Ayer se presentó la 41ª Oleada del barómetro del Real Instituto Elcano.
Tiene cosas interesantes sobre la percepción de los españoles. El trabajo de
campo se realizó entre el 2 y el 19 de marzo de 2020. No recoge en principio
mucha muestra del periodo de «arresto domiciliario» por el COVID-19, pero esta
vez sí pregunta valoración sobre el Papa Francisco, algo que no hacía desde
mayo de 2015.
La media de valoraciones
(0-10) ha bajado desde 7,2 hasta 5,7, superado
por Angela Merkel. Es tan significativa la bajada que el propio resumen del
estudio se ve en la obligación de justificarlo con un «quizá
ya desprovisto del áurea de excepcionalidad con que contaba al principio de su
Papado». En cualquier caso sigue siendo una buena
valoración. Y está en línea con
los resultados ofrecidos por otros estudios respecto al porcentaje de
ciudadanos que tienen una buena opinión.
La explicación es realmente
extraña, porque como podemos observar en el 35º barómetro, Obama, no sufre una
erosión tan grande en 4 años, y desde luego nunca bajó de una media de 6. Por
otro lado que Angela Merkel bajase casi tres puntos en poco más de dos años es
un indicio de que el efecto novedad no parece que especialmente determinante.
Habrían sido muy valiosas
valoraciones intermedias y algún dato más actual. El estudio no recoge el impacto que puedan haber tenido los actos televisivos en la
plaza de San Pedro, aunque la
misa por televisión sí entra ya en el estudio, porque empieza el día 10.
Para ser sincero, estoy muy
sorprendido, es un dato que no me esperaba. Estas valoraciones están muy
sustentadas en la opinión publicada, y un dato cierto es que tanto la prensa
como la televisión, en España, proyectan una
imagen muy amable del Pontífice, quizá
no de la Iglesia, pero sí de Francisco.
En cualquier caso esto sólo
debería preocupar a alguien que hiciese las cosas por lo que piensan los demás
o a un departamento de marketing, ¿no?
Juanjo Romero
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