martes, 7 de octubre de 2014

EL SANTO ROSARIO - I -


HISTORIA DEL ROSARIO


Pío XI (1937) dice que "el Rosario ocupa el primer puesto entre las devociones en honor de la Virgen y que sirve para progresar en la fe, la esperanza y la caridad".

El "Dios te salve María" ya se encontraba en el Misal Romano desde el año 650, como oración o antífona en la Misa del Cuarto Domingo de Adviento.

Desde el año 1100 al 1200 ya el rezo del "Dios te salve María" es muy frecuente en varios países y muchas personas que no pueden rezar los 150 salmos (o sea, el Salterio) tratan de reemplazarlos diciendo 150 veces esta oración mariana.

Ya en el año 1483 se ha extendido por muchos países la costumbre de añadir el "Santa María Madre de Dios", al "Dios te Salve María". Pero todavía no era costumbre general en ese tiempo rezar el Avemaría completa.

En el año 1569 el Papa Pío V prescribe y recomienda a todo el mundo el Rosario tal cual como se reza hoy: con sus Padrenuestros, Avemarías y Gloria.

Aunque Santo Domingo no es el inventor del Rosario, y aunque en tiempo de este santo todavía no se rezaba el Rosario completo como se reza ahora, lo cierto es que él y sus misioneros recomendaron mucho a las personas el repetirle frecuentemente a la Sma. Virgen el "Dios te salve María", y el pensar en los Misterios de la Vida, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor.

En el año 1569, el Papa Pío V con una carta o Encíclica dirigida a todos los cristianos del mundo recomienda rezar el Rosario de la manera como se reza ahora. Con esto quedaba consagrada esta devoción como algo muy propio de los buenos católicos.

Desde que el Papa Pío V recomienda a todo el mundo el rezo del Santo Rosario, recordando que con esta oración se han obtenido grandes triunfos en la guerra contra los infieles, y que esta devoción ha demostrado tener gran eficacia para detener las herejías y conseguir conversiones, y que toda persona fervorosa lo debe rezar frecuentemente, la costumbre de rezar el Rosario se vuelve popularísima en todas las naciones y su popularidad va aumentando año por año. Diez Pontífices lo siguen recomendando, y muchísimos santos lo difunden por todas partes.

Desde 1878 hasta 1903 el Papa León Trece, gran sabio, se dedica a propagar más y más la devoción al Santo Rosario. Este Pontífice llamado "El Papa del Rosario" dedica 12 Encíclicas y 22 documentos menores a recomendar a los fieles el devoto rezo del Rosario. Y lo lama: "La más agradable de las oraciones", "Resumen del culto que se le debe tributar a la Virgen", "Una manera fácil de hacer recordare a las almas sencillas los Dogmas principales de la fe cristiana", "Un modo eficaz de curar el demasiado apego a lo terrenal, y "Un remedio para acostumbrarse a pensar en lo eterno que nos espera".

Pío XI (1937) dice que "el Rosario ocupa el primer puesto entre las devociones en honor de la Virgen y que sirve para progresar en la fe, la esperanza y la caridad".

En 1978 el Papa Juan Pablo II sorprendió al mundo, poco después de ser elegido Pontífice, con esta frase en la Plaza de San Pedro: "Mi oración preferida es el Rosario" (29 de octubre) y luego en muchísimas ocasiones fue recomendando esta hermosa práctica de piedad. Suyas son las siguientes exclamaciones: "El Rosario es una escalera para subir al cielo"(29 de octubre 1979) "El Rosario nos proporciona dos alas para elevarnos en la vida espiritual: la oración mental y la oración vocal" (29 de abril 1979). "Es la oración más sencilla a la Virgen, pero la más llena de contenidos bíblicos"(21 de octubre 1979). Cuando fue en peregrinación al santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Juan Pablo II hizo allá un bellísimo sermón acerca del Rosario. En el dijo: "El Rosario es nuestra oración predilecta. Cuando la rezamos, está la Sma. Virgen rezando con nosotros. En el rosario hacemos lo que hacía María, meditamos en nuestro corazón los misterios de Cristo" (Lc. 2, 19).

¿QUÉ ES EL SANTO ROSARIO?

