La nulidad no es un
"divorcio" porque no se está terminando un matrimonio, sino se
declara que nunca fue válido.
Por: Cristina Valverde Johnson | Fuente: Revista Vive!
Para que un
matrimonio sea legítimo debe ser realizado de forma válida, esto contempla
varios requisitos a tomar en cuenta.
El papa Francisco ha despertado un gran interés en la posibilidad de
declarar nulo un matrimonio eclesiástico. Uno de los primeros actos de su
pontificado fue reformar el proceso de nulidad con el fin que este sea más
ágil.
LA
FAMILIA EN EL PROCESO
Todavía no hay un conocimiento pleno respecto a lo que implica iniciar
este proceso. ¿Es muy difícil? No, si se
recibe la asesoría correcta, para lo que es necesario acudir, en este caso, a
abogados canónicos. Aunque hay que tener un poco de paciencia, como en todo
procedimiento es necesario seguir ciertos pasos para verificar si el matrimonio
fue nulo o no.
Otra pregunta frecuente es ¿qué sucede con
los hijos? La respuesta es nada. Esto no cambia, el vínculo filial sigue
intacto, pues lo que se revisa es el vínculo matrimonial. Así, los padres
mantienen su patria potestad y sus obligaciones. En el caso de resultar nulo el
matrimonio y los padres se han vuelto a casar civilmente, estos podrán retomar
la gracia de la comunión eucarística.
¿CUÁNDO
ANULAR UN MATRIMONIO?
A través de este proceso puede declararse nulo un
matrimonio, es decir, comprobar que nunca existió al faltar uno o algunos de
los elementos esenciales del matrimonio:
- Que uno o ambos de los contrayentes fuera a la boda bajo coacción.
- Que excluyeran toda posibilidad de tener hijos.
- Que engañara al otro sobre el padecimiento de alguna enfermedad de
transmisión sexual.
- Drogadicción, entre otros.
De esta forma, la nulidad no es un “divorcio” porque no se está terminando
un matrimonio, sino se declara que, en primera instancia, nunca fue válido.
LOS
CAMBIOS ACTUALES
Ante esto, el Papa estableció que no se necesitan dos sentencias de dos
tribunales distintos que declaren la nulidad, como antes, lo que podía tardar
muchos años.
Actualmente, el proceso puede durar entre 1 y 2 años dependiendo del
caso, recordemos que cada uno es diferente. Por ejemplo, puede suceder que la
otra parte o algún testigo importante viva en el exterior, entonces el tribunal
más cercano le toma su declaración.
LA
DIFERENCIA CON EL DIVORCIO
Una de las dudas que muchas personas tienen es si el proceso de nulidad
es un “divorcio católico”. El papa Francisco
ha reafirmado la indisolubilidad del matrimonio en varias ocasiones ya sea en
homilías o en documentos como en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia
donde nos dice que esta indisolubilidad no hay que entenderla como un “yugo” impuesto a los hombres sino como un “don” para que el amor entre los esposos sea para
siempre.
El Pontífice nos recuerda que la verificación o no, de la validez de un
matrimonio, representa una importante posibilidad para muchas personas.
Anticipa además que es un proceso doloroso, en el que la Iglesia extiende sus
brazos para ayudar a los fieles a recorrer este camino con misericordia y
esperanza.
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