para el varón que para ella. Por eso debe ser ella la que cultive el recato y el pudor. Pudor en el vestir y en el actuar. Ya bastante agredida está la castidad de nuestros varones, para que su propia novia provoque su desgobierno pasional y se convierta, por eso mismo, de la amiga en enemigo.

2) Pero lo que tanto te aflige no es motivo para romper el noviazgo y la relación. Dice un proverbio latino muy sabio "abusus non tollit usum": el abuso no se opone al uso. Por miedo al abuso no hay que desesperar de que se pueda hacer buen uso. ¿Por miedo al alcoholismo no tomar vino?

Si fuera por eso tampoco habría que casarse. Porque, no nos engañemos, algo semejante pasa aún dentro del matrimonio, durante el cual también debe el varón alcanzar la virtud de la castidad en el ejercicio mismo de la intimidad matrimonial. Por eso debe ir cultivando la virtud de la castidad desde el noviazgo, con la ayuda de su novia, que debe ser el ángel guardián de la castidad.

La virtud de la templanza es la que sabe moderar el uso de los bienes de modo que no degeneren en abuso. En este caso creo que hay que llamar a la mujer a tener templanza en dar y querer recibir manifestaciones de afecto. Y al varón hay que llamarlo a la templanza en el impulso sexual físico. Porque por esos dos extremos, el uso degenera en abuso.

3) Una vez casados empezará, con la gracia divina del sacramento, la tarea de la esposa en ayudar a su esposo a no perder pie en una sexualidad despersonalizada y despersonalizadora. Sexualidad, de algún modo, animal. Ella tendrá la tarea de ayudarlo a crecer en la personalización de sus relaciones. Ella debe ser médico que sane en el varón las consecuencias del pecado original, las cuales son en él muy distintas que en la mujer.

Para entender mejor esto: ¿Has leído "La Casa sobre Roca"? Si no lo has leído, léanlo con tu novio. Y también te recomiendo la lectura del libro que sigue a La Casa sobre Roca: “¿Qué la pasó a nuestro amor? Respuestas divinas a preguntas humanas”.

4) Y ahora vengo a responder tu pregunta: ¿Qué hacer para no caer más? Hay que dedicar los encuentros del noviazgo a fortalecer la amistad entre ambos. Con este fin conviene que:

a) oren juntos,

b) estudien juntos en el catecismo lo que es el sacramento del matrimonio,

c) crezcan juntos en su relación de fe, esperanza y caridad, con las Tres divinas Personas.

d) si es posible prepárense juntos para consagrarse a la Santísima Virgen.

e) tengan ambos confesor fijo y padre espiritual, cuando esto es posible, y si es posible, el mismo para los dos

f) vayan a la misa juntos.

g) consagren su noviazgo y su futuro matrimonio e hijos al Señor.

h) Tú examínate si estás dispuesta a tener muchos hijos. Y piensa que tu novio tendrá que ir aprendiendo a manifestarte su amor de manera ordenada. En algún momento de tu matrimonio puede ser que no quieras relaciones íntimas y que te arregles perfectamente con otro tipo de manifestaciones de afecto de tu esposo ¿Por qué no vas aprendiendo esa templanza desde el noviazgo, para evitar dañar a tu novio, haciéndole perder pie en la excitación sexual?

i) Conviene que el lugar del encuentro los proteja de lo sucedido. Examinen cuál fue el lugar en el que les sucedió lo que me cuentas y vean por qué pudo suceder eso allí. Eviten ese lugar y ese tipo de lugares como lugar de encuentro.

j) El que es humilde sabe que puede caer. Y el que casi cae, que examine si no fue presuntuoso en vez de humilde y no temió ni de sí mismo ni por el otro, convencido de que "a mí" o "a nosotros no nos va a pasar nada".

k) Por eso hay que ser cauteloso. Tratar de no encontrarse en situaciones que facilitarían una caída, como sería quedarse solos en una misma casa. O salir a vacacionar juntos solos. En los encuentros: evitar sentarse demasiado juntos en un solo asiento, estar abrazados, etc.

