domingo, 10 de junio de 2012

LA OPRESIÓN



La opresión es la acción de satanás sobre los cuerpos o las cosas.

Por ejemplo: Ruidos en la noche, voces, ciertas enfermedades raras que no tienen explicación médica, etc. Se trata de acciones exteriores.

El P. Emiliano Tardif nos dice que un día un obispo del Caribe le envió a su prima que sufría cierta enfermedad muy extraña. Oraron y el Señor la liberó. Luego le pidieron que fuera a su casa porque sucedían cosas raras. Le respondió que no iría: para eso tenia a su primo obispo; que le pidiera bendecir su casa. Al ir el obispo y bendecir el hogar cesó el problema. Fue todo muy sencillo porque para Jesús todo es sencillo.

Nosotros dividimos los problemas en fáciles y difíciles, pero para Jesús todos los problemas son fáciles; sino, no sería el Señor.

Añade el P. Emiliano: recuerdo otro caso importante. Era un hombre llamado Julio Núñez que no podía caminar y gateaba como un animalito. El Señor lo curó en una asamblea de oración. Fue tan impactante su curación que daba testimonio por todas partes.

En una ocasión una señora lo reconoció y le preguntó:

-¿No eres tú el tullido?

-Si, pero el Señor ya me enderezó.

Incluso lo invitamos varias veces a acompañarnos, testificando en diferentes retiros la maravillosa curación que había recibido.

Un año después, el párroco de San Francisco de Macoris nos pidió hacer un retiro carismático. Invité a Julio Núñez, pensando que su testimonio seria mas fuerte, por ser el miembro de esta parroquia.

Al llegar y preguntar por Julio se me acercó una señora muy triste:

-Padre, a Julio le volvió la cosa esa… Si, padre, no puede caminar.

-¿Desde cuándo anda así?

-Desde hace cinco días…

Mandé que fueran a buscarlo y lo trajeron a caballo. Comenzamos a orar por él. Yo le decía al Señor:

-Señor, no puedes quedar mal aquí que es la parroquia de Julio…

Pero el Señor no lo sanaba. Entonces comenzamos a orar en lenguas y me vino a la mente como un flechazo: “Espíritu de enfermedad”. Entonces imperé y dije:

-Espíritu de enfermedad, te ordeno en el Nombre de Jesús que salgas y dejes libre a este hijo de Dios. Te mando den el Nombre de Jesús que te vayas a los pies de Jesús para que disponga de ti y te prohíbo que vuelvas a molestarlo porque es hijo de Dios y nada en él te pertenece.

Julio sintió un escalofrió, luego, con toda sencillez se levantó y comenzó a caminar.

Satanás lo estaba oprimiendo para que no diera el testimonio de su curación. Pero Dios es mas inteligente y, restablecido Julio, su testimonio fue doble; su curación y de cómo Dios lo había liberado de esa opresión.

En la oración en lenguas el Señor vino en ayuda de nuestra debilidad y nos dio de su discernimiento carismático para señalarnos lo que le pasaba a Julio; sufría de un espíritu de enfermedad.

Esto puede parecer extraño a los que no han leído el Evangelio pero allí encontramos un caso muy parecido. Había una mujer a la que un espíritu tenía enferma por 18 años; estaba encorvada y no podía en modo alguno enderezarse (Lucas 13, 11) Jesús hizo una liberación cuando le dijo:

-Mujer, quedas libre de tu enfermedad.

En los Hechos de los Apóstoles consta que la gente llevaba a los enfermos y atormentados por los espíritus con los apóstoles.

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