Jesús te dice que dejes tus cargas sobre él, porque
tiene cuidado de ti, no lleves el agobio y el cansancio solo. Las fuerzas de
Dios son ilimitadas, no sigas agotando todas tus fuerzas. Renuévate en la
presencia de Dios.
En Mateo 11:28 dice: “Vengan
a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de
corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi
carga es liviana”.
Jesús nos invita a descansar en Él, a dejar todo
agobio y cansancio en su presencia. Dios es tu aliado, tu ayuda permanente, su
favor se mueve en aquellos que lo buscan como niños, que le creen y que se
aferran a sus promesas. Por eso en nuestra experiencia diaria con Dios debemos
poner en sus manos en oración, lo que necesitamos para que la preocupación,
carga o agobio sea quitado. Su amor está disponible, nuestra carga sale de
nuestros corazones cuando la entregamos en comunión con el Espíritu Santo.
Las fuerzas de Dios no tienen límites, las
nuestras si, por eso necesitamos siempre estar adorando y buscando nuestra
fuente de fortaleza, centrarnos en su grandiosa presencia, en su inigualable
poder,. En poner la fe y expectativas en nuestro Dios, fuerte y poderoso, que
por medio de la sangre de Cristo nos ha abierto las puertas para ir a su trono
y dejar toda carga.
Oremos así:
“Padre Celestial, mi fuerzas
tienen límites, pero en ti soy más que vencedor. Tu llenas mi vida, me colmas
de favores y misericordia, dejo toda carga, preocupación y agobio en tus manos,
soy lleno de tus fuerzas inagotables ahora, en el nombre de Jesús. Amén”
No hay comentarios:
Publicar un comentario