LOS TIPOS DE BENDICIONES, PUNTO CLAVE DEL DOCUMENTO
Dos manos entrecruzadas con fondo
de una bandera gay: es la fotografía elegida por el padre James
Martin, S.J. para mostrar en su perfil de X (Twitter) un
indisimulado entusiasmo por Fiducia supplicans,
la declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que autoriza
la bendición de parejas del mismo sexo y otras en
"situaciones irregulares".
ENTUSIASMOS
La "histórica declaración
vaticana" es "un cambio significativo respecto al 'Dios no bendice ni puede
bendecir el pecado' de hace dos años", explica en
relación a la respuesta que dio entonces el cardenal Luis Ladaria: "La
declaración abre la puerta a bendiciones no litúrgicas de
parejas del mismo sexo, algo que antes estaba vetado a
obispos, sacerdotes y diáconos".
Y Martin añade:
"Desconfiad de la respuesta 'Nada ha cambiado' a la noticia de hoy. Es un cambio importante. En resumen: ayer, como
sacerdote, se me prohibía completamente bendecir a una pareja del
mismo sexo. Hoy, con algunas limitaciones, puedo hacerlo".
La misma recepción favorable se
aprecia en el camino sinodal alemán, por parte de sus dos co-presdientes.
Irme Stetter-Karp, presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes, es muy expresiva:
"En mi opinión, lo principal es que el Dicasterio para la Doctrina de la
Fe ha hecho algo que nosotros podemos y queremos recibir con satisfacción. Lo
que me parece fundamental es que el afecto que buscaban las parejas con esa
bendición, llegará a través de esa bendición. Y yo diría: ¡Gracias a
Dios!".
Por su parte, el presidente de la
conferencia episcopal alemana, Georg Bätzing, mostró
también su satisfacción por
que "ahora se rescate el tesoro" de los distintos tipos de bendiciones (las
"litúrgicas" y las "no rituales", "espontáneas" o
"pastorales") "para la diversidad de modelos de vida".
Además, Bätzing subraya un aspecto importante: los sacerdotes quedan en cierto
modo obligados a dar esa bendición en las condiciones establecidas por el texto
de la declaración: "El texto muestra el significado pastoral de una
bendición que no puede ser rechazada tras una petición personal".
PRECISIONES
Esa distinción entre
"bendiciones litúrgicas (sacramentales)" y "bendiciones
pastorales" es la línea de defensa del documento establecida, por ejemplo,
por la conferencia episcopal estadounidense, la cual señala que estas
últimas, según la declaración del cardenal Víctor Fernández,
"pueden darse a personas que desean la presencia de la gracia amorosa de
Dios en su vida". Según los obispos norteamericanos, "la doctrina de
la Iglesia sobre el matrimonio no ha cambiado, y esta declaración lo afirma, al
tiempo que hace un esfuerzo para acompañar a las personas con bendiciones pastorales
porque todos necesitamos en nuestra vida la sanación por el amor y la
misericordia de Dios".
Los obispos de Estados Unidos no
siguieron la petición que les había cursado el destituido obispo de Tyler
(Texas), Joseph Strickland, quien les invitó a
"unir sus voces con fuerza y alegría en el Señor en estos últimos días de
Adviento para decir 'no' a este último documento... y no incorporarlo a la vida
de la Iglesia, para afrontar así la confusión, con asuntos que surgen
continuamente, para conocer la verdad de Jesucristo, que no cambia".
En España, el sacerdote Ignacio
Amorós, ha difundido por redes sociales un vídeo en el que
sostiene que "el Papa Francisco,
como siempre, no se separa una coma de la doctrina de la Iglesia". La declaración "está muy
buen fundamentada en una consideración profunda y muy bonita sobre las
bendiciones en la Sagrada Escritura y en la Iglesia" y "quiere
mostrar la cercanía de Dios con todos y que la Iglesia siempre está abierta para
todos", y para ello distingue entre bendiciones rituales o litúrgicas y
las bendiciones espontáneas". En esta segunda categoría "se
contempla ahora la posibilidad de acoger también a quienes no viven
según las normas de la doctrina moral cristiana".
