domingo, 19 de septiembre de 2021

HACER DEL SUEÑO ADORACIÓN

 El tema del lecho episcopal me ha llevado hoy a recordar que, en la Edad Media, algunas personas podían pedir permiso para dormir dentro del templo. Por ejemplo, leyendo la biografía del arzobispo Tomás Becket, me encontré con que, alguna vez, ordenó que le preparen las cosas para dormir dentro de la Catedral de Canterbury.

Esa es una idea que propongo aquí a los párrocos: si una persona muy devota, de total confianza, os pide eso, permitírselo. En ello no hay ni la más mínima falta de respeto, todo lo contrario.

Un alma llena de amor de Dios puede pasar la noche en vela en la iglesia, pero también existe la opción de que se le ponga un colchoncito y que ella traiga unas sábanas y una manta para dormir allí ¡en la presencia del Señor! El colchoncito puede colocarse donde más devoción le dé a esa persona. Insisto en que no es ninguna falta de respeto el querer dormir en el lugar santo, ante la presencia divina.

A mí me parecería muy bien si alguien quisiera hacer esto una vez al mes o con más frecuencia. Por supuesto que la persona debe ser de la más absoluta confianza.

Velar toda la noche es más duro. Dormir ante la Presencia es un sacrificio más liviano.

P. FORTEA

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