LA SANTA SEDE ADVIERTE A LOS OBISPOS ALEMANES QUE LA ECLESIOLOGÍA DE SU
ASAMBLEA SINODAL NO ES VÁLIDA
En una carta
enviada a los obispos alemanes la semana pasada, la Santa Sede les ha indicado
que los planes para la asamblea sinodal vinculante de la Iglesia en Alemania
«no son eclesiológicamente válidos».
(CNA/InfoCatólica) Los planes para un «proceso sinodal vinculante» fueron anunciados por
primera vez por el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia
Episcopal Alemana (CEA), a principios de este año.
CNA informó la semana pasada
que los estatutos para la «Asamblea sinodal» planificada
fueron aprobados en agosto por la Asamblea permanente de la CEA, antes de la
Plenaria de todos obispos
alemanes, que se celebrará del 23 al 26 de septiembre. CNA también informó que
pequeños grupos de trabajo relacionados con el sínodo ya han comenzado a
discutir una serie de temas controvertidos de la Iglesia.
En una carta del 4 de
septiembre dirigida a Marx, el cardenal Marc Ouellet,
presidente de la Congregación para los Obispos del Vaticano, indicó que los
planes para una Asamblea sinodal deben ajustarse a las directrices emitidas por
el Papa Francisco en junio,
especialmente en el sentido de que un sínodo en Alemania no podría actuar para
cambiar la enseñanza o disciplina universal de la Iglesia.
Ouellet también envió a Marx
una evaluación legal de cuatro páginas de los estatutos aprobados por los
obispos alemanes. CNA obtuvo tanto la carta del cardenal Ouellet como la
evaluación legal adjunta.
La evaluación, firmada por el jefe del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos,
Mons Filippo Iannone, dice que
los planes de los obispos alemanes violan las normas canónicas
y, de hecho, se proponen alterar las normas y doctrinas
universales de la Iglesia.
En su revisión legal de los
proyectos de estatutos, el arzobispo Iannone señaló que los alemanes proponen
tratar cuatro temas clave: «autoridad, participación y separación de poderes», «moralidad
sexual», «la forma de vida sacerdotal» y «mujeres en ministerios y oficios de
la Iglesia».
«Es fácil ver
que estos temas no solo afectan a la Iglesia en Alemania, sino a la Iglesia
universal y, con pocas excepciones, no pueden ser objeto de las
deliberaciones o decisiones de una Iglesia en particular sin
contravenir lo expresado por el Santo Padre en su carta», escribió Mons. Iannone.
En su carta a la Iglesia en Alemania del mes de junio,
el Papa Francisco advirtió a los obispos alemanes que debían respetar la
comunión universal de la Iglesia. El Pontífice escribió:
«Cada vez
que la comunidad eclesial intentó salir sola de sus
problemas confiando y focalizándose exclusivamente en sus fuerzas o en sus
métodos, su inteligencia, su voluntad o prestigio, terminó por aumentar y
perpetuar los males que intentaba resolver».
La evaluación legal del
Vaticano plantea una serie de preocupaciones sobre la estructura propuesta y
los participantes en el «camino sinodal» alemán.
Llega a la conclusión de que los obispos alemanes no están
planeando un sínodo nacional, sino un concilio de esa Iglesia en particular, algo que no pueden llevar a cabo sin explícita
aprobación romana.
«Está claro por
los artículos del borrador de los estatutos que la Conferencia Episcopal
[alemana] tiene en mente hacer un concilio local de conformidad con los cánones
439-446 pero sin usar este término», decía la carta, enfatizando la necesidad del permiso del Vaticano para
tal sínodo.
«Si la
Conferencia Episcopal Alemana llegó a la convicción de que un es necesario un
concilio local, deben seguir los procedimientos provistos por el Código [de Derecho
Canónico] para llegar a una deliberación vinculante».
