La Hermana Marie de
la Sagesse Sequeiros es argentina y reside en Francia desde hace años. Además
de religiosa, es abogada y, desde que tiene uso de razón, ha venido estudiando
vida y obra de Santa Juana de Arco.
Acaba de publicar un
estudio en español que, además de estar excelentemente escrito en la lengua de
Cervantes, cuenta con fuentes documentales inhallables. Fuera de ello, como su
intención es también la de divulgar a la santa francesa, ha escrito este libro
sin la pedantería de las academias. Se lee de corrido, de un tirón nomás.
Presentamos aquí la
entrevista que nos concediera para “Que no te la cuenten” y auguramos un
éxito editorial de esta obra completamente original.
P. Javier
Olivera Ravasi
*
* *
Santa Juana de Arco. Reina, virgen y mártir. Primer
estudio documental en español a la luz de sus procesos
Entrevista a la autora
Hna.
Marie de la Sagesse Sequeiros, S.J.M.
P. Javier Olivera Ravasi: Mucho ya se ha escrito
acerca de Juana de Arco hasta nuestros días. Me pregunto, sin ánimo de ofender:
¿tiene sentido un nuevo libro acerca de esta santa y guerrera?
Sor Marie de la Sagesse: Bueno, a propósito de la
doncella de Orleans muchos historiadores afirman que nunca se dirá lo
suficiente, “de Ioanna nunquam satis”. Esto ya sería una buena razón
para comenzar con un nuevo libro puesto que su figura es inagotable. Aparte de
algunas razones personales que me motivaron a hacerlo, y que enumero en el
prólogo, creo que poco y nada de todo
el gran tesoro bibliográfico sobre santa Juana está traducido al español.
Por eso, al escribir de nuevo sobre ella, poco diré que no haya sido publicado
en Francia, intentando poner al alcance de un lector hispanohablante las
mejores obras de los historiadores galos que más ahondaron en su misterio… sin
poder agotarlo totalmente.
P. Javier Olivera Ravasi: Si le preguntamos a un mortal común y silvestre
quién fue Juana de Arco, muy probablemente nos dirá que se trataba de una bruja
o algo así… La historia y la leyenda negra se han mezclado con el correr de los
siglos ¿es hoy el momento de separar el trigo de la cizaña?
Efectivamente, como ud. dice,
las leyendas negras sobre ella son infinitas y siguen perdurando y aumentando
día a día debido a que su controvertida figura “da
para todo”, y es cierto… Ella
configura un abanico de riquísimas facetas sintetizadas en una simple campesina
que encarnó virtudes y vocaciones aparentemente opuestas de una manera
tan armoniosa como nadie lo ha hecho hasta el momento.
No debe por ello extrañarnos
que esa conjunción de facetas “opuestas” diera
ocasión a que haya sido malinterpretada por distintas banderas según su mayor
conveniencia: desde el nacionalismo galicano que la redujo a una figura
meramente patriótica, hasta las peores hordas feministas que la enarbolan como
vanguardia del lesbianismo.
Incluso con una mirada
superficial y atrevida podría alegarse que la Iglesia “se
equivocó” al canonizar a una “bruja”, dejándonos
como ejemplo a imitar a una mujer que, disfrazada de varón, hizo la guerra para
terminar sus días en una hoguera como la peor de las herejes. Como si fuera
poco, fue la Inquisición quien la mandó matar, y después de cinco siglos la
misma Iglesia viene a declararla ¿¡santa!?
Palabras más, palabras menos,
es lo que cualquier desinformado podría plantear a la hora de escuchar el dulce
nombre de “Jeanne d’Arc”. A pesar de que
existe una innumerable y excelente bibliografía francesa que desmiente mito por
mito las calumnias historiográficas.
P. Javier Olivera Ravasi: Ud. menciona que habría
en Juana “vocaciones aparentemente opuestas” ¿a qué se refiere?
Sor Marie de la Sagesse: Habiendo
pasado su infancia “escondida” en una
pequeña aldea donde ayudaba a su padre en el campo, de pronto esta niña deja su
“vida oculta” para iniciar, junto con unos
pocos seguidores, la admirable misión de salvar a su patria del yugo inglés en
tan solo tres años.
