¿A qué se refería Jesús con estas palabras que pronunció en la cruz? Parece que con ellos perdona sólo a los que ignoran las causas de sus actos o no son responsables de ellos. Con esta frase pronunciada con una caridad heroica, Jesús nos enseña a perdonar.
Una vez
que Jesús fue llevado al Calvario, fue despojado de sus vestiduras. Se le clavó
dolorosamente a la cruz y se le alzó en medio de dos ladrones. Fue en ese
momento, al comenzar el tiempo culminante de su pasión, que pronunció unas
palabras de perdón para sus verdugos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo
que hacen”. Sólo Lucas, el médico evangelista, ha dejado constancia de estas
palabras. (Lc. 23, 34) ¿Qué significan en sí mismas? ¿Qué significan para
nosotros? Una revisión de la mano de algunos Padres de la Iglesia nos puede
ayudar a entenderlo mejor.
JESÚS NOS ENSEÑA A PERDONAR DESDE
LA CRUZ
En Jesús
crucificado caben todos los hombres. Toda la miseria y sufrimiento humanos
están en Él. En este sentido, todos los hombres están en Cristo. En la
ignominia y escándalo de la cruz se ha mostrado cómo Dios mismo, en la Persona
del Hijo, ha planificado la naturaleza humana, pues para resucitar ha pasado
por la muerte como la más profunda experiencia humana. Es en este momento de
abandono en la muerte, a la puerta de la nada, que Jesús perdona a sus
verdugos. Con este signo de caridad ha mostrado la perfección del amor, que
desea el bien, y nos ha enseñado a hacer lo mismo.
San Juan
Crisóstomo, el Doctor de Constantinopla, comentó el texto de San Lucas que
narra este momento. En su comentario, El Crisóstomo habla de Cristo como un
maestro que enseña a sus alumnos a perdonar desde la cruz. Esto lo hace a la
luz de un pasaje de San Mateo que cuenta que Cristo encargó a sus discípulos
“orar por sus perseguidores” (Mt, 5, 44)
“Que el
Señor dijera “Orad por sus perseguidores” esto también lo hizo cuando fue
ascendido en la cruz, de donde se sigue que Jesús también decía: “Padre,
perdónalos”, no porque no pudiera el mismo perdonar, sino para que nos enseñara
a orar por los perseguidores, no solo con palabras, sino con acciones”. (1)
Crisóstomo
continúa la explicación así, y responde a por qué Cristo dijo “perdónalos”:
“Jesús también dijo “Perdónalos”, si hicieron penitencia, (si reconocieron su
pecado) favorece a los penitentes, si quieren, luego de tanta debilidad
disolver por medio de la fe su pecado.” (2)
Con esta
explicación nos queda claro que Jesús nos enseña a perdonar y ofrece su perdón,
por su perfección, a sus verdugos. San Juan Crisóstomo deja en claro que para
recibir el perdón hace falta reconocer el pecado y querer disolverla por la fe.
El expositor no explica que el perdón implique el abandono de la justicia, sin
embargo, muestra que Dios es rico en misericordia y quiere que todos los
hombres estén en paz con Él.
NO SABEN LO QUE HACEN
Ahora
bien, surge un problema, pues Cristo dijo “Perdónalos porque no saben lo que
hacen” A partir de aquí podríamos entender que sólo se puede perdonar a los que
no saben lo que hacen. No saber lo que se hace implica una ignorancia de la
propia acción, y esto se fundamenta en una “laguna” del autoconocimiento.
Aunque tambien puede haber sido por una breve ofuscación.
Al
respecto, otro Padre de la Iglesia expone sus argumentos y da luz sobre la
cuestión. Beda el venerable, monje inglés, dice que los verdugos no sabían lo
que hacían, y que por eso estaban llamados al perdón quizás con más razón que
otros que supieran que mataban al Hijo de Dios, el Logos hecho hombre. ” (Se
puede) notar sanamente que no oraba (Jesús) por aquellos que entendieron que
crucificaban al Hijo de Dios y no quisieron confesar, sino por aquellos que no
sabían lo que hacían, teniendo el celo de Dios, y no según el conocimiento.”
(3)
Con este
comentario queda claro que Cristo estaba dispuesto a perdonar a sus verdugos
que no sabían lo que hacían porque no lo habían reconocido como Dios. Beda no
dice expresamente que Cristo no hubiera querido dejar sin perdón a los verdugos
que lo habían reconocido como Hijo de Dios. Sin embargo, parece que la
misericordia de Cristo está más cercana a aquellos que no lo hubieran
reconocido. Sin duda la muerte de un inocente reclama justicia, cosa que no se
niega en las palabras de Cristo. El perdón ha brotado de la perfección de su
caridad y se ha mostrado deseoso de apartarse de los resentimientos contra sus
verdugos. Es por esto que los libera de sus pecados para que puedan reconocerlo
como Hijo de Dios con mayor disposición.
(1) Cfr.
Tomás de Aquino, Cadena aurea en los cuatro evangelios, In Lucam, Cap.
XXIII, 6, ad. Chrysostomus
(2) Ibid.
(3) Ibid
ad Beda
Gabriel González
Nares
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