LA EXPLICACIÓN DEL SACERDOTE
IGNACIO AMORÓS SOBRE 'FIDUCIA SUPPLICANS'.
Por su parte, el obispo de
Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, en su perfil
de X, señaló lo
siguiente: "La caridad pastoral es una llamada a que todos los pecadores
podamos ser bendecidos, pero no a bendecir nuestro pecado... Este fue el
proceder de Jesús de Nazaret, quien 'dijo-bien' de la mujer pecadora a
quien querían apedrear, pero no por ello bendijo sus relaciones ('Tampoco yo te
condeno, vete y no peques más', Jn 8, 11). En consecuencia, el Evangelio nos
invita a que bendigamos a cuantos se abren al don Dios, incluidos quienes viven
en situaciones afectivas irregulares; mientras que no nos otorga potestad alguna
para bendecir sus uniones contrarias al designio de Dios".
Monseñor Munilla se remitía
a lo que dijo a este respecto el
pasado mes de octubre, en un vídeo difundido en redes:
"Dios bendice a los
pecadores pero no los pecados... Dios
puede tener paciencia en nuestro caminar pero no puede bendecir un camino que
vaya en la dirección equivocada", dijo entonces Munilla, comentando la
respuesta del Papa a los dubia presentados por algunos cardenales justo
sobre esta cuestión.
Como en esa respuesta ya se
planteaba la distinción que ahora se ha consagrado en la declaración, el obispo
de Orihuela-Alicante recuerda, respecto a las bendiciones litúrgicas, que "la Iglesia no tiene poder para impartir la bendición a las uniones
homosexuales; no es que no quiera..., es que no tiene autoridad y no
puede cambiarlo. No puede venir un sínodo y cambiarlo, ni un concilio, ni el
Papa siguiente. ¿El Papa puede venir dos años después y cambiarlo? No, sería
una quiebra del magisterio de la Iglesia".
Al mismo tiempo, señalaba que,
siguiendo lo que decía Francisco, hay que "discernir adecuadamente si
hay formas de bendición, solicitadas por una o por varias
personas, que no transmitan una concepción equivocada del matrimonio, porque
cuando se pide una bendición se está expresando un pedido de auxilio a Dios, un
ruego para poder vivir mejor, una confianza en un Padre que puede ayudarnos a
vivir mejor".
CRÍTICAS
Ese discernimiento es
el que preocupa a los más críticos con el nuevo documento. Como síntesis de esa
inquietud, Phil
Lawler, director del portal católico estadounidense Catholic Culture,
se plantea: "Cuando dos personas le piden a un sacerdote que les bendiga
como pareja, ¿cómo puede evitar la Iglesia la impresión de que el sacerdote,
representante de la fe católica, está bendiciendo su unión?".
El propio cardenal
Fernández ha precisado que
las bendiciones "pastorales" o "espontáneas" autorizadas no
son individuales, sino a "la pareja". Cuando
una familia pide a un sacerdote que les bendiga, nadie entiende que se estén
recibiendo tantas bendiciones individuales como personas la forman, sino una
sola bendición a la familia como entidad.
Por eso Lawler incide, desde otro
punto de vista, en lo mismo que monseñor Bätzing respecto a la situación
en la que quedan los sacerdotes a quienes una pareja "en
situación irregular" o del mismo sexo acuda a solicitar una bendición:
"La declaración del Vaticano deja a los pastores decidir por sí mismos cómo
responder a la petición de las parejas. Sin embargo, les
advierte de que deben 'evitar el apoyar su praxis pastoral en la rigidez de
algunos esquemas doctrinales o disciplinares'. Disculpen mi cinismo, pero esto
me suena a una invitación a esquivar la perspectiva doctrinal para
evitar situaciones desagradables que podrían surgir por la condena por la
Iglesia de los actos antinaturales".
En consecuencia, concluye Lawler,
"el Dicasterio para la Doctrina de la Fe permite (¿anima?) a los
sacerdotes católicos a mantener una especie de pureza ritual,
diciéndoles que no deben tratar a una unión homosexual como un matrimonio,
cuando a los ojos del mundo harían exactamente eso".
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