«Una violación grave de la moral conyugal y de la disciplina de la
Iglesia»
Noticia digital (26-XI-2014)
El cardenal Velasio De Paolis, Presidente emérito de la Prefectura de
Asuntos Económicos de la Santa Sede y destacado canonista, ha pronunciado, en
la Universidad San Dámaso, de Madrid, una conferencia sobre La
pastoral de los divorciados vueltos a casar y los sacramentos de la Eucaristía
y la Penitencia, señalando que la propuesta de ofrecer la Comunión en estos
casos -analizada por el último Sínodo de los Obispos sobre la Familia-
«constituye, de hecho, un cambio doctrinal», así como «una violación grave de
la moral conyugal y de la disciplina de la Iglesia».
El cardenal De Paolis se ha preguntado también «si es competencia de un
Sínodo de Obispos tratar una cuestión como ésta», pues «el valor de la doctrina
y de la disciplina vigente de la Iglesia se han formado a lo largo de los
siglos y están sancionadas con intervenciones del magisterio supremo de la
Iglesia». Por tanto, «no se trata sólo de cuestiones disciplinares para decidir
de acuerdo con la mayoría, sino de una doctrina y de un magisterio que desborda
las competencias de un Sínodo extraordinario de Obispos».
En el caso de que se accediera a esta propuesta, los efectos serían «de
una gravedad inaudita: admitir a la comunión eucarística a una persona en
estado de pecado mortal, con peligro de sacrilegio y de profanación de la
Eucaristía, comprometiendo su salvación eterna; poner en discusión la moral
sexual, fundada particularmente en el sexto mandamiento; y dar relevancia a la
convivencia o a otros vínculos, debilitando el principio de la indisolubilidad
del matrimonio», alertó De Paolis, entre otras consecuencias.
Sobre el camino penitencial propuesto por algunos padres
sinodales para estos fieles, el cardenal Velasio De Paolis subrayó que pasa por
la confesión sacramental: «deben arrepentirse, y hacer propósito de no volver a
pecar y de evitar las ocasiones de pecado». Asimismo, en los casos en que hay
obligaciones como la presencia de hijos, este camino de conversión «debe prever
necesariamente el abandono de esa situación y tener como meta la participación
en la Eucaristía»; en este sentido, «no se puede recurrir simplemente a un
perdón misericordioso, a una dispensa o a una exención. Tampoco se puede
plantear la hipótesis de una necesidad pastoral. Para estos elementos la ley
moral no prevé y no permite estas vías de escape».
Actuando así -«La Iglesia no puede actuar de otra manera», señaló el
cardenal italiano-, «la Iglesia sigue preocupándose por su salvación», de modo
que «reza por ellos, los anima, se presenta como madre misericordiosa y los
sostiene en la fe y en la esperanza», y «no los abandona a sí mismos». Citando
a san Juan Pablo II, De Paolis los considera «como personas que cuidan su vida
espiritual con vistas a una recuperación plena para la vida de la Iglesia», e
indicó varios instrumentos que les ofrece el magisterio: escuchar la Palabra de
Dios, frecuentar el sacrificio de la Misa, perseverar en la oración,
incrementar las obras de caridad, educar a los hijos en la fe cristiana,
cultivar el espíritu y las obras de penitencia...
El Presidente emérito de la Prefectura de Asuntos Económicos alertó
asimismo de que «algunos pretenderían por parte de la Iglesia una mera
adaptación a los fenómenos culturales del momento», y que «la presión para
conformarse con esa cultura es fuerte»; sin embargo, «la Iglesia debe ponerse a
la escucha del mundo y de los fieles, pero sabiendo que la respuesta que debe
ofrecer no es suya, sino del mismo Dios; los remedios para el pueblo de Dios no
son ni pueden ser los que invente la sabiduría humana, sino los que provienen
de Dios».
Juan Luis Vázquez
Díaz-Mayordomo
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