Además, siendo una simple pastorcita en el campo de batalla dio
ejemplo de virilidad y de audacia como pocos soldados -siempre la primera en ir
adelante en las ofensivas y muchas veces la última en cubrir la retaguardia-,
lo que dejó admirados a los capitanes más experimentados de la época.
Tampoco debemos olvidar que
con solo 18 años se convirtió en capitana
de un ejército de casi 10.000 hombres al que llevó a la victoria gracias a una
excelente estrategia militar. Finalmente sentó las bases de la paz luego de una
guerra centenaria y consiguió la unidad política de una patria que estaba
dividida por interminables guerras civiles.
Podría decir que la doncella
guerrera fue una verdadera mística en
acción, con una insólita mezcla de vocación activa y contemplativa que le hacía, en pleno combate,
retirarse a rezar en soledad y añorar volver a su hogar para hilar junto a su
madre; pero cuando terminaba sus oraciones, estaba dispuesta a seguir “a punta de
espada” la obra que Dios le había encomendado.
Fue en el mejor momento de su
misión militar que la heroína resultó traicionada por los suyos y vendida al enemigo
para ser sometida a un juicio inicuo en el que se la calumnió y ultrajó
miserablemente. Debió defenderse sola frente a un numeroso tribunal
eclesiástico irregular que ya la había condenado de antemano. Finalmente, la
Pucelle morirá en la hoguera perdonando a sus enemigos y rogando por ellos.
P. Javier Olivera Ravasi: ¿Cuál fue la misión
que Dios le encomendó?
Sor Marie de la Sagesse: Podríamos decir que Juana tuvo
una doble misión, a nivel terrenal: “liberar a Orleans y consagrar en Reims al
Delfín como legítimo rey” y, en el plano sobrenatural: “declarar a
Jesucristo verdadero Rey y Señor de Francia, y a los reyes franceses como sus
lugartenientes”.
De hecho, el levantamiento del
sitio de Orleans y la seguidilla de victorias no fueron más que la condición
necesaria para llegar a la catedral de Reims y consagrar a Carlos VII como lugarteniente del Rey del cielo, punto
culminante de su misión. Este fue el objetivo real y superior por
el que combatió hasta dar su vida: restaurar
el orden político poniendo a Jesucristo como verdadero señor de Francia.
Gloriosa epopeya que terminaría con el derramamiento de su sangre, y que la
volvió una adelantada en la lucha por el reinado social y político de Cristo
Rey, es decir, una verdadera “cristera francesa”.
Por eso su misión es
admirablemente sagrada, política y
laica, con una particular inspiración que se distingue de las otras por
su objeto civil y patriótico. Si
Dios ha inspirado a la doncella guerrera, se debe admitir también que Él ha
apoyado implícitamente la legitimidad
del concepto de patria, e incluso más, el empleo de la fuerza en el
litigio entre naciones, respetando ciertas condiciones como la legítima defensa
o la guerra justa, una vez agotadas las instancias diplomáticas.
P. Javier Olivera Ravasi: Entonces es una santa
política o eclesialmente incorrecta…
Sor Marie de la Sagesse: La vocación de Juana o, mejor
dicho su camino de santidad, fue una misión
política que constituye lo que los estudiosos llaman con una expresión
griega un “hápax”,
algo expresado una sola vez, un hecho único. Pues fue la única vez en
2000 años que Dios, por una
intervención directa, salvó un poder. No hay santo alguno -y menos,
santa- en toda la Historia de la Iglesia que deba ser honrada como salvadora de
la patria por un inmediato mandato divino cumplido hasta la muerte, y muerte de
hoguera. Mons. Delassus, gran estudioso de la doncella, nos recuerda: “Ninguna nación
moderna tiene en sus anales una figura comparable a la de Juana de Arco,
heroína, santa y mártir…” Y
Pierre Virion llega a afirmar justamente que: “Dios ha hecho de ella la gran santa política
para los tiempos de las naciones”. ¡Qué maravilla pocas veces
meditada!
