El Papa Francisco pidió que este tiempo de Cuaresma
sea un tiempo oportuno para acercarnos al Señor y pedir su misericordia.
“Que la Cuaresma que estamos viviendo sea tiempo
oportuno y precioso para acercarnos al Señor, pidiendo su misericordia, en las
diversas formas que la Madre Iglesia nos propone”, indicó el Pontífice antes del rezo del Ángelus de este domingo 22 de
marzo.
Al comentar el pasaje del Evangelio de San Juan de la liturgia de este
cuarto Domingo de Cuaresma que relata la curación de Jesús a un ciego de
nacimiento, el Papa afirmó que “cada uno de
nosotros está llamado a recibir la luz divina para manifestarla con toda la
propia vida”.
El #EvangeliodeHoy
(Jn 9, 1-41) nos enseña que el pecado es como un velo oscuro que cubre nuestro
rostro y nos impide vernos a nosotros mismos y al mundo con claridad; el perdón
del Señor nos quita este manto de tinieblas y nos da una nueva luz.
— Papa Francisco
(@Pontifex_es) March 22, 2020
Además, el Santo Padre recordó la afirmación de Jesús “yo soy la luz del mundo” para añadir que Cristo
es “la luz que aclara nuestras tinieblas”.
“Así es Jesús. Él actúa la iluminación en dos
niveles: uno físico y uno espiritual. El ciego recibió en primer lugar la vista
en los ojos y después, es conducido a la fe, en el Hijo del hombre, es decir
Jesús. Es todo un camino”, explicó el Papa.
Sin embargo, el Pontífice relató que “los
doctores de la ley, que estaban allí, un grupo, se obstinaron a no admitir el
milagro, y dirigieron al hombre curado preguntas insidiosas” pero el
ciego curado respondió: “yo sé una cosa: era ciego
y ahora veo”.
“Los prodigios que Jesús actúa no son gestos
espectaculares, sino que tienen la finalidad de conducir a la fe a través de un
camino de transformación interior”,
subrayó.
En este sentido, el Papa añadió que “en
medio de la desconfianza y la hostilidad de los que lo rodean y lo interrogan
incrédulos, él realiza un itinerario que lo lleva a descubrir gradualmente la
identidad de Aquel que le abrió los ojos y a confesar su fe en Él”.
Por ello, Francisco expresó que ojalá “podamos
también nosotros tener esta experiencia” ya que el “ciego sanado, que ahora ve
con los ojos del cuerpo y del alma, es imagen de todo bautizado, que inmerso en
la Gracia ha sido arrancado de las tinieblas y puesto en la luz de la fe”.
Por último, el Santo Padre invitó a leer este domingo con calma el
capítulo 9 del Evangelio de San Juan: "también
yo lo haré, nos hará bien a todos".
Redacción ACI Prensa
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