"Los fariseos y los escribas
preguntaron a Jesús: ¿Por qué comen tus discípulos con las manos impuras y no
siguen la tradición de los mayores?"
En el evangelio de hoy, Jesús trata
de hipócritas a los fariseos, porque se escandalizan de que los discípulos
comen con manos impuras. Cita al profeta Isaías: este pueblo me honra con los
labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos. Y pone el ejemplo de
aquellos que en vez de asistir a sus padres, dan el dinero al templo y creen
que ya han cumplido. Los fariseos no entendían, que es el amor el que purifica
las manos, las acciones.
Cuando convertimos la religión en
legalismo, le quitamos autenticidad. Es la dualidad entre religión y
espiritualidad, o entre ritualismo y ética. Una religión sin espiritualidad es
mero ritualismo, cumplimiento de prácticas vacías. Unas prácticas rituales que
olvidan la ética, son pura mentira. No podemos ir a misa por la mañana y
maltratar después a nuestros obreros o empleados. No puedo ayunar en la
Cuaresma que empieza mañana y dejar morir de hambre a la gente a mí alrededor.
No puedo cuidarme de que los templos sean espléndidos y dejar que desahucien a
familias de sus domicilios.
Lo grave es, que Jesús lo dejo muy
claro en su vida y esta lucha por la espiritualidad auténtica, le hizo chocar
con sacerdotes y fariseos. ¿Qué diría se encarnase hoy entre nosotros?
Enviat per Joan Josep Tamburini
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