Viernes
1° de Agosto del 2014
Reunión
de Oración del Grupo Sí Señor.
Nota:
Este relato lo hace nuestra hermana de grupo Susann para ser mas objetivo.
Habiéndonos
dado cita como todos los viernes en el mismo lugar y a la misma hora, siendo
casi las 7:30pm, dimos inicio al Rezo del Santo Rosario, algo inusual con
respecto a la hora, ya que nunca iniciamos antes de las 8pm, pero esta vez por
alguna razón Dios quiso que se diera así, para esto yo había preparado copias
del Rezo del Santo Rosario en Latín, incluidas las Letanías Lauretanas; para
compartirlo con los hermanos del grupo.
Así
lo hicimos, luego iniciamos las Alabanzas y las oraciones como de costumbre,
hasta llegar a las lecturas del Santo Evangelio, momento en el cual, llegó esta
hermana Fabiola quien fue traída casi cargada de los brazos como alguien que no
puede caminar y es llevada por dos personas, así llegaron al grupo, Fabiola, su
Madre y dos parientes más, varones, quienes eran los que la sujetaban, ya que
venía dando violentos movimientos, como intentando huir, y vociferaba palabras
también violentas, y amenazadoras, ellos tenían que sujetarla para que no se
escapase.
En
estas circunstancias se dio lectura al Santo Evangelio, para luego pasar a la
prédica, la cual apenas si se pudo concluir pues esta hermana Fabiola o más
bien dicho, el intruso, que llevaba dentro, con sus alaridos, no dejaba que
prosiguiese el hno. José la prédica; debido a sus interrupciones.
Es
en este momento cuando el hno. José da inicio al Exorcismo. Se acerca a ella,
detrás le sigue una hermana con el Agua bendita
y la Cruz de San Benito, mientras que todos los demás tomados de las
manos lo apoyábamos unidos en la oración: Ave María, Padre Nuestro, Gloria,
Bendita sea tu Pureza… mientras se iba librando el combate. Los instrumentos
comenzaban a dar signos que manifestaban la Posesión bajo la cual estaba
sometida esta pobre criatura.
En
determinado momento el hermano hizo un receso, para volver al altar y orar
varias oraciones de liberación, de intercesión, de reparación, invocando la
ayuda celestial, la cual también se vio dificultada, dados los alaridos y
vociferaciones del maligno en boca de esta hermana Fabiola.
Terminadas
estas oraciones viene la segunda parte del exorcismo y la ultima en sí. Esta
vez, todos apoyamos con más fuerza, tomados de la mano, pero aun con todo,
hubieron distracciones, descoordinaciones, desconcentración, etcétera, que no
debieron haber sucedido; luego al final con el recuento de los hecho pudimos
entender donde habíamos cometido ciertos desatinos, o hierros, los cuales al
haber sido identificados, ahora se convertirán en fortaleza para nosotros en
una siguiente oportunidad de lucha contra el enemigo.
Con
todo y sobresaltos Dios se glorifico en su hija Fabiola, Liberándola después de
haber estado en ese estado de posesión por 7 largos años.
El
combate fue duro, hubo mucho lucha, mucha oración, las oraciones en latín,
fueron muy importantes, la asistencia con los sacramentales y objetos benditos,
siempre es imprescindible, la Biblia, La Cruz de San Benito y el Agua
Exorcizada, el combate es Espiritual, y para ello está la preparación que con
años de experiencia y perseverancia toman su tiempo, pero aun así, cada nueva
experiencia siempre trae lecciones nuevas, y por otro lado la presencia de
nuevos hermanos ajenos a una experiencia como ésta, que por primera en su vida
presencian algo así, y seguramente llenos de miedo o temor pues no eran
precisamente un gran apoyo, sino todo lo contrario, sin embargo pese a “todo”, “Que Grande Eres Señor, a ti todo el Honor y
la Gloria” pues tuviste compasión de tu hijita y la liberaste por completo.
Tras
una lucha, en la que oyes a una joven de 23 años, vociferar cosas como:
“déjame”, “lárgate”, “no pueden, ja, ja, ja…” “ya perdieron”, “ella es
mia!!!!”, “mía, siii, la voy a matar y me la voy a llevar”, entre muchas otras
sandeces y golpes de su cabeza contra la pared… Demandaba un súper esfuerzo por
parte de todos para concentrarse y orar sin desanimarse, alzar tu voz por
encima de la otra, hilar las oraciones en Latín, de modo que todos pudieran
seguir al unísono una misma voz, una misma oración, un mismo clamor, un mismo
corazón, una misma alma todos tomados de la mano. Con cuanto ánimo sientes que
ya está llegando el triunfo, al oírle decir… “volvereeeee” “aaaahh!!!”
