Un
sacerdote relata las historias de los cristianos que llegan a su parroquia
huyendo del Estado Islámico y llenos de miedo ante lo que han vivido.
Lo que está ocurriendo en
Irak tiene visos de convertirse en un drama histórico que acabe con
dos comunidades con unas raíces en esta tierra que se remontan a más de 2.000
años. Bajo el régimen del terror, los islamistas del Estado Islámico están poco a poco consiguiendo su objetivo de
´limpiar´ a su paso todo rastro de todo aquello que suene a cristiano o
a yazidí. Estas dos minorías religiosas están siendo literalmente masacradas y
sólo ante unas matanzas y una barbarie pocas veces vista la comunidad
internacional se ha lanzado a intentar frenar lo que se está convirtiendo en un
genocidio.
Este sábado, los yihadistas mataban a sangre fría a más de 700 yazidíes al negarse a convertirse al islam. Además, los terroristas se llevaron a las mujeres y a los niños de estas comunidades. Este tipo de masacres se están convirtiendo en algo normal. Un día les toca a los cristianos y otro día a ellos.
Este estado de terror y las
abominables modos de acosar y asesinar del Estado Islámico ha provocado la huida de cientos de miles de
iraquíes, que intentan llegar a las zonas seguras del Kurdistán o a Bagdad,
en muchos casos como una mera escala para salir del país que les vio nacer.
Este éxodo ha provocado además una gran crisis humanitaria. Los que no mueren o
son sometidos a manos de los islamistas deben sufrir las temperaturas de más de
50 grados, la falta de agua y de comida. Y por ende la muerte.
HUYEN DEJANDO TODO ATRÁS
HUYEN DEJANDO TODO ATRÁS
Ante esta situación, muchos
sacerdotes siguen permaneciendo en Irak a pesar de la persecución. Uno de
ellos, el argentino Luis Montes, relata
desde Bagdad el drama que están viviendo todos aquellos refugiados a los
que está albergando. Este sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado quiere
contar las historias concretas de todos aquellos iraquíes que están sufriendo
la barbarie islamista para que todo lo que están sufriendo "no se pierda
en las estadísticas".
"El
número de víctimas en Irak es escalofriante. El daño
que se está produciendo a estas vidas, a este país y en definitiva al mundo
entero es irreparable. Es una tragedia que no tiene nombre", afirma el
padre Montes, testigo de todo lo que está ocurriendo.
Por ello, ha recogido el
testimonio de los propios iraquíes para que el mundo conozca lo que allí ocurre
y no abandone a su suerte a estas minorías. La presión internacional es clave para que los países occidentales se
impliquen en el conflicto.
¿QUÉ HEMOS HECHO PARA MERECER ESTO?
Saadia, una refugiada iraquí que consiguió llegar a Bagdad afirma que "nuestra zona se vio afectada, vi morir a tres personas. No podemos soportarlo más, estamos en el punto de mira. No queremos morir, queremos vivir. No queremos que nos quiten nuestra tierra porque tenemos derechos".
¿QUÉ HEMOS HECHO PARA MERECER ESTO?
Saadia, una refugiada iraquí que consiguió llegar a Bagdad afirma que "nuestra zona se vio afectada, vi morir a tres personas. No podemos soportarlo más, estamos en el punto de mira. No queremos morir, queremos vivir. No queremos que nos quiten nuestra tierra porque tenemos derechos".
Otro cristiano, Joe Hanna, cuenta
desesperado que "muchos de mi familia todavía están atrapados allí, ¿por
qué? ¿Por qué? Todos mis parientes
están allí esperando, ¿qué hemos hecho para merecer esto? Los amenazaron
con que tenían que ceder o convertirse al islam".
Otra refugiada llamada Fanni
relata otro de los dramas de lo que está ocurriendo, el de los huidos que se
esconden en las montañas para no ser atrapados por el Estado Islámico.
"Decenas de familias con niños y bebés están en las montañas con niños muy
pequeños. Nos dijeron que estarían cuatro días. No tenían nada que comer, sólo comían el trigo del campo. Hay que
salvarlos. Aquí nosotros estamos bien, no necesitamos nada. Por Dios,
¡hay que traerlos de vuelta!", clama esta mujer.
Pero además el padre Montes
cuenta la historia de una de las familias que ha llegado huyendo del Estado
Islámico, "par así poner rostro a la tragedia" y ver un ejemplo de la
magnitud de la tragedia que están viviendo miles de familias.
"Hoy vinieron a verme dos
mujeres para pedirme el certificado de bautismo de varios miembros de sus
familias -relata el sacerdote que permanece en Bagdad-. Es un certificado que
necesitan para pedir la visa para dejar el país".
Estas mujeres viven cerca de
Bagdad pero tienen parte de su familia en Qaraqosh, la mayor ciudad cristiana
de Irak y tomada por los islamistas. Sabiendo que llegaba el Estado Islámico parte de la familia abandonó la ciudad pero
tres de ellos no pudieron. Una de las personas era muy anciana y está
enferma por lo que se quedó con ella uno de sus hijos y la mujer de éste.
"ESPERAN A QUE CEDAN O MUERAN DE SED"
"Los terroristas los visitan diariamente para presionarlos para que se conviertan al islam. Hablan con el hijo de esta señora y viendo su negativa una y otra vez le dijeron que le daban unos días, pero que si no se convertía se llevarán a su mujer para dársela a uno de los combatientes y lo matarán a él y a su madre", relata el testimonio contado por la familia de estos tres cristianos.
"ESPERAN A QUE CEDAN O MUERAN DE SED"
"Los terroristas los visitan diariamente para presionarlos para que se conviertan al islam. Hablan con el hijo de esta señora y viendo su negativa una y otra vez le dijeron que le daban unos días, pero que si no se convertía se llevarán a su mujer para dársela a uno de los combatientes y lo matarán a él y a su madre", relata el testimonio contado por la familia de estos tres cristianos.
En cuanto pudieron conseguir un coche intentaron huir los tres, pero los islamistas los interceptaron a la salida de la ciudad y les obligaron a volver. Y es que los cristianos que no lograron huir antes de la toma de la ciudad ahora no pueden salir. "Solo les dan una opción: o islam o muerte", afirma el padre Montes.
El panorama que les queda allí no
es nada esperanzador. La familia contó al sacerdote que sus familiares ahora
"no pueden salir de la casa porque
si sale la mujer sola se la llevan; si sale el hombre solo entran a la
casa y se llevan a su mujer. Y si salen los dos juntos toman la casa y dejan a
la madre en la calle o la matan".
Por ello, los terroristas están
simplemente a la espera. Apenas tienen electricidad y la poca comida que les
queda se les está acabando. Y al no poder salir no pueden comprar nada.
"Los han cercado en su propia casa esperando
a que cedan o mueran de hambre y sed", afirma el sacerdote.
Los
familiares que consiguieron llegar a Bagdad alertan además de que las familias
cristianas que no consiguieron salir de Qaraqosh son más numerosas de lo que se
ha dicho. Serían unas 150. De este modo, el sacerdote afirma que con estos
testimonios espera que la comunidad internacional intervenga. "Esta es solo una historia real de las
miles que se viven en Irak en estos momentos. Es una historia que
tenemos que recordar cuando escuchemos los números que se manejan".
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