El Espíritu Santo con concederá sus dones y frutos si se los pedimos.
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
ORACIÓN
PARA PEDIR LOS DONES
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de los
fieles; e inunda con tu gracia los corazones que Tú creaste. Espíritu de Sabiduría, que conoces mis pensamientos más
secretos, y mis deseos más íntimos, buenos y malos; ilumíname y hazme conocer
lo bueno para obrarlo, y lo malo para
detestarlo sinceramente. Intensifica mi
vida interior, por el don de
Entendimiento. Aconséjame en mis dudas y
vacilaciones, por el don de Consejo. Dame
la energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, por el don de Fortaleza.
Envuelve todo mi proceder en un ambiente sobrenatural,
por el don de Ciencia. Haz que me sienta
hijo tuyo en todas las vicisitudes de la vida, y acuda a Ti, cual niño con
afecto filial, por el don de Piedad. Concédeme
que Te venere y Te ame cual lo mereces; que ande con cautela en el sendero del
bien, guiado por el don del santo Temor de Dios; que tema el pecado más que
ningún otro mal; que prefiera perderlo todo antes que tu gracia; y que llegue
un día a aquella feliz morada, donde Tú serás nuestra Luz y Consuelo, y, cual
tierna madre; enjugas “toda lágrima de nuestros
ojos”, donde no hay llanto ni dolor alguno, sino eterna felicidad. Así
sea.
ORACIÓN
PARA PEDIR LOS FRUTOS
Espíritu de Caridad, haznos amar a Dios y
a nuestros semejantes como Tú quieres que los amemos.
Espíritu de Gozo,
otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu gracia.
Espíritu de Paz, concédenos
tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.
Espíritu de Paciencia,
enséñanos a sobrellevar las adversidades de la vida sin indagar el por qué de
ellas y sin quejarnos.
Espíritu de Benignidad, haz
que juzguemos y tratemos a todos con benevolencia sincera y rostro sonriente,
reflejo de tu infinita suavidad.
Espíritu de Bondad,
concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a manos llenas, cuantas
obras buenas nos inspires.
Espíritu de Longanimidad,
enséñanos a soportar las molestias y flaquezas de los demás,
como deseamos soporten las nuestras.
Espíritu de Mansedumbre,
haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo del Divino Corazón de Jesús,
obra maestra de la creación.
Espíritu de Fe,
otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir siempre de acuerdo con las
enseñanzas de Cristo, e iluminados por tus santas inspiraciones.
Espíritu de Modestia,
enséñanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de
tentación a los demás.
Espíritu de Continencia,
haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos en rechazar cuanto
pudiera manchar el vestido blanco de la gracia.
Espíritu de Castidad,
concédenos la victoria sobre nosotros mismos; haznos prudentes y castos;
sobrios y mortificados; perseverantes en la oración y amantes de Ti, oh Dios
del Amor hermoso.
Así sea.
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