“Volveréee”, … desde ese momento todos sabíamos que el demonio había perdido.
Y
un poco más de lucha, y el indeseado huésped, se había ido, para la Gloria de
Dios, por fin pudimos ver a Fabiola yacer serena, sentada en la silla aunque
custodiada aun por sus dos parientes.
Tras
la sesión, acabada ya toda oración, los miembros del Grupo, e instrumentos del
Señor, comenzamos a deliberar qué fue lo que hicimos bien y que no se debió
hacer, que se debía corregir, etc., aportando grandemente aquellos instrumentos
que con el don de visión, aportan muchas luces para mejorar cada vez más en la
misión que el Señor nos ha encomendado con el Hermano José a la cabeza.
Para
empezar siempre que hay un exorcismo o liberación fuerte, ya sea para una o
para la otra, siempre se debe cerrar una cadena de oración irrompible, es decir
todos los que estamos presentes tomarnos de la mano, encerrando dentro del circulo
al Hermano José con la persona posesa, en este caso Fabiola, y una vez que
inicia la sesión, por ninguna razón , nadie deberá soltarse de la mano, pase lo
que pase, vea lo que vea, oiga lo que oiga; pero he aquí que sucedió algo que
no tuvimos en cuenta y es que entre las personas concurrentes habían varios
nuevos, de entre los cuales una señora de nombre Susana, también tenía una
fuerte presencia maligna en sí, quizás no como para ameritar un exorcismo pero
si una fuerte liberación, bueno este punto será aclarado el próximo viernes en
que sabremos con certeza que es lo que tiene, pero por ahora, el solo hecho de
que ella estuviera como un eslabón más de nuestra cadena de oración, fue un
factor en contra, pues las instrumentos que cuentan con visión espiritual,
pudieron notar que en el lugar de ella era como un vacío, que impedía que se
cerrase la cadena, lo cual debilita la fortaleza que se quiere conseguir en la
cadena de oración; otro factor fue que la posición donde se ubicó Fabiola no
fue en el centro del circulo si no en un extremo del salón, donde prácticamente
se tenía otra brecha abierta que impedía cerrarse la cadena, sin embargo
nuestro Dios Todopoderoso, demostró una vez más su infinita Misericordia y su
Poder, ayudándonos a superar todos los obstáculos, yerros y cualquier otra
contrariedad, triunfado una vez más sobre el mal.
Caben
nombrar también ciertos detalles, para no olvidarlos, uno de nuestros queridos
instrumentos, con la peculiaridad denominada “esponja”, sentía el impulso de
orar por sí mismo, vale decir por sí solo, oraciones con mucha fe, con
devoción, con voz de mando, pero que no eran las mismas que todos los demás
estábamos orando, lo cual no hacía más que debilitar la fuerza conjunta, e
incluso distraer a más de uno, pues es preciso que todos hablemos un mismo
lenguaje, una misma oración, a una sola voz al unísono.
Sin
embargo también este mismo instrumento, al percibir antes que todos que el
enemigo ya se resignaba y aceptaba su retirada, se adelantó en avisarle al
Hermano José, “sigue Pepe, ya se va!,
sigue, sigue!”, aviso que le sirvió de coraje para continuar sin
desfallecer, pues no olvidemos que a veces una posesión puede ser liberada en más
de una sesión, o incluso en muchas sesiones, pero éste no fue el caso, ya que a
los pocos minutos, fue cuando el indeseable, comenzó a vociferar lo mencionado
líneas atrás… “volvereeeee” “aaaahh!!!” “Volveréee”, dejando por fin liberada a
ésta hija de Dios.
Otra
manifestación, que cabe resaltar, es lo que los instrumentos cuyos dones, son:
“Lenguas, visión, esponja, descanso en el espíritu, entre otros”, manifestaron
haber corroborado fehacientemente, la diferencia entre pronunciar las oraciones
en Latín que en castellano. La fuerza que de por si tiene el Latín, no se
compara con otro idioma.
El
domingo visitamos a Fabiola a pedido de su madre y nos preparamos por si acaso todavía
hubiera quedado algo del viernes… nada, nada. Estaba completamente libre, lo
que no significa que el demonio quiera volver… lo estaremos esperando.
José
Miguel Pajares Clausen.
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