Este domingo 19 de septiembre se repitió el milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro, la cual se custodia en un relicario en la Catedral de Nápoles, Italia.
El Arzobispo de Nápoles, Mons. Domenico Battaglia, presidió la
Eucaristía en la Catedral a las 10:00 a.m. (hora local), poco antes de la Misa
trasladó el relicario con la sangre de San Genaro desde la capilla del tesoro
al altar mayor de la Catedral en donde permaneció durante toda la celebración
eucarística.
A la Misa asistieron diferentes autoridades civiles y religiosas, entre
ellas, el Arzobispo emérito de Nápoles, Cardenal Crescenzo Sepe. Además,
pudieron estar presentes dentro de la Catedral 450 fieles debido a las actuales
medidas sanitarias por el COVID-19.
Como es tradición, al finalizar la Misa, Mons. Battaglia bendijo a las
personas con el relicario de la sangre de San Genaro, también a quienes estaban
fuera de la Catedral.
"Il Sangue si è sciolto"
Alle ore 10 si è ripetuto il prodigio della liquefazione del sangue di San
Gennaro
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— Chiesa di Napoli (@Chiesadinapoli) September 19, 2021
LA LICUEFACCIÓN DE LA SANGRE DE SAN GENARO
La licuefacción de la sangre
de este santo es un fenómeno inexplicable que se produce tres veces al año: el
sábado anterior al primer domingo de mayo, con motivo de la traslación de los
restos del santo a Nápoles; el día de su fiesta litúrgica, el 19 de septiembre;
y el 16 de diciembre, aniversario de la intercesión de San Genaro para evitar
los efectos de la erupción del volcán Vesubio en 1631.
En diciembre de 2016 no se
produjo el milagro, lo cual provocó cierta preocupación entre los fieles.
Aunque el hecho de que no se licúe se suele interpretar como el anuncio de un
desastre, este no siempre ocurre.
De hecho, el proceso no
siempre se produce del mismo modo: a veces la licuefacción tarda varias horas,
o incluso días. En otras, como en 2018, el milagro se produce antes de la
celebración litúrgica, y en otras ocasiones, por motivos desconocidos, la
sangre no se licúa.
El mismo Papa Francisco fue
testigo del fenómeno en marzo de 2015. En aquella ocasión, la sangre se licuó
delante de la mirada del Santo Padre fuera de las tres fechas indicadas. Por lo
tanto, se trató de un hecho extraordinario que también se produjo en 1848 ante
el Papa Pío IX.
El milagro no sucedió durante
las visitas de San Juan Pablo II en 1979, ni de Benedicto XVI en 2007.
EL MARTIRIO DE SAN GENARO
San Genaro, patrono de
Nápoles, fue Obispo de Benevento. Durante la persecución contra los cristianos
fue hecho prisionero junto a sus compañeros y sometido a terribles torturas.
Un día, él y sus amigos fueron
arrojados a los leones, pero las bestias solo rugieron sin acercárseles.
Entonces fueron tildados de usar magia y condenados a morir decapitados cerca
de Pozzuoli, donde también fueron enterrados. Esto sucedió aproximadamente en
el año 305.
Las reliquias de San Genaro
fueron trasladadas a diferentes lugares hasta que finalmente llegaron a Nápoles
en 1497.
POR MERCEDES DE LA
TORRE | ACI Prensa
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