8 reglas de oro para
lograrlo.
Por: Redacción | Fuente: LaFamilia.info
En el matrimonio
pueden crearse trampas disfrazadas de silencio que apartan a la pareja y
crean abismos en su comunicación. Tal es el caso de una televisión prendida
permanentemente; la puerta de la habitación conyugal que nunca se cierra para
los niños; una agenda repleta de actividades sociales y profesionales.
Pero además existen reglas de oro que siempre deben tenerse en cuenta si
se trata de luchar por un matrimonio feliz y una relación sana con nuestro cónyuge. He aquí
algunas:
1.-
NO DEJARSE VENCER POR LA IRA
Tener la fortaleza y dominio para controlar la ira que sentimos cuando
estamos discutiendo.
2.-
NUNCA GRITARSE
Moderación, educación y respeto ante todo. El grito es una agresión,
independiente de lo que se diga
3.-
PEDIR DISCULPAS Y ADMITIR LOS ERRORES
Para muchos el pedir disculpas equivale a una humillación, pero es
grande el que reconoce que es un ser humano con debilidades y defectos y que
lucha cada día por superarse.
4.-
SEÑALAR LAS FALTAS CON AMOR
Si resulta doloroso aceptar los propios defectos, más difícil es que nos
los señalen.
Es por eso que debemos ser delicados y compresivos para criticar o decir
algo negativo al otro.
5.-
NO DAR CABIDA AL DESCUIDO O APATÍA
En el amor debe existir una sana exigencia. Siempre tenemos que buscar
lo mejor para la persona que amamos, aunque a veces sea necesario exigirle.
Cuando no amamos, nos da igual si la persona se supera o no.
6-
NO DEJAR UN PROBLEMA SIN RESOLVER
Humildad para hablar, para aceptar la culpa que nos corresponde en cada
desacuerdo. Olvidar los resentimientos y rencores, confiar en la pareja y
prepararse para el perdón.
7.-
TODOS LOS DÍAS DECIRLE ALGO CARIÑOSO A SU CÓNYUGE
Cuidar los detalles, los mismos que a veces se pierden con los años. Si
ellos faltan, el matrimonio comienza a vivir según las circunstancias y no por
el amor.
8.-
ORAR JUNTOS, INVOLUCRAR A DIOS EN SU RELACIÓN
Participar de la celebración de la Santa Misa juntos y en familia, orar
todos los días el uno por el otro, cultivar su vida sacramental (confesión y
comunión frecuente), leer juntos la palabra de Dios.
Esperamos que estas sencillas reglas te ayuden a ser más feliz en tu
matrimonio y a vivir plenamente tu unión con la persona que más amas.
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