El pasado 19 de
septiembre tuvo lugar la firma de un acuerdo extrajudicial que pone fin a la
demanda del responsable de la Academia Espiritual de Yoga Tradicional “Ananda”
de Montevideo (filial del MISA, Movimiento para la Integración en el Espiritual
Absoluto) contra dos investigadores del fenómeno sectario (Álvaro Farías y
Miguel Pastorino) y varios medios de comunicación de Uruguay.
Para conocer más
los detalles del acuerdo, su contexto y sus implicaciones, entrevistamos al
psicólogo Álvaro Farías, integrante de la Red Iberoamericana de Estudio de las
Sectas (RIES) y autor del libro Sectas y manipulación mental. Un enfoque desde la
Psicología.
- ¿CÓMO SURGE ESTE LITIGIO JUDICIAL QUE TENÍA CON
EL PROF. OCTAV FERCHELUC?
- En agosto de 2015 nosotros alertamos
a la población acerca de un hecho que nos parecía preocupante: por un
lado, se estaba llevando a cabo en la Universidad de la
República un proyecto de “yoga y meditación” (esto
en principio nos parecía violatorio del artículo 5º de nuestra Constitución
sobre el cual se basa el principio de “laicidad del
Estado”, principio este muy discutible, pero que por existir debe ser
respetado por todos).
Por otro lado, el hecho más
grave todavía de que la Academia de Yoga y el Instructor de la misma estaban en
directa vinculación con una de las sectas que resulta ser
también una de las redes de trata de personas más importantes del mundo,
el Movimiento para la Integración en el Espiritual Absoluto (MISA por su sigla
en Inglés), liderado por uno de los criminales más buscados de
Europa, el Prof. Gregorian Bivolaru.
Por las características propias que tiene el Uruguay, este hecho cobró
mucha notoriedad, fueron varios los programas de radio y televisión que tomaron
la noticia, informes de prensa escrita y uno de los noticieros más vistos de la
televisión uruguaya.
Todo esto terminó con que 48hs
después de la noticia, las autoridades de la
Universidad de la República suspenden definitivamente el proyecto y se inicia una investigación
administrativa.
Pasaron unos meses y nos llega
la comunicación por parte del Juzgado Civil de que se nos
había presentado una demanda por “daños y perjuicios” supuestamente por haber
iniciado una campaña mediática en contra del demandante, el
reclamo era económico y ascendía a la suma de 800.000 pesos uruguayos
(aproximadamente 25.000 dólares).
En la instancia de
conciliación optamos por no conciliar, lo cual
habilitó a la realización del juicio que venía llevándose a cabo desde 2016
hasta la fecha.
- ¿CÓMO SE PONE FIN A ESTE PROCESO?
- Ha sido una sorpresa grande
tanto para mí como para mis abogados. Hace un mes, cuando fuimos citados para
la primera instancia de declaración de testigos, la abogada del demandante se
acerca a nosotros para proponer una prórroga de un mes e iniciar tratativas
para alcanzar un acuerdo extrajudicial que
pusiera fin al juicio.
La negociación fue llevada
adelante por los abogados, pero fue sobre la base de ciertos puntos que para
nosotros eran irrenunciables. No es habitual que el demandante plantee este tipo
de acuerdos: nosotros preferíamos continuar con el
proceso y esperar la sentencia en el entendido de que habíamos procedido
rectamente y la obligación
de alertar a la población sobre un hecho grave. En este punto planteamos que
quede explícitamente dicho que la iniciativa fue del
demandante, que no medió acuerdo económico alguno y que no hubo retractación de
nuestra parte.
- SI DESDE SU PUNTO DE VISTA ERA PREFERIBLE ESPERAR
LA SENTENCIA, ¿POR QUÉ SE OPTÓ POR EL ACUERDO?
- Es una estrategia típica del
MISA la de silenciar las voces críticas a su accionar a través de recursos
legales. Desde que este proceso empezó hemos tenido un “bozal
legal”, ya que cualquier opinión vertida podía ser usada en nuestra contra y mal interpretada por la Justicia.
Ahora, este acuerdo nos libera del bozal.
Por otra parte, los procesos
civiles en Uruguay son muy lentos, esto seguramente llevaría muchos años, luego
de la sentencia seguramente el demandante hubiese apelado y todo ese tiempo con
una Academia MISA en Uruguay y nosotros silenciados. Entendimos que, sin
renunciar a nuestros dichos y sin mediar dinero, ésta era la
solución más sensata para
nosotros.
- ¿CÓMO CONTINUAR DESPUÉS DE ESTE HECHO?
- Fue una experiencia muy
desagradable, no es algo a lo que estemos acostumbrados. Con el paso de los
años nos fuimos habituando a las instancias judiciales y siempre tuvimos la conciencia tranquila de haber obrado seria y
profesionalmente.
Quiero hacer referencia a que
si pudimos transcurrir esta etapa de la manera que la transcurrimos fue gracias
a la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) y su apoyo
incondicional, y al asesoramiento y la contención de la Dra. Carmen Asiaín y el
Dr. Rafael Brum, mis abogados.
A partir de ahora vamos a
continuar con nuestro trabajo tal y como lo hemos hecho desde siempre, pero sin
restricción alguna en lo que respecta al accionar del MISA en Uruguay.
Secretaría RIES
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