El monasterio
benedictino de Weihenstephan es la cuna de la cerveza.
Por: www.cervebel.es | Fuente: www.cervebel.es
Weihenstephan, situada
en Freising, a 50 km de Munich, es conocida mundialmente como la Meca de la
cerveza, y eso no es casualidad: se trata de la
cervecería más antigua aún existente del mundo entero.
Es difícil de creer, pero hubo un tiempo en que no se elaboraba Weihenstephan. No había nacido todavía Carlo Magno, las cruzadas aún eran un futuro lejano y el lugar en el que hoy está Munich estaba ocupado por vacas que pastaban.
En el año 725 San Korbinian fundó el monasterio benedictino Weihenstephan. Existen escritos que indican que en el 768 se cultivaba lúpulo en los campos cercanos al monasterio, por lo que se puede suponer que los monjes elaboraban cerveza con él, lo que implicaría que Weihenstephan es la cuna de la cerveza "lupulizada", la que conocemos actualmente.
En el año 955 los Hunos saquearon y destruyeron el monasterio por completo; comenzaba así una tradición que se habría de repetir muchas veces: volver a reconstruir el monasterio.
En 1040 el Abad Arnold obtuvo de la ciudad Freising el fuero para elaborar y servir cerveza, lo que se ha considerado como el acta del nacimiento de la cervecería monástica de Weihenstephan. Durante los siglos XII y XIII los monjes trabajaron constantemente en la mejora de sus sistemas de producción, consiguiendo una gama de tres cervezas diferentes: una ligera para los peregrinos, pedigüeños y sirvientes; una cerveza decente para los monjes, frailes y obreros; y una verdadera cerveza premium para el abad, los prelados y la gente importante de la ciudad.
Entre 1085 y 1463 el monasterio fue totalmente destruido cuatro veces por incendios, un terremoto, tres epidemias de peste y varias de hambre, y fue saqueado tres veces por las tropas enemigas. Pero la obstinación bávara de los monjes les llevó a reconstruir el monasterio y la cervecería en cada ocasión.
En 1516 tuvo lugar un punto clave para el arte cervecero: el Duque Guillermo IV de Bavaria dictó, frente a la torre del monasterio de Weihenstephan, la “Ley de la Pureza” Bávara, que prohibía a los cerveceros el uso de otros ingredientes que no fueran cebada, lúpulo y agua.
Así sentó las bases del éxito de la cerveza bávara y de Weihenstephan.
En 1803 la comunidad religiosa dejó de existir y pasó todos sus derechos, capitales y propiedades al Estado bávaro; éste lo transformó en la Real Cervecería Bávara Weihenstephan y en un Instituto de Agricultura.
La cervecería se transformó en una escuela para cerveceros en 1919 y actualmente es la Facultad Cervecera, de Alimentos y Lácteos de la Universidad de Munich. Casi todos los cerveceros de Europa pasan un año en esta Facultad para ser iniciados en el arte cervecero de los bávaros.
Así, la cervecería Weihenstephan no sólo es la más antigua del mundo, sino también una de las más modernas y pioneras.
Es difícil de creer, pero hubo un tiempo en que no se elaboraba Weihenstephan. No había nacido todavía Carlo Magno, las cruzadas aún eran un futuro lejano y el lugar en el que hoy está Munich estaba ocupado por vacas que pastaban.
En el año 725 San Korbinian fundó el monasterio benedictino Weihenstephan. Existen escritos que indican que en el 768 se cultivaba lúpulo en los campos cercanos al monasterio, por lo que se puede suponer que los monjes elaboraban cerveza con él, lo que implicaría que Weihenstephan es la cuna de la cerveza "lupulizada", la que conocemos actualmente.
En el año 955 los Hunos saquearon y destruyeron el monasterio por completo; comenzaba así una tradición que se habría de repetir muchas veces: volver a reconstruir el monasterio.
En 1040 el Abad Arnold obtuvo de la ciudad Freising el fuero para elaborar y servir cerveza, lo que se ha considerado como el acta del nacimiento de la cervecería monástica de Weihenstephan. Durante los siglos XII y XIII los monjes trabajaron constantemente en la mejora de sus sistemas de producción, consiguiendo una gama de tres cervezas diferentes: una ligera para los peregrinos, pedigüeños y sirvientes; una cerveza decente para los monjes, frailes y obreros; y una verdadera cerveza premium para el abad, los prelados y la gente importante de la ciudad.
Entre 1085 y 1463 el monasterio fue totalmente destruido cuatro veces por incendios, un terremoto, tres epidemias de peste y varias de hambre, y fue saqueado tres veces por las tropas enemigas. Pero la obstinación bávara de los monjes les llevó a reconstruir el monasterio y la cervecería en cada ocasión.
En 1516 tuvo lugar un punto clave para el arte cervecero: el Duque Guillermo IV de Bavaria dictó, frente a la torre del monasterio de Weihenstephan, la “Ley de la Pureza” Bávara, que prohibía a los cerveceros el uso de otros ingredientes que no fueran cebada, lúpulo y agua.
Así sentó las bases del éxito de la cerveza bávara y de Weihenstephan.
En 1803 la comunidad religiosa dejó de existir y pasó todos sus derechos, capitales y propiedades al Estado bávaro; éste lo transformó en la Real Cervecería Bávara Weihenstephan y en un Instituto de Agricultura.
La cervecería se transformó en una escuela para cerveceros en 1919 y actualmente es la Facultad Cervecera, de Alimentos y Lácteos de la Universidad de Munich. Casi todos los cerveceros de Europa pasan un año en esta Facultad para ser iniciados en el arte cervecero de los bávaros.
Así, la cervecería Weihenstephan no sólo es la más antigua del mundo, sino también una de las más modernas y pioneras.
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