WASHINGTON D.C., 16 Mar. 17 / 08:17 pm (ACI).- Un reciente
análisis sobre 50 estudios encontró que la pornografía está asociada
negativamente a la satisfacción sexual y relacional de los hombres.
El documento Pornography
Consumption and Satisfaction: A Meta-Analysis concluyó que el “consumo de pornografía estaba asociada con bajos resultados
de satisfacción interpersonal en las encuestas transversales, longitudinales y
experimentales”.
En específico, la pornografía fue vinculada significativamente a una
baja satisfacción en las “relaciones sexuales y
relacionales” de los usuarios masculinos.
El análisis incluyó a 50.000 participantes de 10 países, y contradice
otro estudio reciente que afirmó que la pornografía tiene un impacto positivo
en sus consumidores.
“La pornografía es negativa para la sexualidad”, dijo Dawn Hawkins, directora ejecutiva del Centro Nacional de
Explotación Sexual (NCOSE), en un comunicado sobre el nuevo análisis.
Según su sitio web, la NCOSE es una organización dedicada a oponerse a
la pornografía, actividad vinculada al tráfico sexual, la violencia contra las
mujeres, el abuso infantil y la adicción.
“La pornografía direcciona la sexualidad de un
individuo a los píxeles de una pantalla en lugar de a una persona real, lo cual
es intrínsecamente inconsistente con las relaciones sanas y orgánicas. Un
amplio conjunto de investigaciones está poniendo atención a las diversas formas
en que la pornografía afecta negativamente tanto a las mujeres como a los
hombres, y este último metanálisis aporta importantes conclusiones al diálogo
en curso”, expresó Hawkins.
Asimismo, señaló que el análisis contradice el estudio Porn Sex
Versus Real Sex: How Sexually Explicit Material Shapes Our Understanding of
Sexual Anatomy, Physiology, and Behaviour, que afirmaba que la
pornografía afecta positivamente las relaciones y la sexualidad, después de
preguntar a los participantes sobre qué impacto consideraban que la pornografía
tenía en sus vidas.
Hawkins advirtió que esos investigadores utilizaron “una metodología defectuosa que solo podía arrojar
resultados positivos. Luego presentaron los resultados como imparciales y
válidos a pesar de la sesgada metodología”.
La pornografía viene recibiendo, cada vez más, atención negativa a
medida que más grupos e individuos destacan sus efectos destructivos sobre el
bienestar y las relaciones personales.
El año pasado, durante la Convención Nacional Republicana, el Partido
Republicano declaró la pornografía como una crisis de salud pública como parte
de su programa, unos meses después de que el estado de Utah expresara lo mismo.
El comediante británico Russel Brand, los actores Joseph Gordon-Levitt y
Rashida Jones, y el ex jugador de la NFL y el actor de “Brooklyn
Nine-Nine”, Terry Crews, son solo algunas de las celebridades que
recientemente han hablado contra la pornografía, sus propiedades adictivas y
sus efectos nocivos en las relaciones.
Los teléfonos inteligentes y otras tecnologías han hecho la pornografía
más accesible que nunca, aumentando la prevalencia de su adicción.
Sin embargo, en respuesta, se han lanzado numerosos grupos comunitarios
en línea, aplicaciones de teléfonos inteligentes y videos educativos, tanto
seculares como basados en la fe, con el objetivo de ayudar a las personas a
dejar esta adicción.
No obstante, a pesar de la evidencia científica en contra de la
pornografía, existen fuertes sesgos a favor de la misma que la presentan como
parte sana de la sexualidad.
“La pornografía es tan penetrante hoy que muchas
personas crecieron viéndola y por lo tanto asumen que es una parte normal y
saludable de la sexualidad”, dijo a CNA –agencia en inglés del
Grupo ACI–, Haley Halverson, directora de comunicaciones de NCOSE.
“Sin embargo, al igual que los cigarrillos en la
década de 1950, sabemos que solo porque una práctica es aceptada popularmente
no significa que sea saludable o beneficioso”, añadió.
También hay argumentos recientes de que la pornografía simplemente
necesita ser producida más éticamente. Sin embargo, dijo Halverson, no es
posible hacer una práctica “inherentemente
antiética, más ética”.
“Pornografía implica inherentemente deshumanizar a
una persona reduciéndola a una mera colección de partes del cuerpo para el
propio placer sexual egoísta. Esta es una manera inherentemente antiética de
ver o tratar a otra persona”, añadió.
Finalmente, Halverson dijo que si bien algunas personas pueden tratar de
hacer la pornografía “menos antiética”, estos
intentos “nunca pueden cambiar el hecho de que la
pornografía convierte en objetos a los seres humanos”.
“Solo una sociedad que rechaza la pornografía puede
respetar plenamente la dignidad humana de cada persona”, concluyó.
Traducido por Diego López Marina.
Publicado originalmente por CNA.
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