Sí, nunca critico a los obispos.
Ni siquiera en el interior de mi corazón. Hay varias razones por las que no lo
hago. La primera de todas, y ésa me basta, es porque son personas sagradas.
Para mí, esa razón es más que
suficiente. Pero la otra razón es que muchas veces no tengo toda la información
para emitir un juicio. ¿Juzgaré si sólo dispongo de una información parcial?
Cuántas veces he visto que todos criticaban a un obispo por una decisión y yo
sabía que detrás de esa decisión había más elementos de los que la gente sabía.
Cuántas veces un obispo tiene que
callar ante las críticas y bajar la cabeza, a sabiendas de que no debe contar
todo lo que sabe. Muchos casos que he conocido, me han hecho comprender que la
gente juzga con los pocos elementos de los que dispone.
Esa ignorancia del asunto les lleva a pensar, además, que tienen todos
los elementos necesarios para emitir una sentencia en sus corazones. Qué error.
Qué cosa tan delicada juzgar. El que quiera juzgar que juzgue. Yo, desde luego,
no. Todos daremos cuenta algún día de cada una de nuestras palabras.
P.
FORTEA
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