Convéncete de que la naturaleza humana está herida por el pecado original y que las pasiones se desordenan, sustrayéndose al control de la razón. En ti se desordena el deseo de ser querida y poseer afectivamente a tu novio, de expresarle tu afecto al modo femenino. Y en tu novio se desordena el deseo de poseerte físicamente. Los dos deseos se desordenan y ambos pierden pie en su propio desorden arrastrándose mutuamente hacia la pérdida del control.

Si hay dudas sobre algo de lo que te digo, pregunta. Pero también yo quisiera saber si lo que te digo te enseña algo nuevo. Si reconoces que estabas equivocada en alguno de los puntos que te expongo en forma de conjetura.

Si te das cuenta ahora de cuáles fueron tus errores para que las cosas fueran tan lejos, espero que me lo digas sinceramente. Quiero decir, que no te reserves para ti misma y para tu propio uso lo que te estoy exponiendo, para manejarlo todo por ti misma, "con ayuda de los consejos del padre", pero comportándote como un dios que lo gobierna todo con su propia pequeña providencia.

He conocido varones que dejaron a su novia porque los acosaba "echándoseles encima" por decirlo así, o imponiéndoles un contacto físico que los "descomponía" o "excitaba".

Hay chicas que intentan así un apoderamiento del ser del varón aún a costa de la dignidad del varón, o de su división espiritual. Y chocan contra la voluntad de algunos varones, que son quizás los mejores y más nobles, que aspiran a la castidad como a una condición necesaria para mantenerse íntegros, es decir, no disociados porque la pasión va por un camino opuesto al que prescriben la razón y la fe.

Por duda de si me ama y por el miedo a perderlo. “Creo que he caído en la trampa que usted dice: de querer apoderarme del varón. Estaba ciega por miedo a perderlo. Por eso lo excité”

2. ESTIMADO PADRE:

Mil gracias por su respuesta. Paso a responderle punto por punto.

1- Tiene razón yo no puse límites. Es más: yo llevé la situación a ese extremo. Lamentablemente nunca me di cuenta de eso hasta después de lo que sucedió. Eso me llena de mucho dolor pero me muestra lo necesario de ser humilde para comprender que se puede caer y que es necesario estar prevenidos.

2 - Mi novio había venido manteniendo distancia física y manejando todo evitando los "arrumacos". Y yo pensaba que era "frío" o que no me quería. ¡Estaba tan equivocada! Mi novio nos estaba cuidando a los dos. Me duele mucho haber sido causa de todo este dolor para ambos.

3 - Todo sucedió por no haber guardado, temerariamente, las cautelas que Usted recomienda. Esas cautelas son de sentido común cuando uno sabe que puede caer por estar heridos por el pecado original. Yo no las tuve en cuenta, aunque se las hubiera aconsejado a cualquier amiga. Ya que Usted me lo pregunta le cuento, venciendo mi vergüenza de contarlo, qué es lo que sucedió realmente, para que otros jóvenes que visiten su Blog, vean cuánta razón tiene lo que Usted aconseja. ¡Hicimos todo lo que Usted aconseja no hacer!

Nos quedamos solos en su casa de casualidad y comenzamos a besarnos y acariciarnos de una manera que se fue haciendo bastante desenfrenada desde el primer momento. No sé ni cómo llegamos a su habitación y nos recostamos en la cama, ya que nunca dejamos de besarnos. Allí las cosas se fueron de control, las caricias fueron debajo de la ropa, (camisa y pantalón). Sinceramente yo no conseguía pensar en ese momento. La situación se extendió unos minutos. El se recostó encima mío y metió su mano dentro de mi pantalón, luego lo bajó un poco, y acaricio mis genitales. Yo también acaricié los suyos. Tanto se extendieron estas caricias que ambos tuvimos un orgasmo. Cuando a mí me pasó eso, me asusté por la sensación, ya que era desconocida para mí y me levanté de manera bastante violenta dirigiéndome al baño.

Estaba muy avergonzada por lo que había hecho; por lo que le hice a él. La eyaculación me asustó mucho. Me puse a llorar en el baño y él, del otro lado de la puerta me preguntaba cómo estaba, si él me había lastimado, etc.

Cuando salí me abrazó, me pidió disculpas. Ambos estábamos realmente avergonzados, heridos en nuestro pudor. Fue en un segundo que todo se nos fue de las manos, fuimos muy imprudentes. Y todo fue mi culpa, yo no puse límites, yo induje la situación...

