El Obispo de San Isidro (Argentina), Mons. Oscar
Ojea, se refirió a los hechos narrados por el párroco de la parroquia
Inmaculada Concepción de la localidad de Tigre, quien aseguró haber visto el
rostro de Jesús en una hostia consagrada.
El hecho se hizo público a través de un relato
elaborado y difundido por el P. Agustin Bollini, sacerdote del Verbo Encarnado
(IVE), quien estaba confesando durante la Eucaristía de las 7:30 p.m. del
viernes 29 de marzo, celebrada por el P. José Luis Quijano, conocido como el P.
Cote.
“Esperando el momento de la elevación, durante el
canto, el padre sostenía la hostia entre sus manos y vemos que llama al
ministro de Comunión, Harry, un señor mayor, feligrés de años en esta iglesia y
después de hablar con él, sosteniendo aún la hostia entre sus manos, prorrumpe
en un llanto fuerte y desconsolado”, describió
el P. Bollini.
Acto seguido, “todos nos quedamos
estupefactos y cuando reaccioné pensado en subir al altar (estaba confesando),
P. Cote haciendo un esfuerzo y secándose las lágrimas, comienza a decir
entrecortadamente: ‘esto no es para mí, yo no soy digno, es una gracia para
ustedes’ y cae de rodillas junto con Harry, el acólito y la mayoría de los
fieles que lo imitamos sobrecogidos por su reacción, permaneciendo así hasta
que se incorporó y pudo continuar la celebración”.
“Cuando terminé de confesar, ya bien finalizada la
misa, me acerqué al grupo que todavía comentaba y los rodeaba, mientras otros
rezaban el Santo Rosario en alta voz. Allí me enteré de lo sucedido. P. Cote
vio la cara de Jesús en la hostia y no pudiendo dar crédito a lo que veía,
llama y le pregunta a Harry: ‘Qué ves?’ y este confirmó ‘la cara de Jesús’”, relató.
Tras escuchar lo sucedido de boca del mismo P. Quijano, el Obispo de San
Isidro, Mons. Oscar Ojea envió un mensaje
a la parroquia Inmaculada Concepción para en el que interpreta lo sucedido “como un consuelo y un regalo especial para la
comunidad”.
“Sabemos por la fe que el Señor se hace presente en
forma real y verdadera en cada Misa que se celebra. Sin duda la experiencia
vivida por ellos, podemos interpretarla como un consuelo y un regalo especial
para la comunidad”, afirmó el Obispo.
Mons. Ojea aseguró que “esto nos invita sin
duda a vivir más hondamente el misterio contenido en cada Eucaristía, haciendo
más profunda la entrega de nuestra vida al servicio de nuestros hermanos como
Jesucristo lo hizo”.
“Agradecemos este don especial pidiéndole al Señor
y a su Madre Inmaculada, que estas gracias se transformen en auténticas
conversiones personales y pastorales, evitando cualquier interpretación
apresurada que distorsione o agregue significados que no están relacionados a
la experiencia vivida y a la fe de la Iglesia”, sostuvo
el Prelado.
“Un afectuoso saludo y mi bendición al padre Cote
Quijano y a la comunidad parroquial, deseándoles de todo corazón un fecundo
camino hacia la Pascua”, concluyó su mensaje Mons. Ojea.
Redacción ACI
Prensa
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