P. Javier Olivera Ravasi: ¿Y por qué a Francia?
Sor Marie de la Sagesse: Nuestro Señor Jesucristo como
soberano de todos los reyes, tiene necesariamente una política, y una política sobrenatural donde ha
asignado a cada pueblo una misión -unas más importantes que otras según el
beneplácito de la Divina Providencia- siendo la de Francia, la de ser la “Hija mayor de la
Iglesia”, título indiscutido desde el bautismo de Clodoveo y que
hasta el momento no ha sido conquistado ni por Estados Unidos ni por Rusia, ni
menos aún por el imperio chino, y que tampoco perdió a pesar de su posterior
infidelidad. Una nación verdaderamente privilegiada para cumplir una vocación
primordial como nuevo Israel que reivindica para sí el Salmo “No hizo nada
semejante a ninguna otra nación”. Por eso mismo Dios al enviarle
a Francia una Juana de Arco para salvarla de un peligro “in extremis”, la proveyó con medios proporcionales a su
elevada misión.
Acá ya estamos haciendo
teología de la Historia. Y justamente esta cosmovisión nos permite no solo comprender
con exactitud la misión de la doncella a la luz de la política divina, sino
también considerar el valor sagrado de los países, de las culturas y de las
lenguas.
P. Javier Olivera Ravasi: En el título de su
libro ud. galardona con tres apelativos a la santa francesa: ¿por qué?
Sor Marie de la Sagesse: Porque Juana tuvo tres
cualidades que pocas veces se han dado en la Historia de la Iglesia: virgen, reina y mártir. Estas aureolas
se dieron unidas en una sola y misma persona, en el lapso de 19 primaveras. La
Iglesia la canonizó como “virgen” por haber practicado esta virtud en grado heroico,
no sólo en el campo de batalla rodeada de hombres, sino sobre todo como
prisionera de guerra… El título de “reina”
lo dejo en suspenso para que lo lean en mi trabajo y el de “mártir” es
una corona merecida que todavía no le ha sido otorgada de manera oficial, pero
que la santa francesa merece por varias razones expuestas por los mejores
historiadores. Incluso hay quienes han pedido otro “justo
título” para ella… el de “doctora de la Iglesia”… y eso
que Juana no escribió nada de puño y letra, más que su sola firma.
P. Javier Olivera Ravasi: ¿Qué fuentes
históricas existen sobre Juana de Arco?
Sor Marie de la Sagesse: En cuanto a los documentos históricos,
jugamos con mucha ventaja, pues, al decir de una historiadora, Colette Beaune, “el caso de Juana es fundamentalmente atípico. Es la
mujer mejor documentada de toda la época medieval”. La mayoría de los
historiadores de buena fe que se han interesado por la pastorcita francesa está
de acuerdo en admitir que de ningún otro personaje del siglo XV se está mejor
informado que sobre Juana de Arco, pues las fuentes y documentos históricos de
primera mano son abrumadores, lo que hace casi imposible tergiversar su vida,
salvo para quien tenga una posición ideológica tomada de antemano.
A modo de
enunciación podemos empezar por cuatro
procesos jurídicos lo cual no es poco decir:
1) El primero fue llevado a cabo
en Poitiers (1429), cuando el Delfín Carlos encomendó
a un tribunal imparcial de clérigos que la interrogasen con el fin de saber si
la niña estaba inspirada por Dios o por el diablo (sólo se conservan las
conclusiones de ese proceso y algunas declaraciones).
2) Al poco tiempo, y ya
prisionera de sus enemigos, se llevó a cabo el proceso de condenación en Rouen (1431), donde Juana fue sentenciada por
el obispo francés Pierre Cauchon y más de 60 canónigos a morir en la hoguera
por “idólatra,
herética, apóstata y relapsa”. El texto se conserva íntegro y es
el más conocido e importante.
3) A 20 años de su muerte, el rey
Carlos VII comenzó en París una
investigación para rever el inicuo proceso llevado a cabo por sus enemigos, que
terminó con la apertura del proceso
eclesiástico que la rehabilitaba
de su condena (1455-1456).
En aquella inolvidable ocasión, más un centenar de testigos oculares prestaron
declaración acerca de la joven.
