La
noticia no ha entrañado debate acostumbrados como están a la eutanasia
Miles de mayores belgas viven
aterrorizados ante la perspectiva de resultar infectados, porque en su caso eso
equivale directamente a la muerte.
(InfoCatólica) Si hace unos días las noticias
sobre el desprecio a la vida de los mayores venían de Holanda, hoy son
de Bélgica. Sociedades utilitaristas en los que la extensión y aceptación de la
eutanasia provocan que directivas para «despriorizar»
a las personas mayores no sean mal vistas.
La Sociedad Belga de
Gerontología y Geriatría ha enviado una circular a los médicos que ejercen en
las residencias de la tercera edad de todo el país en la que les instruye para
que en caso de contagio por coronavirus de alguno de los ancianos no lo trasladen a un
hospital, sino que privilegien la administración de cuidados paliativos en la
misma residencia. Como detalla Enrique Serbeto en ABC, la noticia ha
pasado por las páginas de los diarios belgas con escaso revuelo, porque esta es
una sociedad acostumbrada ya a la eutanasia como una fórmula cada
vez más popular de terminar de pagar impuestos, aunque en las actuales
circunstancias ha suscitado cierto debate entre la profesión médica.
La Sociedad Belga de Geriatría
explica que la disposición que ha trasladado a los médicos concierne a los residentes más débiles para los que se
considera que el coronavirus puede ser fatal. La profesora Nele Van Den Noortgate, del Hospital Universitario de Gante
(en la región flamenca) ha explicado que para estos pacientes de edad avanzada
con COVID-19 «no podemos hacer nada más por ellos en los hospitales
que proporcionar buenos cuidados paliativos, que también pueden tener en las residencias.
Llevarlos al hospital para que mueran allí sería inhumano». La
recomendación se dirige también a las familias de los pacientes que tienen
problemas mentales (alzheimer) o que están tan débiles que se puede esperar que
vayan a fallecer a lo largo de este año.
Van Den Noortgate ha asegurado
tranquilamente que a su juicio, «en el caso de
estos pacientes, el tratamiento hospitalario puede prolongar la vida, pero
ofrece pocas posibilidades de recuperación», mientras que si se mantiene a los
ancianos enfermos en las residencias, se evita la sobrecarga de los hospitales.
En este escenario, muchos
ancianos belgas pueden estar viviendo aterrorizados ante la perspectiva de
resultar infectados, porque en su caso eso equivale directamente a la muerte.
La cuestión se ve de distinta manera en Flandes, donde el número de contagios por coronavirus ha
sido mucho mayor y los hospitales están más saturados, que en Valonia o en
Bruselas, donde todavía es comparativamente menos aguda. Benjamin
Thorekens, que dirige una residencia en Mons cree que las
indicaciones no eran necesarias: «no veo por qué
estas personas que están en una casa de reposo no deberían ser hospitalizadas
si su condición lo requiere».
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