4- Le cuento cómo llevé la situación a ese extremo. Creo que primero es por falta de confianza en Dios. Mi novio es muy bueno, realmente valioso. Me daba miedo perderlo. Y eso que no soy una persona con problemas aparentes de autoestima. Aunque ante esto creo que se evidenciaron.

Tiene razón, era miedo irracional. Si me pregunta qué pensaba tengo que contestarle... "en nada y en todo junto". Eran un montón de ideas arremolinadas en la cabeza. Sinceramente no puedo identificar una frase que me moviera, solo era un impulso irracional. MIEDO y DUDA. La duda era sobre él, sobre su amor hacia mí y sobre mí y sobre mí misma, si estoy capacitada para estar de novia "bien" o no. Era un torbellino de inseguridades, se ve que el Enemigo se hizo "tamaño plato" conmigo...

Respecto a los errores de procedimiento es simple, lo "cargosié" todo el tiempo. Cuando él me apartaba, yo entendía que era un acto de desamor cuando era todo lo contrario. Yo procuraba estar sola con él, sin intención de nada prohibido, pero dado mis "cargoseos" esas situaciones se daban solas. Creo que yo quería que él me prestara “toda” su atención, la cual ya me daba. Solo que yo la exigía total y de una manera más desordenada.

Y otra cosa, yo me sentía muy mal después de haber tenido alguna caída, pensaba..."¿quién va a querer, para madre de sus hijos, a alguien como yo, que no se controla?" o "¡no soy digna de confianza!" o "¡él es tan bueno, que va a enamorarse de alguien mejor que yo, más buena y más pura y a mí no me va a querer más!". Ese fue el último pensamiento que me atormentó.

Y acá estoy.

Anoche hablé con el que todavía es mi novio y no sé si esto seguirá siendo así. Le conté todo lo que me pasaba, las inseguridades, todo... él me escuchó como siempre, atento. Calculo que ya lo imaginaba... es muy perceptivo.

De todas maneras él está dudando de la conveniencia de seguir. Lo lastimé mucho, hice salir de él cosas muy feas y él no sabe si podrá manejarlas a futuro.

Dañé a quien amo, me partí el corazón y ofendí a Dios. La hice completa.

Merezco que la relación se termine y con eso, todo el dolor que eso traiga.

Espero que esto pueda ayudar a alguien. Yo me pongo en las manos de mi Madre y le ruego que rece por mí. Y por mi "príncipe", para que pueda oír la voz de Dios, ya que está muy atribulado. Le está siendo difícil discernir las ideas del buen espíritu.

5- Me hace muy feliz que usted considere que esto no es motivo para romper con el noviazgo. También le pido oraciones para que ambos podamos robustecer la voluntad y crecer en virtud para mantenernos puros y castos. Principalmente por mí, ya que soy la encargada de ser "ángel guardián" de la pureza de mi novio. Eso me da mucho miedo, pero sé que con la gracia de Dios, será posible. También había pensado antes de recibir su mail en una consagración del noviazgo a la Virgen Santísima ¡Lo haremos!

6- Respecto a la oración: cuando nos vemos, lo cual no es frecuente por la distancia a la que vivimos, vamos a la Misa juntos. Por la distancia tampoco podemos tener el mismo director espiritual. Pero tener uno cada uno por su lado será algo más posible.

7- Voy a mantener la distancia física en los encuentros para evitar las caídas, para no herirlo ni salir herida, no quiero "acosarlo" ni "excitarlo"... Quiero que sea santo, que ambos lo seamos.

8- Cuando usted dice ... "apoderamiento del varón" creo que he caído en esa trampa también. Supongo que por inseguridad busco que me demuestre lo que siente de manera más física. Y eso es realmente una estupidez, él me lo demuestra precisamente "sin lo físico", se esfuerza por nuestra relación, viaja y se sacrifica... Yo no lo veía, estaba ciega por miedo a perderlo, cuando él demostraba todo el tiempo amarme.

Padre, espero que no sea tarde y que podamos sanar las heridas del noviazgo. Sé que mi novio es bueno y que es imprescindible que yo me esfuerce y empiece a practicar la templanza. He rogado tanto por ello, Mamá María, va a escucharme, estoy segura.