4) Finalmente tenemos el proceso de canonización iniciado recién
en 1870, el cual terminó con la declaración de la santidad de Juana de Arco el
16 de mayo de 1920 en la
Basílica de San Pedro.
A ello debemos sumar más de treinta crónicas contemporáneas de
distinto tipo, escritas por gente que la conoció personalmente, ya sean amigos
o enemigos. Además del rubro epistolar, no menos importante, pues existen más
de cien cartas que hablan de las
hazañas de Juana, algunas incluso dictadas por ella misma y muchas otras de
altos dignatarios que hablan sobre la doncella, como por ejemplo el rey Carlos
VII, el rey inglés Enrique VI, su regente Bedford, el duque de Borgoña Felipe
el Bueno, etc.
En fin, la lista de fuentes es
interminable y podríamos seguir, con referencias no sólo al ámbito francés o
inglés, sino también de toda Europa. Es decir, fuentes de primer nivel y de
renombrados personajes de la Cristiandad ya que, a decir verdad, el Occidente
conocido se interesó por el misterioso caso de una doncella de 17 años que dio
vuelta la historia de Francia y de Inglaterra.
P. Javier Olivera Ravasi: Usted dijo que ella
misma “dictó” cartas. ¿Existe algún escrito atribuido a la doncella?
Sor Marie de la Sagesse: Juana no ha dejado nada
escrito por sí misma. Lo único que
sabemos de fuente directa nos viene por sus declaraciones y por los testigos
oculares. En efecto, ella fue una campesina iletrada que no sabía ni
leer ni escribir -sólo recién al final de la campaña militar aprendió a firmar
con su nombre-. Sin embargo, la “ignorancia” en
ese aspecto no implicaba que fuese ruda o inculta, ya que la instrucción
religiosa dada por su madre se conformaba perfectamente con el cristianismo
popular de su tiempo. A los 17 años, ya tenía formada una sólida vida interior;
de hecho, su aparente “analfabetismo” le
permitió afrontar con seguridad cualquier inconveniente adverso y enfrentar
sola a un tribunal de doctores y universitarios de la Sorbona.
P. Javier Olivera Ravasi: Es decir que las
fuentes más importantes las proveyeron sus propios enemigos…
Sor Marie de la Sagesse: Exactamente. La gran paradoja es que la principal
fuente histórica que se utilizó para su canonización fue…¡el proceso de condenación por cismática y
hereje!, un extenso interrogatorio hecho por sus “enemigos capitales” -al decir de la misma doncella- que abarca
todas las etapas más importantes de su breve trayectoria: desde la irrupción
que hacen en su vida las voces celestiales en Domrémy, pasando por la liberación de Orleans y la coronación del rey Carlos VII en Reims, hasta su captura en Compiègne como prisionera de guerra,
llegando hasta la prisión y muerte en la hoguera de Rouen.
Sin duda el preciado texto es
la primera fuente “escrita” del via crucis joánico; relatado por ella misma y
sellado con su sangre, ya que sus declaraciones fueron volcadas directamente a
las actas del proceso por notarios de
oficio. Éstos, sin darse cuenta, hicieron las veces de amanuenses o “evangelistas”, dejándonos por escrito sus
maravillosas hazañas en documentos
públicos, firmados y rubricados por escribanos.
P. Javier Olivera Ravasi: Y del lado de los
“amigos” de Juana ¿qué documentos existen?
Sor Marie de la Sagesse: Contamos con las minuciosas
declaraciones del proceso de
rehabilitación donde nada menos que 120 testigos oculares, ya sean familiares, campesinos, nobles, amigos,
soldados y sacerdotes nos han dejado de manera patente las inagotables
facetas de su vida oculta, política, eclesial y mística, testimoniando etapa
por etapa, con el inapreciable valor de haber tenido trato directo y cotidiano
con ella.
