«El pensamiento dominante propone a veces una falsa compasión»:
favorecer el aborto para ayudar a la mujer, procurar la eutanasia, producir
un hijo, usar vidas humanas para salvar a otras... Pero «en el pensamiento
antiguo y en el moderno la palabra matar significa lo mismo», afirmó el
Papa ante los miembros de la Asociación de Médicos Católicos Italianos. En
cambio, a ellos los exhortó a ejercer la compasión como el Buen Samaritano
Noticia digital (17-XI-2014)
«¡Estamos en un tiempo en el que se juega con la vida y eso es
pecado contra Dios!» Ante una falsa compasión que presenta como ayuda el
aborto, la eutanasia, la producción de un hijo y los experimentos sobre
la vida humana, -que «son pecados contra el Creador»- cuidar a la persona,
amarla y defenderla sobre todo cuando sufre, es frágil e indefensa, con
valentía fue la exhortación del Papa Francisco, este sábado, a los miembros de
la Asociación de Médicos Católicos Italianos. Los alentó a tener la valentía de
ir contracorriente y a la objeción de conciencia en su misión humana y
espiritual, que es un verdadero apostolado laical. Recordando la importancia de
la ética en la ciencia y la medicina, el Obispo de Roma reiteró asimismo la
misión de la Iglesia de presentar el Evangelio, impulsando la tutela de la vida
humana:
«La atención a la vida humana, en especial a la que está en mayor
dificultad, es decir, al enfermo, al anciano y al niño implica profundamente la
misión de la Iglesia. La Iglesia se siente llamada a participar en el debate
que tiene como objeto la vida humana, presentando su propia propuesta fundada
en el Evangelio. Para muchos la calidad de la vida está ligada prevalentemente
a las posibilidades económicas, al bienestar a la belleza y a la vida
física, olvidando otras dimensiones más profundas -relacionales, espirituales y
religiosas- de la existencia. En realidad, a la luz de la fe y de la recta
razón, la vida humana es siempre sagrada y siempre de calidad. No existe
una vida humana cualitativamente más significativa que otra, sólo en virtud de
medios, derechos, oportunidades económicas y sociales mayores. Esto es lo que
ustedes, médicos católicos, intentan afirmar, ante todo con su estilo
profesional. Su obra quiere testimoniar con la palabra y el ejemplo que la vida
humana es siempre sagrada, válida e inviolable y como tal debe ser amada,
defendida y cuidada».
COMPASIÓN VERDADERA Y AYUDA CONCRETA
Tras invitar a los médicos católicos a colaborar con cuantos, también
desde distintas perspectivas religiosas o de pensamiento, reconocen la dignidad
humana de cada persona, el Papa los alentó a la cercanía, la compasión
verdadera y la ayuda concreta -con las palabras de Jesús y como el Buen
Samaritano-. Y a actuar con valentía, llegando a la objeción de conciencia,
contra cierta opinión pública que presenta una falsa compasión y no
respeta la dignidad de la vida humana, en todas sus etapas. El significado de matar
es siempre el mismo ayer y hoy, advirtió el Santo Padre, poniendo en guardia
contra los pecados contra Dios:
«El pensamiento dominante propone a veces una falsa compasión: la
que se presenta como una ayuda a la mujer el favorecer el aborto; como acto de
dignidad procurar la eutanasia; como una conquista científica producir
un hijo considerado como un derecho y no como un don; o usar vidas humanas como
conejillos de Indias para salvar presumiblemente a otras. La compasión
evangélica, sin embargo, es la que acompaña en el momento de la necesidad, es
decir la del Buen Samaritano, que ve, se compadece, se acerca y
ofrece ayuda concreta (cfr Lc 10,33). La misión de los médicos los pone cada
día en contacto con tantas formas de sufrimiento: los aliento a hacerse cargo
de ellos como buenos samaritanos, cuidando de forma especial a los
ancianos, a los enfermos y a los discapacitados. La fidelidad al Evangelio de
la vida y al respeto de la misma como don de Dios requiere a veces opciones
valientes y contracorriente que, en particulares circunstancias, pueden llegar
a la objeción de conciencia».
«Un pecado contra el creador»
«Y a muchas otras consecuencias sociales... Estamos en un tiempo en el
que se hacen experimentos con la vida... Mal... Se hacen hijos, en lugar
de acogerlos como don de Dios. En un tiempo en que se juega con esa vida.
¡Cuidado! ¡Éste es un pecado contra el creador! ¡Contra Dios Creador, que creó
las cosas así!»
«Cuando muchas veces me preguntaban a mí como sacerdote si es un
problema religioso, no. No es un problema religioso. No es filosófico. Es
científico. Porque es una vida humana y no es lícito liquidar, matar una vida
humana para resolver un problema. Pero es el pensamiento moderno... ¡Escucha,
en el pensamiento antiguo y en el pensamiento moderno la palabra matar
significa lo mismo! Y lo mismo vale para la eutanasia. La eutanasia escondida,
en la cultura del descarte, con los ancianos... ¡Es pecado contra Dios!
¡Piensen bien en ello!»
Al coincidir esta audiencia pontificia con el 70 aniversario de la
Asociación de Médicos Católicos Italianos, el Papa Francisco concluyó su
discurso alentándolos a perseverar en su camino, inspirándose en san Camilo de
Lelis, patrono de los enfermos, con el amparo de la Madre de Dios:
«Les deseo que los 70 años de vida de su Asociación impulsen un ulterior
camino de crecimiento y de maduración. Que puedan colaborar de forma
constructiva con todas las personas e instituciones que comparten con ustedes
el amor a la vida y se esfuerzan en el servicio a su dignidad, sacralidad e
inviolabilidad. San Camilo de Lelis, sugiriendo la forma más eficaz para cuidar
a los enfermos decía simplemente: Pongan más corazón en esas manos. Y
éste es también mi deseo. Que la Virgen Santa, Salud de los enfermos, sostenga
los propósitos con los que se esmeran e proseguir su acción. Les pido por favor
que recen por mí y de corazón los bendigo».
RV
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