El rezo del Santo Rosario, con la consideración de los misterios, la repetición del Padrenuestro y del Avemaría, las alabanzas a la Beatísima Trinidad y la constante invocación a la Madre de Dios, es un continuo acto de fe, de esperanza y amor, de adoración y reparación”.

“La oración cristiana se aplica preferentemente a meditar “los misterios de Cristo”.

La meditación hace intervenir al pensamiento, la imaginación, la emoción y el deseo. Esta movilización es necesaria para profundizar en las convicciones de fe, suscitar la conversión del corazón y fortalecer la voluntad de seguir a Cristo”. La meditación de estos misterios conduce a la contemplación, pues, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “Esta forma de reflexión orante es de gran valor, pero la oración cristiana debe ir más lejos: hacia el conocimiento del amor del Señor Jesús, a la unión con Él”.

“El rezo del Santo Rosario, con la consideración de los misterios, la repetición del Padrenuestro y del Avemaría, las alabanzas a la Beatísima Trinidad y la constante invocación a la Madre de Dios, es un continuo acto de fe, de esperanza y amor, de adoración y reparación”.

Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición del Rosario, la que dio el Sumo Pontífice San Pío V en su “Bula” de 1569: “El Rosario o salterio de la Santísima Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor”. El Rosario consta de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos.

La palabra Rosario significa “Corona de Rosas”. Nuestra Señora ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la más importante de todas.

EL ROSARIO ESTÁ COMPUESTO DE DOS ELEMENTOS: ORACIÓN MENTAL Y ORACIÓN VERBAL.

En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos quince misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos.

La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.

La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.

Entre las varias formas y modos de honrar a la Madre de Dios, optando por las que son mejores en si mismas y mas agradables a Ella, es el rezo del Santo Rosario la que ocupa el lugar prominente. Vale la pena recordar que entre las variadas apariciones de la Santísima Virgen, siempre Ella ha insistido en el Rezo del Rosario. Es así como, por ejemplo, el 13 de Mayo de 1917 en un pueblo de Portugal llamado Cova de Iria, la Santísima Virgen insiste con vehemencia el rezo del Rosario a los tres pastorcitos, en una de sus muchas apariciones a estos tres videntes.

Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales misterios de nuestra religión Católica, que nutre y sostiene la fe, eleva la mente hasta las verdades divinamente reveladas, nos invita a la conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podría decirse que es la oración más fácil para los sencillos y humildes de corazón, es la oración más especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por nosotros ante el trono de Dios.

El Santo Rosario prolonga la vida litúrgica de la Iglesia pero no la sustituye, al contrario enriquece y da vigor a la misma liturgia. Es por ello, que el Santo Rosario se enmarca como una plegaria dentro de la religiosidad popular que contiene un gran tesoro de volares que responde con sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia.

El pueblo latinoamericano es profundamente Mariano, reconoce con una gran sabiduría popular católica, que plegamos a Jesús Salvador a través de Maria Santísima su Madre y desde los mismos tiempos del descubrimiento y de la conquista de América, se generó una gran devoción por la Virgen María; en Ella, nuestros pueblos siempre han mirado el rostro maternal de quien nos trajo la salvación y con la primera manifestación explicita de la Reina del Cielo en tierra americana, con rostro y figura de mujer mestiza, en México, se acrecentó aun mayor el amor y la devoción a ella en todos los países hispano parlantes, reconociéndola como nuestra propia Madre, llena de amor, de misericordia y de piedad para con sus hijos. Sentimiento que va en relación directa con el origen mismo de la Maternidad Divina: María es Madre de Dios Redentor, es también verdaderamente la Madre de todos los miembros de Cristo, porque Ella colaboro con su amor a que nacieran en la Iglesia, los creyentes, miembros de aquella cabeza que es Cristo.

El paso del tiempo, las costumbres modernas, y la innovación de formas de oración, no pueden dejar a un lado el rezo de Santa Rosario. De hecho, los Santos Padres y los Santos han tenido una profunda devoción a este sacramental, nosotros como católicos y como amantes de la Reina del Cielo hemos de ser fervientes devotos del Rosario. Es digno de recordar que la familia que reza unida permanece unida. Que la recitación piadosa y consciente del Santo Rosario nos traiga la paz al alma y nos una más estrechamente a María para vivir auténticamente nuestro cristianismo.

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