SÍNODO: «HAY UNA CRISIS DE
METODOLOGÍA» EN LA PASTORAL FAMILIAR
Si tenemos la verdad, ¿cómo podemos transmitirla bien?: de este tema se están
ocupando durante estos primeros días los padres sinodales, que comienzan cada
jornada escuchando el testimonio de un matrimonio. Éstas son las novedades del
Sínodo:
Especiales web (08-X-2014)
¿Cómo vivieron nuestros padres su matrimonio de modo que nos han guiado
hasta donde estamos hoy nosotros como matrimonio católico?: ésta es la pregunta
a la que han dado respuesta Jeff y Alice Heinzen, un matrimonio estadounidense,
en su testimonio ante la Asamblea del Sínodo de Obispos sobre la Familia. Ambos
recuerdan a sus respectivos padres rezando el Rosario, participando en las
procesiones del Corpus Christi, levantándose temprano para ir a Misa y, sobre
todo, recuerdan «los tiernos besos que frecuentemente se daban nuestros
padres», por lo que pueden decir que «nuestras casa eran escuelas de amor».
Sin embargo, este matrimonio invitado al Sínodo como auditores, lamenta
que hoy «muchos chicos crecen sin la bendición del matrimonio de sus padres, o
crecen en familias rotas por el divorcio o por los embarazos fuera del
matrimonio, o simplemente no tienen ocasión de ser testigos de ningún amor
matrimonial. ¿Cómo pueden entonces formar después un matrimonio para toda la
vida?»
Por todo ello, el matrimonio Heinzen diagnostica que la Iglesia de hoy
padece «no una crisis de fe, sino una crisis de metodología», y pide que del
Sínodo salgan resoluciones concretas: «debemos encontrar maneras más efectivas
de compartir la bendición de Dios sobre el matrimonio y la familia», así como
reclama «maneras sencillas, prácticas y convincentes» para lograrlo. «Tenemos
que examinar los métodos por los que mostramos a nuestros hijos la vocación al
matrimonio», por ejemplo «incluir el matrimonio en todos los programas de pastoral
vocacional», como una vocación más.
«Nosotros, como Iglesia católica, tenemos la verdad sobre el amor y el
matrimonio; sólo hay que buscar el lenguaje y la manera de transmitirla del
modo más apropiado. Todas las familias merecen tener la alegría que tienen las
parejas casadas» en Cristo, afirman.
RETOS Y PROPUESTAS
En las ponencias y turnos de intervenciones libres, los padres sinodales
hablaron, durante la tarde del martes y la mañana del miércoles, de los
siguientes temas:
Preparación al matrimonio: se ha pedido realizar un Vademecum,
dedicado a la catequesis sobre la familia. Además, se habló de la debilidad de
la fe de muchos de los bautizados, causa de que muchos cónyuges lleguen al
matrimonio sin ser plenamente conscientes de lo que éste lleva aparejado.
Por eso, se subrayó el vínculo entre el Bautismo y el Matrimonio: sin una iniciación cristiana seria y profunda, el significado del sacramento conyugal se ve disminuido. De ahí, la observación de que el matrimonio cristiano no puede ser sólo una tradición cultural o una exigencia social. Debe entenderse como una decisión vocacional, emprendida con una preparación adecuada que no se puede improvisar durante pocos encuentros, sino que exige tiempo. Además, es necesario prestar también una atención específica a la educación afectiva y sexual, para fomentar una verdadera mística familiar de la sexualidad.
Por eso, se subrayó el vínculo entre el Bautismo y el Matrimonio: sin una iniciación cristiana seria y profunda, el significado del sacramento conyugal se ve disminuido. De ahí, la observación de que el matrimonio cristiano no puede ser sólo una tradición cultural o una exigencia social. Debe entenderse como una decisión vocacional, emprendida con una preparación adecuada que no se puede improvisar durante pocos encuentros, sino que exige tiempo. Además, es necesario prestar también una atención específica a la educación afectiva y sexual, para fomentar una verdadera mística familiar de la sexualidad.
Conciliación trabajo-familia: son dos dimensiones que hay
que conciliar, debido también a los horarios de trabajo cada vez más flexibles,
a los nuevos modelos contractuales, a las distancias geográficas entre el hogar
y el lugar de trabajo. Además hay que tener en cuenta que con la tecnología el
trabajo entra en casa haciendo más difícil el diálogo familiar.
Indisolubilidad del
matrimonio: en nuestros
días parece cómo si la ley se contrapusiera al bien de la persona. En realidad,
la verdad del vínculo conyugal y su estabilidad están grabadas en la persona,
por lo tanto, no se trata de contraponer ley y persona, sino de apurar cómo
contribuir a no traicionar la propia verdad.
Divorciados que se han vuelto
a casar: se precisa
la prudencia que requieren las grandes causas, pero también conjugar la
objetividad de la verdad con la misericordia por la persona y su sufrimiento;
muchos fieles se encuentran en una situación de la que no son culpables.
Ancianos y enfermos: los padres sinodales han
recordado la gran contribución de los abuelos en la transmisión de la fe en la
familia. Es importante que el núcleo familiar acoja, con solidaridad, cuidado y
ternura, a las personas de la tercera edad. La misma importancia debe darse a
los enfermos, para acabar con esa cultura del descarte que denuncia el
Papa a menudo.
