El
cardenal George Pell está en libertad tras
pasar más de un año en la cárcel por un delito de abusos sexuales que se ha
demostrado completamente falso tras la sentencia exculpatoria y unánime tomada
por los siete jueces de la Corte Suprema de Australia.
Este
martes, el purpurado y ex secretario de Economía del Vaticano, ha concedido una
entrevista a Andrew Bolt en Sky Australia. Precisamente este
periodista ha resultado clave en desmontar las acusaciones contra el cardenal
puesto que reconstruyó el caso Pell en el mismo lugar en el que se
habrían producido los abusos. Su conclusión fue que “no era posible” que se hubieran producido los hechos que le inculpaban, por lo que la condena por
abusar de los menores era un “escándalo”.
¿UNA
VENGANZA POR SUS REFORMAS?
En esta
entrevista, Pell ha sostenido que la lucha que emprendió contra la corrupción
en el Vaticano podría tener relación con la campaña,
juicio y condena que recibió en Australia por abusos a menores.
En el
momento de la condena, el cardenal era responsable de
las finanzas vaticanas y por
encima de él en Roma únicamente se encontraban el Papa Francisco y el cardenal
Pietro Parolin, secretario de Estado.
En la
entrevista emitida este martes indicó que algunos funcionarios eclesiásticos
creían que las autoridades australianas lo perseguían debido a los problemas
que había causado en el Vaticano al aplicar reformas financieras. "La mayoría de los altos cargos en Roma que simpatizan con las
reformas financieras creen que éstas están relacionadas” con las acusaciones,
ha declarado el cardenal de 78 años a Sky News.
NI
SUS OPONENTES EN LA IGLESIA CREÍAN LAS ACUSACIONES
Además,
añade que "lo sorprendente es que ni siquiera mis
oponentes teológicos en Roma creían las historias" de abuso sexual,
añadió.
En este
sentido, Pell ha afirmado en la entrevista que no
tiene pruebas de esta relación, pero sospecha que se "aprovecharon"
del hombre que juró que Pell había abusado sexualmente de él cuando participaba con 13 en el
coro de la catedral de Melbourne.
Francisco
creó la Secretaría de Economía y designó a Pell como prefecto como una parte
clave de sus planes de reforma financiera tras su elección en 2013. Pell trató
de poner orden en las finanzas opacas de la Santa Sede y alinearlas con los
patrones internacionales, cuando arreciaron las acusaciones e investigaciones
contra él por abusos. En 2017 abandonó temporalmente
su cargo en Roma para regresar a Australia y defenderse de las acusaciones.
El
cardenal Pell afirma que el Papa le dio
siempre un apoyo "absoluto" a pesar de que "mis posiciones
teológicas... no están precisamente alineadas con las de Francisco". Sobre esta relación con el Santo Padre, ha
afirmado que cree que “valora mi honestidad y que
tal vez le diría cosas que otras personas podrían no decir, y creo que me
respeta por eso”.
LA
CORRUPCIÓN EN EL VATICANO
Por otro
lado, el cardenal australiano está convencido que ni Francisco ni el cardenal
Parolin son ni eran corruptos pero que no sabe hasta qué altura llegaba la
corrupción en el Vaticano. “Lo alto llega es
una hipótesis interesante”, afirmó.
Por otro
lado, Pell afirma que “no estaría completamente
sorprendido” si la Policía siguiera persiguiéndolo aunque insistió
en que no ha hecho nada malo.
De hecho,
aseguró sentirse “avergonzado” por esta
crisis de abusos sexuales a niños que se dio en la Iglesia. "Hay dos niveles. Uno son los delitos en sí y
luego tratarlos de manera tan inadecuada durante tanto tiempo", incidió.
"El péndulo hace 30 o 40 años iba contra cualquiera que dijera que
había sido abusado. Hoy en día no queremos que retroceda para que cada
acusación sea considerada como la verdad del evangelio. Eso sería bastante injusto e
inapropiado", sentenció.
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