Un
concilio, a diferencia de un sínodo, es una reunión de obispos que tienen la
autoridad para hacer leyes para la Iglesia de un país o región en particular, pero solo bajo la
autoridad directa de Roma, que define el alcance de su autoridad. Un sínodo, que es lo que los obispos alemanes han llamado a su
proceso, se supone que es de carácter pastoral y
consultivo, sin la autoridad para establecer normas vinculantes. La
celebración de un concilio a nivel nacional es mucho menos común que la
celebración de un sínodo, y requiere que la Sede Apostólica apruebe su agenda,
alcance de acción y sus resoluciones finales.
El
plan de los obispos alemanes para su sínodo confiere a los miembros del mismo la capacidad de formular nuevas normas
para la Iglesia en Alemania. Esto, según la carta
del Vaticano, no es aceptable.
La carta del Vaticano también
dijo que la composición propuesta de la Asamblea sinodal «no
es eclesiológicamente válida», mencionando expresamente a la asociación propuesta por los
obispos, el Comité Central de Católicos Alemanes, un grupo laico que se ha
manifestado públicamente contra una variedad de enseñanzas de la Iglesia,
incluso sobre la ordenación de las mujeres y la moral sexual.
La evaluación del Vaticano
señaló con preocupación que el Comité Central de Católicos
Alemanes solo acordó participar en el
proceso si la asamblea sinodal podía decretar políticas vinculantes para la Iglesia alemana.
«¿Cómo
puede una Iglesia en particular deliberar de manera vinculante si los temas
tratados afectan a toda la Iglesia?», pregunta Mons. Iannone.
«La conferencia
episcopal no puede dar efecto legal a las resoluciones [sobre estos asuntos],
esto está más allá de su competencia», dijo su carta.
«La
sinodalidad en la Iglesia, a la que el Papa Francisco se refiere a menudo, no es
sinónimo de democracia o decisiones mayoritarias», escribió el arzobispo, señalando que incluso cuando un Sínodo de
los Obispos se reúne en Roma «depende del Pontífice presentar los
resultados».
«El proceso
sinodal debe tener lugar dentro de una comunidad estructurada jerárquicamente», agrega la carta, y cualquier
resolución requiere la aprobación expresa de la Sede Apostólica.
La evaluación legal concluye
finalmente que las propuestas alemanas «dejan
abiertas muchas preguntas que merecen atención».
Altos funcionarios de la
Congregación para los Obispos y del Consejo Pontificio para los Textos
Legislativos confirmaron a la CNA que ambos documentos fueron
enviados al Cardenal Marx la semana pasada,
con la instrucción de que su contenido debería ser la base para futuras
discusiones sobre el proceso sinodal cuando los obispos alemanes celebren la
próxima asamblea plenaria.
No está claro si la carta y el
anexo legal ya se han distribuido entre todos los obispos alemanes. Esas
instrucciones, efectivamente, parecen exigir a los obispos alemanes que
desechen por completo sus planes.
Un alto funcionario de la
Congregación para los Obispos dijo a CNA el 12 de septiembre que las
preguntas planteadas por la evaluación son «obviamente
urgentes».
«Por supuesto, existe
la sensación de que los alemanes simplemente no desean escuchar. El
mismo Papa ha escrito y parece que no se ha notado nada al respecto», dijo el funcionario.
Un funcionario de alto rango
en la Congregación para la Doctrina de la Fe, que no participó en la revisión
de las propuestas alemanas, declaró a CNA que existe una impresión generalizada
en la curia del Vaticano de que los obispos
alemanes, liderados por Marx, son en gran medida indiferentes a las
intervenciones del Vaticano.
«Todos saben lo
que los alemanes quieren lograr, han sido perfectamente ruidosos al respecto.
Hay una sensación creciente de que Marx no puede esperar a un próximo cónclave
para actuar como si fuera el Papa. Ha decidido que sabe lo que es
mejor para la Iglesia y lo verá hecho».
«¿Qué más hay
que hacer sino esperar y ver? El Papa mismo ya ha escrito a los alemanes y
ellos lo ignoran. Si pueden ignorar al Santo Padre, seguramente ignorarán a
cualquier otra persona en la Curia».
«No hay duda de
que saben lo que el Papa quiere de ellos», dijo a CNA un alto funcionario del Pontificio Consejo para los Textos
Legislativos. «La pregunta es si los obispos
alemanes siguen interesados en lo que dice el Santo Padre».
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