Dicen, y debe ser cierto, que
cuando uno es ganado para una causa y descubre su error anterior, se convierte
a su vez en un combatiente de la misma incluso con más intensidad que aquellos
que lo reclutaron. Algo así me pasó con el “sí” de la Virgen María a Dios.
Yo había compuesto para mi grupo
de rock católico, Hijos De Coré, una canción sobre la Madre
de Dios que pretendía ser un resumen de su vida, con estrofas referidas a
algunos de los pasajes más importantes, la Anunciación, la Visitación a su
prima Isabel y el canto del Magníficat, su mediación en las bodas de Caná, su
presencia a los pies de la cruz y su entrega como madre de los creyentes por
parte de su hijo... y una oración como mediadora, “déjame ser como tú y llevar
en mi a tu hijo Jesús”. Y el estribillo empezaba con la frase “tu respuesta fue
un sí, María”.
En cierta ocasión en misa el que
era entonces el párroco, un sacerdote escolapio que me conoce personalmente y
sabe que estoy en la música católica pero que no conoce ninguna de mis
canciones en concreto, comentó que le resultaba curioso cómo mucha gente seguía
hablando del “sí” que María había respondido a Dios, cuando en realidad ella
jamás había hecho tal cosa, pues lo que le dijo realmente fue “hágase”, el
conocido como “fiat” en latín, “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí
según su Palabra”.
Naturalmente me hizo mucha gracia
pues yo era uno de los “confundidos” y en cuanto llegué a casa saqué mi
cuaderno con las canciones, taché la frase “tu respuesta fue un sí” y
manteniendo la métrica y la rima escribí “su Palabra se hizo en ti” y es así desde
entonces como la cantamos en el grupo.
Fruto imagino de la casualidad, o
quizá porque era algún tema que ellos mismos habrían hablado, unos meses más
tarde escuchando una catequesis a otro sacerdote entonces escolapio, hoy en día
en la orden de los “Cooperatores Veritatis”, volvió a decir exactamente lo
mismo, cómo había mucha gente que seguía hablando erróneamente del “sí” de
María, y añadió con cierta “malicia” casi infantil “incluso lo dicen algunos
obispos, lo que te hace plantearte si rezan realmente el Ángelus por las
mañanas”. En ese momento no pude menos que sonreír, al menos yo ya había
rectificado.
Hace tiempo acudí a un concierto
de una amiga mía cantautora católica, una chica cuya voz es tan hermosa como
ella misma, y lo es y mucho, y al acabar el recital y como tengo costumbre, me
acerqué a felicitarla y a darle las gracias por haberme invitado a asistir. Y
tras unas frases le comenté
§
Me vas a permitir que actúe como
profesor de religión, aunque lleve tiempo sin ejercer - a mi pesar, aclaro aquí
– y te haga un par de correcciones
§
¿Sí?, dime por favor.
§
Has hablado en un momento sobre
la mujer que limpia los pies a Jesús con perfume y la has identificado con
María Magdalena, cuando el evangelio no especifica que sea ella – le aclaré que
hay tradiciones que identifican a la magdalena con ella o con la mujer adúltera
a la que Jesús salva del apedreamiento y que por tanto es muy común esa
confusión, pero que en el evangelio no aparece ninguna de las dos cosas – Y también
has comentado que María le dijo “sí” a Dios aunque seguro que recuerdas
exactamente lo que le dijo en realidad...
§
He aquí la esclava del Señor, hágase en
mi según su palabra – respondió sin pestañear – Es
cierto, realmente no lo dice, aunque en muchas partes aparece así, como en la
canción del grupo Tal – omito aquí el nombre
§
Así es, incluso hay muchos
obispos que también lo dicen, pero tú misma has comprobado que no es así.
En mi batalla “por la causa” me
gusta por tanto aclarar la confusión, incluso lo hago a través de las redes
sociales cuando alguien lo menciona. Hace poco lo hice con un sacerdote y me
respondió
§
En este caso da igual, referirse
a que María le dijo “sí” o le dijo “hágase” a Dios es lo mismo.
¿Tendría razón? ¿Sería lo mismo?.
Para empezar la cuestión sería sencilla, si María dijo "sí", ¿cuál
fue la pregunta?... porque en el relato evangélico el Ángel no le pregunta
nada, le hace un anuncio, algo que Dios ya ha decidido que va a ocurrir,
podríamos decir incluso, para aclararnos simplemente, que es algo que va a
suceder con independencia de la voluntad de la persona que lo recibe. Además en
caso de que hubiese una pregunta sería lógico pensar que habrían varias
respuestas posibles... ¿podría María haber respondido que no?
Por otro lado decir que “sí” suele significar una aceptación, una identificación con la propuesta, un entendimiento de la misma, una adhesión a una causa u objetivo, una idea más o menos clara de lo implica. Por ejemplo, cuando una chica le dice sí a la proposición de matrimonio de su pretendiente está aceptando su propuesta, la comparte, la desea, sabe (aunque sea aproximadamente) la consecuencia que tiene y por tanto su voluntad es la misma que la de su enamorado.
Por otro lado decir que “sí” suele significar una aceptación, una identificación con la propuesta, un entendimiento de la misma, una adhesión a una causa u objetivo, una idea más o menos clara de lo implica. Por ejemplo, cuando una chica le dice sí a la proposición de matrimonio de su pretendiente está aceptando su propuesta, la comparte, la desea, sabe (aunque sea aproximadamente) la consecuencia que tiene y por tanto su voluntad es la misma que la de su enamorado.
¿Es algo parecido al “sí” de
María?. Evidentemente no, María recibe la visita del Ángel por sorpresa, sin
saber qué es, por eso primeramente se inquieta y se interroga. Después, como ya
hemos dicho, el Ángel no le hace ninguna pregunta, ninguna propuesta,
simplemente le da un anuncio, una noticia, ha hallado Gracia ante Dios y
concebirá al mesías. Y ella no le dice “sí, que buena idea” ni nada parecido,
si no que le interroga sobre sus dudas y tras la explicación es cuando ella
acepta, “que se haga” la Palabra de Dios, como una esclava. ¿Porqué una
esclava? Pues porque el esclavo es el que no tiene voluntad propia (o no la
puede ejercer) si no que se amolda a la voluntad de su amo, hace todo lo que él
quiere o le pide, sin importar si está conforme o no. María en su humildad, en
su sencillez, en su generosidad acepta la voluntad del Padre, pero no es que
haga un análisis de la situación y le parezca bien, o que tenga un conocimiento
previo ni que pueda prever las consecuencias de ese acto.
§
¿Seguro, padre? - respondí al
sacerdote – yo creo que decir sí implica estar de acuerdo con algo que se
entiende y conoce, pero María en su “hágase” lo que hace realmente es aceptar
la voluntad de Dios aunque no la comprenda del todo
Naturalmente
no se trata de emprender ninguna batalla lingüística ni teológica, nada más
lejos de mi intención. E incluso podremos seguir utilizando el “sí” de María
para explicar su aceptación del proyecto divino. Pero por un lado está el dato
informativo o didáctico sobre lo que dijo exactamente y por otro, ¿por qué no?
puestos a referirnos a lo que dijo nuestra Madre, ¿no es más exacto decir lo
que realmente dijo?
José Luis
Rubio
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