Si, ya he leído el libro, La Casa sobre Roca. Y creo que mi novio también lo ha hecho. Estará de acuerdo con que lo meditemos para tenerlo más presente, ¿no?

Padre, rece por mí y por mi novio. Gracias, que Dios le pague por este consejo con alegría eterna. Saludos afectuosos en Cristo.

Gimena

MI RESPUESTA

Querida Gimena

Eso que sucede en el noviazgo viene a ser una masturbación de a dos. Y por eso se ha de evitar. Y es masturbación porque se excluye la relación plena en orden a la generación o abierta a ella. ¿Te das cuenta que no podía responderte sin tener yo claridad al respecto?

Si entendí bien, me dices que tu novio había quedado herido o enojado o que pensaba que tenían que dejar el noviazgo por lo sucedido ¿puedes aclararme este punto?

Comprendo tu vergüenza, pero si consultas a un sacerdote, haces bien en callar la verdad por vergüenza. El Papa nos está enseñando a ser claros en estos asuntos cuando es para corregir el mal y evitarlo, no andándonos con tapujos. La verdad nos hace libres. Y la caridad se realiza en la verdad.

Padre Horacio

3. PADRE,

Mi novio me comentó el motivo de su enojo. Él me dijo que creyó haberme aclarado antes que mi trato hacia él era “cargoso”. Lamentablemente yo no advertí eso, es decir lo escuché, pero no lo internalicé y que porque no cambié mi modo de proceder con él, llegamos a la situación tan fea de esa tarde.

También estimo que tiene que ver con su disgusto, que él en su adolescencia había tenido una caída significativa en este aspecto, por lo cual él me confió que esta situación lo hizo "retroceder" a eso de lo cual él tanto se había venido cuidando.

Me dijo que lo que nos había pasado le dio mucho miedo de no poder controlarse conmigo en un futuro y seguir ofendiendo a Dios. Me dijo que en los días posteriores había tenido tentaciones muy fuertes que lo tenían asqueado (lo cual a mí también me pasó en los días siguientes).

Y por último que él no se sentía capaz de presentarle a Dios un propósito de enmienda serio, por más que lo tuviera.

Él habló con su confesor y este lo aconsejó de manera semejante a como Usted me aconsejó a mí. Por eso él quiso plantear nuevas pautas de comportamiento para cuando estemos juntos, para no dejar en la "nada" lo que pasó y para no caer de nuevo en la misma falta. Creo que él se culpa por haberme generado el desorden, de la que sólo yo soy la culpable por haberlo consentido.

Más allá de eso no hubo enojo en él. Creo que fue más frustración y amor propio herido por contemplar sus faltas y las mías (se ve que me tenía en gran estima).

Muchas gracias, Padre. Saludos afectuosos de Gimena


MI RESPUESTA

Gimena, querida hija:

Doy gracias al Señor por darte tanta luz para entender lo que te pasó y para poderlo describir tan bien. Tu relato hará mucho bien a otras chicas a las que el demonio les juega las mismas malas pasadas.

Creo que tienes que abrirle tu alma a tu novio y contarle todo lo que me cuentas a mí. Quizás escribírselo. Reconocer tu error, pedir perdón... y dar tiempo esperando. Orando para aguantar la marejada a la que te someterá tu enemigo.

Debe ser algo muy discreto, por eso te hablo de una carta. Creo que convendría que se entere de este intercambio de correos. Quizás le convenga leerlos enteros para entender él también lo que me dices y lo que te explico respondiendo.

Es importante que tu miedo y tus dudas no te precipiten a tomar la iniciativa y "cargosearlo" no dándole tiempo para que decante su vergüenza y vuelva a tomar la iniciativa él.

En todo lo sucedido, que describes muy bien, si lo relees, verás que esas tentaciones te hicieron tomar iniciativa, es decir quitarle al varón la iniciativa.

El amor de la mujer debe ser un amor de respuesta. De lo contrario se convierte en lo del cantar; "el que quiere comprar el amor se hace despreciable". Comprar, es decir ser dueño, apoderarse.

Y por eso, cuando ella duda del amor del varón se inclina a intentar comprobarlo por sí misma y pasa lo que pasó.