Por eso las actas oficiales de los dos procesos
constituyeron un material histórico excepcional con todo el “pro y contra”
que eso implique. Los textos están a nuestro alcance con buenas
traducciones que nos permiten hacer una exégesis a fondo, mostrándonos una Juana
de Arco más viva que nunca. Es allí donde podemos ver toda la realidad exterior
de su epopeya y la vida íntima de un alma pura, la delicadeza de su conciencia
y el sufrimiento personal. Ella está “ahí” hablando
con sus voces, comandando a sus soldados, defendiendo su virginidad y refutando
al tribunal. “Ahí” podemos verla y escuchara, leerla y releerla, sin jamás
agotar la riqueza de su exquisita personalidad.
Pero atención no todo es color
de rosa, hay que advertir que tanto el proceso de condenación como el de
rehabilitación estuvieron viciados seriamente… Y eso que, desde el punto de
vista humano, las actas oficiales eran casi “invulnerables”,
por estar autenticadas con tres notarios eclesiásticos que eran las
máximas autoridades de la época para fijar y dar fe pública a los documentos en
cuestión.
P. Javier Olivera Ravasi: ¿Por qué lo dice? ¿Qué
problemas tienen los documentos de los procesos?
Sor Marie de la Sagesse: Se debe prestar mucha atención
pues, lamentablemente, las respuestas
de Juana fueron muchas veces -durante el transcurso del proceso y, sobre todo,
después de su muerte- cambiadas,
falsificadas o directamente omitidas de mala fe, como surge del mismo
texto y de las quejas de la acusada al tribunal.
En el caso del proceso de
Rouen no debemos olvidar el hecho de que quienes tomaban nota de sus respuestas
no eran santos evangelistas inspirados por el Espíritu Santo, sino amanuenses
de enemigos encarnizados que buscaban de cualquier modo condenarla como bruja.
Por supuesto que para llevar a cabo tal prevaricato, los notarios tuvieron la
venia del obispo Cauchon, limitándose a cumplir servilmente sus órdenes.
Sin embargo y a pesar de la “fe de erratas” enemiga, nos resta “algo” en
lo que podemos apoyarnos con confianza y ese algo es mucho, muchísimo. Por eso,
como abogada que soy o, mejor dicho, como abogada del diablo que me gustaría
ser en este caso, creo que todo el material disponible de los procesos,
testimonios, crónicas, cartas de la época, etc. etc., nos permite tener una exacta
idea de su persona y, lo más importante, de su misión providencial.
P. Javier Olivera Ravasi: Hablábamos antes de
las “leyendas negras” ¿cuáles son las que debió padecer la heroína y santa
francesa?
Sor Marie de la Sagesse: Desgraciadamente hoy en día
existe una “versión
oficial” de sus hazañas, reproducida por muchos de sus
hagiógrafos y por casi todas las películas que se han filmado acerca de ella.
Un “relato único” mostrando una Juana de
Arco muy distinta de lo que fue en verdad.
Para poner un ejemplo, la
serie televisada “Joan of Arc” que
recomiendan algunos franceses como “muy buena y
fiel a su vida”, interpretada por la actriz Leelee Sobieski, aun siendo
respetuosa, naturaliza hechos claves y tergiversa su vida con tres leyendas
negras: la doncella aparece mintiendo
en las declaraciones del proceso; es abusada por los soldados ingleses en la
prisión; y abjura frente a todo el mundo, arrepintiéndose de su misión divina.
A pesar de que si uno lee las declaraciones de Juana -sin las salvedades que el
obispo Pierre Cauchon les hiciera- en
ningún momento ella se desdice o contradice de sus afirmaciones.
Una gran infamia inventada post mortem fue el supuesto “abuso” que
habría sufrido en prisión por parte de los soldados ingleses… Por eso en una de
las últimas versiones cinematográficas, interpretada por la ucraniana Milla
Jovovich, como si no fuera suficiente un abuso perpetrado contra la doncella,
inventaron otro por parte de los borgoñones a Catalina de Arco, su hermana
menor. Ése sería el móvil principal de todo el posterior actuar de Juana:
vengar el honor de su hermanita. Un disparate mayúsculo.
Y la verdad es que ninguna de
las dos violaciones ocurrió: aunque los ingleses intentaron realmente
sobrepasarse con la virgen guerrera, no lo lograron, pues ella defendió
valientemente su cuerpo de cualquier tipo de felonía haciendo mérito hasta el
final al sobrenombre de “Pucelle” (virgencita)
que le habían dado sus voces.
