Las autoridades estimaron en 1.8 millones de
personas las que participaron en la Romería de Nuestra Señora de Zapopan, en el
estado mexicano de Jalisco, que concluyó el último fin de semana.
La Romería se inició el 9 de octubre con la recepción
de la imagen de Nuestra Señora de Zapopan en la Catedral de Guadalajara, para
concluir el domingo 13 con el Día del Danzante en la Basílica de Nuestra Señora
de Zapopan.
La imagen de la Virgen de Zapopan, patrona de la Arquidiócesis de
Guadalajara, data de la primera mitad del siglo XVI. Fue coronada por el Papa
Benedicto XV en 1921.
Un siglo antes había sido nombrada “Generala
del Ejército Trigarante”, que consiguió la independencia de México, de
ahí que Nuestra Señora de Zapopan sea conocida popularmente como “La Generala”.
A fines de noviembre, la Romería de la Virgen de Zapopan fue reconocida
por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO) como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Al presidir la Misa de Bienvenida de Nuestra Señora de Zapopan a su
Basílica, el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega,
destacó que “Jalisco es lo que es por la Virgen
María en sus distintas advocaciones que se veneran en el Estado, es factor
importantísimo e indiscutible de nuestra identidad”.
“Reconocida ahora por la misma UNESCO al declarar
la Romería como patrimonio intangible de la humanidad”, destacó.
El Cardenal Robles Ortega señaló que Santa María “es tipo y modelo de la Iglesia. Por eso cuando en nuestro proceso
pastoral hablamos de la necesaria renovación de las estructuras eclesiales
debemos poner la mirada en esta bendita imagen que nos recuerda cuál es nuestra
identidad como Iglesia y que nos recuerda cuál es nuestra misión en esta sociedad”.
“Hoy la presencia de la Iglesia, Esposa del
Príncipe de la Paz, debe trabajar por la construcción de la paz que se funda y
brota en la justicia social y en la solidaridad fraterna”.
Sin embargo, precisó el Purpurado, “no
podríamos aspirar a la paz sin la justicia que comienza con el reconocimiento y
el respeto irrestricto de los derechos fundamentales de toda persona,
comenzando con el derecho más elemental y que sustenta todos los demás
derechos: el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural”.
“Sin el respeto al derecho a la vida, todos los
demás derechos son pura ilusión ideológica que terminan por erosionar y
deformar los auténticos derechos humanos”, dijo.
El Cardenal Robles Ortega subrayó que “todo
lo que atenta contra la vida no puede ser un derecho sino esclavitud idolátrica
de los propios caprichos egoístas”.
“Las ideologías quieren imponer su agenda en la
sociedad y poco a poco van minando las conciencias hasta hacer que parezca
bueno lo que no lo es, terminando por confundir y erosionar valores, y
paradójicamente los derechos más elementales como el de la vida y el de la
libertad de conciencia”.
El Arzobispo de Guadalajara señaló que “la
Virgen de Zapopan nos recuerda que la auténtica paz solo puede venir de la
disposición amorosa de recibir al otro como otro, respetándolo y reconociendo
que es valioso por el mero hecho de existir, y ella aceptó ser la Madre del
Hijo de Dios a pesar de las consecuencias sociales que pudieran venirle”.
“Porque su corazón maternal tenía la capacidad de
acoger la Palabra de Vida, de la cual ya había hecho norma de vida”, dijo.
Redacción ACI
Prensa
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