Ante el exterminio de los
cristianos
El Vaticano apoyaría una
"acción militar" en Irak: el concepto de "guerra justa"
La Iglesia trabaja para frenar el
exterminio de las minorías por parte de los islamistas. Afirman que la
intervención militar está justificada.
Javier Lozano 11 agosto 2014
Libertad Digital
Las atrocidades cometidas por el
Estado Islámico en Irak en los últimos tiempos y la limpieza religiosa que
están llevando a cabo contra los cristianos y los yazidíes ha obligado a una
somnolienta comunidad internacional a reaccionar ante la barbarie llevada a
cabo por los islamistas suníes.
Estados Unidos y otros países
occidentales como Francia han dado un paso al frente para evitar que el Estado
Islámico consume su objetivo. Sin embargo, las atrocidades de los islamistas
siguen aumentando. Niños cristianos decapitados, yazidíes enterrados vivos y
numerosas ejecuciones son solo algunas de sus prácticas de las que presumen
orgullosos ante las cámaras.
En este sentido, EEUU ya ha
iniciado bombardeos selectivos contra las posiciones de EI y que podrían ser
secundados por otros estados en breve. Además, tanto norteamericanos como
británicos están lanzando en aviones ayuda humanitaria para paliar una
situación extrema.
Por su parte, el Vaticano está
esforzándose para poner este conflicto en la primera línea mediática y el Papa
ha pedido a Occidente que pare esta limpieza étnica y religiosa. Durante días,
Francisco ha combinado estos mensajes de carácter socio-político con otros
meramente religiosos en los que ha pedido reiteradamente a los católicos que
recen por sus hermanos iraquíes.
Además, el Papa ha enviado a Irak
a un emisario, al cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos y que fue precisamente nuncio en este país
durante la segunda guerra del Golfo.
Sin embargo, pese a estos
llamamientos la Iglesia es consciente de la situación extrema que están
viviendo los cristianos y otras minorías por lo que se ha dado apoyo a que se
frene el avance islamista del Estado Islámico. Y es que Monseñor Silvano María
Tomasi, observador en Ginebra de la Santa Sede ante la ONU y otros entes
internacionales, ha reconocido en Radio Vaticano que "una acción militar
en este momento quizá sea necesaria".
En su opinión, tal y como recoge
la Agencia Zenit, "es evidente que se vuelve necesario defender también
físicamente a los cristianos del norte de Irak, y abastecerles de agua y
alimentos, porque hay también niños y ancianos que están muriendo por falta de
ayuda humanitaria".
Ante la tesitura que se vive en
Irak, el prelado insistió en que "es necesario actuar ahora" y de
este modo ayudar "a decenas y decenas de miles de cristianos y de otras
minorías de la Llanura de Nínive, que tuvieron que escaparse sin nada,
solamente con los vestidos que tienen encima".
Igualmente, monseñor Tomasi pidió
que "sean puestos al descubierto todos aquellos que dan armas y dinero a
los fundamentalistas". Además, se felicitó de que algunos musulmanes
"como el secretario general de la Organización de la Cooperación Islámica,
haya condenado con tonos duros está persecución a cristianos inocentes y haya
defendido su derecho de vivir en sus casas, como todos los ciudadanos de Irak o
de Siria".
DOCTRINA DE LA "GUERRA
JUSTA"
Las declaraciones del observador
de la Santa Sede apoyando la posibilidad de una "acción militar" para
defender a las minorías pueden sorprender a muchos al provenir del entorno
religioso. Sin embargo, es algo que se contempla en el propio Catecismo de la
Iglesia Católica para casos como el que está sucediendo en Irak actualmente.
Estos hechos se enmarcarían en el
término de "guerra justa" en el que deben darse una serie de
condiciones antes de apoyar cualquier acción armada. La Iglesia siempre
defenderá una vía pacífica salvo cuando esta sea inviable.
En este sentido, el artículo 2308
del Catecismo dice que "todo ciudadano y todo gobernante están obligados a
empeñarse en evitar las guerras. Sin embargo, ´mientras exista el riesgo de
guerra y falte una autoridad internacional competente y provista de la fuerza
correspondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo pacífico, no se
podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa".
Por ello añade el texto de la
Iglesia al respecto:
2309 Se han de considerar con
rigor las condiciones estrictas de una legítima defensa mediante la fuerza
militar. La gravedad de semejante decisión somete a esta a condiciones
rigurosas de legitimidad moral. Es preciso a la vez:
— Que el daño causado por el
agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y
cierto.
— Que todos los demás medios para
poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces.
— Que se reúnan las condiciones
serias de éxito.
— Que el empleo de las armas no
entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. El
poder de los medios modernos de destrucción obliga a una prudencia extrema en
la apreciación de esta condición.
Estos son los elementos
tradicionales enumerados en la doctrina llamada de la "guerra justa".
La apreciación de estas
condiciones de legitimidad moral pertenece al juicio prudente de quienes están
a cargo del bien común.
Para explicar los argumentos por
los que la Iglesia apoya que se defienda a las minorías que están siendo
exterminadas el artículo 2321 explica también que "la prohibición de
causar la muerte no suprime el derecho de impedir que un injusto agresor cause
daño. La legítima defensa es un deber grave para quien es responsable de la
vida de otro o del bien común".
NOTAS
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