Una respuesta corta y directa a una pregunta que muchos nos hacemos.
Por: P. Jon M. Arza, IVE | Fuente:
TeologoResponde.org
PREGUNTA:
Ante
mi reciente actividad en esta area, desearía conocer que se
considera: A.-Religion.- B.-Culto.-
C.-Secta. Gracias. José Luis
RESPUESTA:
Estimado José Luis:
Santo Tomás de Aquino, dice en la Suma
Teológica, II-II, 81, 1, que:
a) «conforme
escribe San Isidoro en el libro Etymol, llamamos religioso, palabra derivada,
según dice Cicerón, de re-lección, a quien repasa y como que relee lo referente
al culto divino. Así, pues, la palabra religión proviene, según parece,
de releer lo concerniente al culto divino, por el hecho de que a estas
materias hay que darles muchas vueltas en nuestro interior, según se nos manda
en Prov 3,6: En todos tus caminos, piensa en El.
b) Aunque también pudiéramos suponer que se llama
así a la religión por nuestra obligación de reelegir a Dios, a quien por
negligencia hemos perdido, como dice San Agustín en el X De Civ. Dei.
c) O puede asimismo pensarse que la palabra
religión se deriva de religar, y de ahí la frase de San Agustín en el
libro De vera relig.: La religión nos religa al
Dios único y omnipotente.
Ahora bien: sea que
la religión se llame así por la repetida lectura, por la reelección de lo que
por negligencia hemos perdido o por la religación, lo cierto es
que propiamente importa orden a Dios. Pues a Él es a quien principalmente debemos ligarnos como a principio
indeficiente, a Él debe tender sin cesar
nuestra elección como a fin último, perdido por negligencia al pecar, y Él es también a quien nosotros debemos recuperar creyendo y
atestiguando nuestra fe». Santo Tomás añade que “La
religión se acerca a Dios más que las otras virtudes morales, en cuanto que se
ocupa de cosas que directa e inmediatamente están ordenadas al honor divino; y
por lo mismo, la religión sobresale entre las otras virtudes morales”
(II-II, 81, 6). Y dice también en qué consiste: “la religión consiste en el acto por el
cual el hombre rinde culto a Dios, sometiéndose a Èl”.
EL
CULTO, por su parte, es la
correcta relación del hombre con Dios. Deriva de colere,
cultum, es decir, cultivo. Cultivar es una acción que implica una cierta
frecuencia, un cuidado, una repetición, una “cultura”.
El hombre cultiva su cuerpo, cultiva el oído, cultiva sus talentos, cultiva
su inteligencia por el estudio, su voluntad por la repetición de actos buenos,
sus relaciones con los demás (cultiva la amistad), y su relación con Dios
(culto), es decir, cultiva su vida espiritual. El
hombre, por ser espiritual y libre, es un ser “cultual”
por naturaleza, inclinado a la adoración del Ser Supremo, de aquello que
lo trasciende (“trans-scandere”).
Cuando Dios creó al hombre, dice el
Génesis, plantó un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que
había creado (Gn 2, 8), para que lo cultivase y lo cuidase (Gn
2, 15).
Etimológicamente, la palabra española “secta”, en latín, era el femenino del participio del
verbo “seco, secare”: “cortar, desprender”. Designa
la entidad separada de otra realidad mayor y más antigua como la rama desgajada
de un árbol.
Realmente, por su definición descriptiva o sus
rasgos definitorios, “secta es un grupo autónomo,
no cristiano, fanáticamente proselitista, exaltador del esfuerzo personal y
expectante de un inminente cambio maravilloso, ya colectivo, ya
individual” (según Luis Moya, tomado de www.unav.es). Puede ver ese
link para una ampliación del tema.
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