ESPAÑOLES EN EL SÍNODO: SIN
FAMILIA, HACE FRÍO
Especiales web (08-X-2014)
La familia como la institución más importante de la Humanidad, las
dificultades de tener hijos, el estado de la economía... Varios españoles
participantes en el Sínodo, el cardenal Sebastián, monseñor Ricardo Blázquez y
el sacerdote Alfonso Fernández Benito, han contado cómo se están desarrollando
los trabajos del Sínodo.
El cardenal Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona, ha
revelado a Rome Reports que «acabamos de empezar el Sínodo, pero se ve
un deseo de tratar a fondo estos temas de la familia y del matrimonio. Cada día
hay un testimonio de un matrimonio, que habla de la experiencia de la ayuda de
Dios, el gozo de la fidelidad, la confianza en superar alas dificultades a la
hora de sacar adelante la familia...» Para el cardenal Sebastián, «hoy, las
dificultades principales de las familias son el número de hijos, el estado de
la economía, la falta de trabajo, el mantenerse en situaciones límite confiando
en Dios... Hasta ahora, los trabajos están entre aplicar la doctrina
tradicional ante las situaciones nuevas, y ahora vamos a estudiar las causas de
la crisis de la familia en todo el mundo, porque la familia forma parte de
nuestro ser personal, la realidad más concreta del hombre y de nuestra vida».
Asimismo, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor
Ricardo Blázquez, ha declarado a Radio Vaticana que durante el sínodo
están tratando de ver «de qué manera la Iglesia puede responder a la situación
del matrimonio, de la familia y de los jóvenes de hoy». También ha mostrado su
preocupación por la gran cantidad de divorcios que hay en nuestro país, y ha
asegurado que «el matrimonio cristiano es un don precioso» y que «con la
familia nos encontramos al abrigo, y fuera de ella hace mucho frío».
Por último, el sacerdote español Alfonso Fernández Benito, uno de los
expertos invitados al Sínodo, ha insistido en la importancia de la ley natural
como «algo irrenunciable para dialogar con el mundo de hoy. Lo difícil es
hacerla entendible, por eso la hemos de transmitir con alegría, y estremecernos
con toda la belleza del plan de Dios sobre el matrimonio. En este mundo
científico-técnico, debemos dialogar con todas las ciencias y agrupar sus
aportaciones para mostrar a la familia como la institución más importante para
la Humanidad: varón y mujer, para siempre y abiertos a la vida».
EL SÍNODO ESCUCHA A LOS
MATRIMONIOS
Los primeros en hablar en las sesiones ordinarias del Sínodo han sido
los matrimonios, que están ofreciendo a los padres sinodales su experiencia de
vida familiar
Especiales web (07-X-2014)
Los australianos Ron y Mavis Pirola, Directores del Australian Catholic
Marriage and Family Council han sido los primeros en hablar durante la primera
reunión ordinaria del Sínodo. Contaron a los padres sinodales su experiencia de
vida matrimonial: «Como todos los matrimonios, hemos vivido tiempos
maravillosos juntos y tiempos de frustración en los que temimos tener un
matrimonio roto; asimismo, junto a una estimulante alegría que nos hacía dar
gracias a Dios cada día por nuestros cuatro hijos, también hubo noches en las
que nos acostábamos preguntándonos en qué nos habíamos equivocado».
En la línea de las catequesis de Juan Pablo II sobre la Teología del
Cuerpo, afirmaron que «gradualmente nos hemos ido dando cuenta que «el
sacramento del matrimonio «encuentra su más alta expresión en el acto sexual.
Creemos que si que las parejas casadas no reverencian la unión sexual como una
parte central de su espiritualidad será especialmente difícil apreciar la
belleza de las enseñanzas de la Humanae vitae».
Además de reclamar «la urgente necesidad de acercar a la gente los
documentos del magisterio», pues por su lenguaje difícil «parecen de otro
planeta», han mostrado, con ejemplos, lo que pueden ofrecer las Iglesias
domésticas a la nueva evangelización: una familia que acoge en la cena de
Navidad a un hijo gay con su pareja –«Es nuestro hijo», afirmaron–; una amiga
divorciada que acude con sus hijos a Misa y que es un ejemplo ante la parroquia
de fortaleza ante la adversidad; una amiga anciana cuyo hijo único tiene
síndrome de Down y trata de salir adelante... Por ello, piden «reducir nuestra
tendencia a juzgar a los demás porque es un obstáculo a la evangelización»,
pues muchos «más que otra cosa necesitan ser acompañados en su camino, ser
escuchados y aceptados».
Y, finalmente, han pedido, «tal como dijo Benedicto XVI, que los laicos
dejen de ser vistos como meros colaboradores del clero, sino que sean
reconocidos como corresponsables de la acción de la Iglesia».
El matrimonio George e Cynthia Campos, de Filipinas, del movimiento
Couples for Christ, dio ante la asamblea sinodal un precioso de testimonio de
fe ante un embarazo de riesgo y ante la enfermedad, y sobre la pastoral en
situaciones familiares difíciles han propuesto establecer «formas de
acompañamiento innovadoras, formación en espiritualidad matrimonial y una
pastoral de inclusión «orientada a la comunión plena con la vida de la
Iglesia».
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