ROMA, 13 Ago. 17 / 01:59 pm (ACI).- Hace 100 años, el 13 de
agosto de 1917, los pastorcitos debían ser testigos de una nueva aparición de
la Virgen pero el encuentro no se pudo concretar ya que los tres niños fueron
raptados por una autoridad local que intentó a la fuerza que revelaran el
secreto que les había confiado la Madre de Dios.
Bajo el pretexto de ayudarlos con un automóvil para que pudieran
trasladarse seguros en medio de la multitud, el administrador de Ourem, Arturo
de Oliveira Santos, se ofreció a llevarlos para ver al párroco, indicando que
el sacerdote quería verlos en Cova de Iría.
En la casa parroquial, el administrador dejó la treta y llevó a los
pastorcitos a la Vila Nova de Ourem. Allí trató de comprarlos, los amenazó de
muerte y los encerró en una celda con criminales para que revelaran el secreto.
Todo esto sin ningún resultado.
A pesar de su corta edad, los videntes no cedieron nunca. Después de las
amenazas y artimañas que intentó, Oliveira Santos liberó a los niños el 15 de
agosto.
El 13 de agosto se había oído en Cova da Iría un trueno, al que siguió
un relámpago, habiendo notado los presentes una pequeña nube blanca que se posó
algunos minutos sobre la encina donde se aparecía la Virgen.
Se observó también algunos fenómenos cromáticos. Eran los signos de la
aparición de la Virgen que ese día no encontró a los videntes.
La aparición ocurrió 6 días después, el 19 de agosto, alrededor de las
4:00 p.m. en el lugar llamado Valinhos.
Lucía, que estaba con Francisco, presintió algo sobrenatural y llamó a
Jacinta, que llegó a tiempo para ver a la Virgen aparecerse sobre una encina un
poco más grande que la de Cova da Iría. Allí se dio el siguiente diálogo:
Lucía: ¿Qué
quiere Vuestra Merced de mí?
Virgen de Fátima: Quiero
que sigan yendo a Cova da Iría el día 13 y que sigan rezando el rosario todos los días. El
último mes haré el milagro para que todos crean.
Lucía: ¿Qué
desea que hagamos con las ofrendas que deja la gente en Cova da Iría?
Virgen de Fátima: Que hagan
dos andas. Una la llevas tú con Jacinta y otras dos niñas vestidas de blanco, y
la otra que la lleve Francisco y otros tres niños. Las andas son para la fiesta
de Nuestra Señora del Rosario. El dinero que sobre es para ayudar a construir
una capilla.
Lucía: Quería
pedirle la curación de algunos enfermos.
Virgen de Fátima: Sí, a
algunos curaré durante el año (…). Recen, recen mucho y hagan sacrificios por
los pecadores, que muchas almas se van al infierno por no haber
quién se sacrifique y pida por ellas.
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