La mujer debe apreciar la gratuidad del amor del buen varón, del varón virtuoso. Portador del fuego divino del amor. La "gratuidad". Es un don gratuito. ¿Y cómo se ha de recibir un regalo? Pues sin temor ni dudas, ¡con gratitud!

Y la gratitud es un efecto de la receptividad. Se agradece lo que se recibe. La mujer debe recibir el amor del varón como se recibe un regalo.

Las flores, los bombones, las cartas, y otros regalos del novio, son como "sacramentos", signos sensibles del amor invisible. Cuando la mujer no ve el regalo, en lugar de dar las gracias quiere manotearlo. Pasa de la receptividad a la iniciativa.

Receptividad no quiere decir pasividad. Es una acción, es algo muy activo: es una activa receptividad. Por eso te insisto que te quedes quieta y que confíes. Que no empieces a los manotazos de ahogada. Confía en Dios que ha puesto amor en el corazón de tu novio. Y espéralo luchando si es necesario contra las tentaciones, para lograr estar en paz.

¡Nuestra Señora de la Paz, ruega por Gimena. Rey de la Paz, reina en el corazón de Gimena. Amen!


Padre Horacio

4. PADRE,

Agradezco a Dios por sus consejos. Han sido fundamentales para mí.

He hablado con mi novio, sincerándome. Le pedí disculpas por lo que había hecho, le conté que había llevado a la oración todo lo que pasó y que todo había sido mi culpa.

Él me dijo que de ninguna manera las cosas podrían quedar como "si nada hubiese pasado"; que era necesario modificar nuestras acciones para encaminar nuestro noviazgo al Cielo. Y que esos cambios iban a ser lo que demostrarán a Dios el propósito de enmienda por nuestros pecados.

Me dijo que temía mucho volver a caer y que no quería arriesgarse a eso nunca más. Hizo hincapié en el miedo que tenía a dañarme, que eso no iba a poder perdonárselo, que en este tiempo de noviazgo él no me había aportado nada bueno (lo cual no es verdad).

Hablamos bastante, la distancia hace que usemos el teléfono, lo cual deja más tiempo para pensar y para no guiarse por las emociones de una charla frente a frente.

Así que llegamos a una conclusión. El amor entre los dos es algo que se meditó mucho antes de ponernos de novios, ambos lo llevamos a la oración y fuimos prudentes.

Si ocurrió el desorden fue después, por falta de vigilancia de mi parte... por todo lo que ya vimos. Así que me dio otra oportunidad (decir esto atenta terriblemente con mi amor propio, pero es verdad. Yo me equivoqué y a mí me dieron otra oportunidad).

Cambiamos algunas "reglas internas" para protegernos del enemigo. Y acá estamos, haciendo un acto de confianza en la gracia de Dios. Yo tratando de ser receptiva de ese amor que mi novio me da. Eso implica que mortifique mucho mi impaciencia natural y que rechace las imaginaciones e inseguridades.

Es verdad lo que Usted me dijo, el amor es un don de Dios, un regalo que tengo que aceptar cuando se me da. Habrá notado que me cuesta mucho tener una actitud pasiva, pero es la más conveniente y apropiada para una mujer. De eso estoy convencida (me convencí con esto).

Dios es muy bueno, me dio a un novio muy virtuoso y encima me ama, tengo que cuidar ese "don". Estoy bastante esperanzada, pero eso no quita mi cuota de realismo, sé que va a ser difícil. Por eso me quiero preparar con mucha oración y mortificación, para poder someter mis pasiones.

El domingo pasado, ya habiéndose solucionado todo con mi novio ofrecimos el Rosario en agradecimiento y pidiendo fuerzas para llevar un noviazgo santo. También en la Misa y en la Adoración de la tarde me encargué de eso. Le pido que nos encomiende. Sé que será difícil pero es la voluntad de Dios. Además lo único que tenemos es la Cruz, así que acá vamos...
Padre, muchas Gracias! Ha sido un gran apoyo para mí en estos momentos...

A mi novio ya le mandé los mails, para que entienda mejor. Dios nos guíe y sepamos nosotros ser dóciles a sus inspiraciones.
Que Dios le pague con alegría eterna lo que ha hecho por mí.

Saludos afectuosos de
Gimena

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