A pesar de todo lo que se haya
dicho y se continúa diciendo, la Iglesia la canonizó como “virgen” por
vivir su castidad en grado heroico. No obstante, como sus enemigos no pudieron
concretarlo en la realidad, quisieron hacerlo en la ficción.
Quizás fue justo esta la causa
inmediata de mi libro: la indignación de ver cómo las películas modernas habían
manchado lo más íntimo de su pureza virginal. Su voz desde el cielo clamaba
justicia y reparación por el ultraje cometido y por otro peor…
P. Javier Olivera Ravasi: ¿Otro ultraje peor? ¿a
qué se refiere?
Sor Marie de la Sagesse: Sí, pues el abuso mancha el
cuerpo, pero existe otra leyenda de la historia oficial más grave que mancha su
alma y es la supuesta “abjuración”. Para quien haya leído algo sobre ella o visto
cualquiera de las películas, aún la más “histórica”
de Ingrid Bergman, siempre se encontrará una Juana que al final de sus
días “se quiebra” arrepintiéndose
públicamente de su misión. Según dicen, el 24 de mayo de 1431 ella habría
renegado de todo lo dicho y hecho, admitiendo al tribunal haber sido “engañada” por unas voces que no provenían de
Dios; así habría reconocido también haber engañado a todos los franceses que la
habían seguido…
La mayoría de los
historiadores, incluso los católicos favorables a la santa, tratan de
justificar su “caída” como un error humano
en el que cualquiera podría haber tropezado si tenemos en cuenta todas las
circunstancias del caso. Además, de ser cierta esta falta menor, quedaría
completamente lavada ya que, a los pocos días -siempre siguiendo la versión
oficial- ella se habría arrepentido de la abjuración… puesto que sus voces
celestes le habrían reprochado semejante traición. No obstante toda la cadena
de suposiciones y arrepentimientos, el tribunal debía juzgar con los elementos
que contaba al momento, es decir: si Juana había “reconocido”
el fraude, debía morir.
P. Javier Olivera Ravasi: ¿Quién denunció estas
mentiras?
Sor Marie de la Sagesse: Refutar la gran mentira
oficial de la abjuración y las consecuencias que de ella se siguen, no fue nada
fácil ni evidente… debieron pasar más de 500 años hasta que apareciese la
persona indicada: el coronel francés
Charles Boulanger quien, a mitad del siglo pasado, publicó un
revolucionario libro con un título bastante enigmático: 7 de Julio 1456, entierro del affaire Juana de Arco: “Triunfo de la Universidad de París”, que
lamentablemente tuvo una tirada de sólo de 2000 ejemplares amén de sufrir
el boicot del silencio; de hecho hasta la fecha no ha sido reeditado ni
traducido. Este libro es una respuesta
categórica a la catarata de falsedades. Él fue el primer historiador en
demostrar la inocencia absoluta
de Juana y su constante indefectibilidad
frente a las amenazas y torturas, probando la falsedad de su abjuración con un
rigor científico avasallador: Juana de
Arco jamás renegó ni se arrepintió de su misión, por el contrario, fue
fiel a sus voces y se mantuvo invicta hasta el final.
P. Javier Olivera Ravasi: ¿Algún mensaje que
quiera dar a aquellos que irán a leer su libro?
Sor Marie de la Sagesse: Sí, gracias. Los invito a
adentrarse en la “la historia más bella del mundo”, como le gustaba decir al
filósofo liberal Alain. Historias bellas y análogas existen y muchas; basta con
recordar a “Antígona” o “Ifigenia…”, ambas admirables, pero que no dejan
de ser una ficción teatral. El drama de Juana de Arco, por el contrario, es
real, al punto que Charles Péguy no exageró al ver en la heroína francesa una
perfecta imitación de la Virgen y sobre todo de Nuestro Señor: “La pasión de Juana es una de las más perfectas
imitaciones de la Pasión de Jesús” -decía.
En efecto, la historia de la
Pucelle es la más bella del mundo, pero
además es verdadera.
Sor
Marie de la Sagesse Sequeiros
Javier Olivera Ravasi
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