JOSÉ
ÁNGEL AGEJAS FUE EL DESCUBRIDOR DE ESTA OBRA DE TEATRO AHORA REEDITADA
Que en la bibliografía de Jean-Paul Sartre
(1905-1980), uno de los pensadores ateos más influyentes del siglo XX, figure
una preciosa obra sobre la Navidad, descolocó tanto a sus seguidores que el
texto se hizo inencontrable.
La editorial Voz de Papel acaba
de sacar de la imprenta una nueva edición de la obra que hace casi veinte años
descubrió José Ángel Agejas y
se publicó por primera vez en español en 2004: Barioná. El hijo del trueno, de Jean-Paul Sartre. Una pieza
de teatro inspirada en la Navidad (en la Navidad real, el nacimiento
de Cristo) absolutamente sorprendente en la bibliografía del
filósofo ateo y activista comunista, uno de los padres intelectuales de Mayo
del 68.
Agejas, doctor en Filosofía, es catedrático de Ética y Deontología en
la Universidad Francisco de Vitoria y periodista con muchos años de ejercicio.
Encontrar Barioná fue fruto de una ardua investigación.
-¿QUÉ
LE PARECE SI EMPEZAMOS POR LA PREGUNTA QUE FORMULA USTED AL INICIO DE LA
INTRODUCCIÓN A LA NUEVA EDICIÓN DE BARIONÁ? DICE ASÍ: ¿PUEDE UN
RECONOCIDO INTELECTUAL ATEO ESCRIBIR UNA OBRA DE TEATRO SOBRE LA NAVIDAD?
-Rotundamente, sí. Lo cual
sorprende a quien encasilla al cristianismo como una especie de senda
iniciática al margen de la razón y de la historia. Pero si algo tiene el hecho
cristiano es, precisamente, eso: es un
hecho histórico que apela a la persona en lo más íntimo de su
ser. Cristo no vino a predicar una doctrina o iniciar un camino esotérico
espiritualista. Cristo es la Palabra de Dios
hecha carne para que
todos los seres humanos podamos escucharla, contemplarla… y abrazarla. La
propuesta de Cristo es incondicional y, por lo mismo, accesible a todo el que
quiera acercarse a ella, desde donde se encuentre y desde su experiencia.
»En ese sentido uno puede acercarse, confrontarse con la propuesta de
Cristo… y luego optar: abrazar la salvación que se le
propone o rechazarla. Salvando las distancias, el ejercicio de
Sartre en Barioná me recuerda al del libro Un rabino habla con Jesús de Jacob Neusner, con el que a
su vez entraba en diálogo el Papa Benedicto XVI a través de su libro sobre Jesús de Nazaret.
En ese texto, el rabino y profesor, judío observante, se tomaba en serio a
Jesús, sus hechos y palabras, su enseñanza para luego tomar su propia decisión.
Y del mismo modo que de ese diálogo sale luz para todos, como nos hizo ver
Benedicto XVI, pues de ese contraste todos aprendemos, también aquí. Sartre se tomó en serio la Navidad y
la confrontó con su existencialismo ateo… de ahí salió una obra radicalmente
novedosa y apasionante.
-¿QUÉ
MOTIVÓ SU INTERÉS POR UNA OBRA DE TEATRO DE SARTRE INSPIRADA EN LA NAVIDAD?
¿CÓMO LA DESCUBRIÓ?
-El mayor experto católico en el
estudio de los llamados “evangelios de la Infancia
de Jesús”, esto es, de los relatos evangélicos relativos a los primeros
años de la vida de Cristo, citaba en un tratado sobre la Virgen María unas
líneas de esta obra, al mismo tiempo que hacía dos cosas: agradecer a Sartre
que le dejara citarlas, por un lado, y por otro, afirmar que era el texto que
más le había ayudado a entender la Navidad.
»Dos afirmaciones, cuando menos, extrañas. La primera, porque para citar
un texto ya publicado no necesitas autorización, pues basta con poner la
referencia. Lo cual apuntaba a que, precisamente, había un texto pero que no contaba con una edición pública.
Y dos: que un ateo fuera tan elogiado por el mayor
experto católico en la Navidad… Eso, junto con la sospecha de algunos
amigos de que fuera una atribución espuria me impulsaron a buscar la obra.
»La historia del descubrimiento es más tortuosa, pues hube de dar muchas
vueltas. Su rastro aparecía y desaparecía constantemente en referencias,
estudios y biografías, incluso con datos contradictorios. Había quienes negaban
que se hubiera escrito, quienes negaban la autoría plena de Sartre, quienes la
daban por desaparecida… Conseguí reconstruir la
historia del manuscrito y
encontrar en la Universidad de Indiana un ejemplar de la segunda impresión que
hicieron artesanalmente los prisioneros que la habían representado. Finalmente,
y después de localizar ese texto, apareció el cuaderno original
manuscrito en un archivo
cedido a la Biblioteca Nacional Francesa. Así se disiparon todas las dudas
sobre la verdadera autoría de la obra y quedó fijo el texto definitivamente.
-HAN
PASADO MÁS DE 80 AÑOS DESDE QUE SARTRE ESCRIBIÓ ESTA OBRA Y CASI VEINTE DESDE
QUE PUBLICÓ USTED LA PRIMERA EDICIÓN DE BARIONÁ EN ESPAÑOL. ¿SIGUE SIENDO UN TEXTO VIGENTE PARA LA
SOCIEDAD DEL SIGLO XXI?
-La mayoría de los jóvenes ya no
han oído hablar de Sartre ni lo han estudiado en el bachillerato. No es el
último youtuber ni instagramer de moda.
Pero no se dan cuenta de hasta qué punto su manera de verse a sí mismos, de ver
sus relaciones y de concebir la sociedad está radicalmente configurada por el
pensamiento de un ateo que
aleccionó a sus abuelos europeos.
Es impresionante comprobar que lo que en Barioná era un
pensamiento revolucionario hoy es moneda de cambio común: el
menosprecio de la vida humana, el rechazo de la tradición, el desprecio de la
conciencia, el desapego de la libertad respecto de la verdad…
-¿PODEMOS
HABLAR DE BARIONÁ COMO UN TEXTO PROFÉTICO?
-En el sentido que acabo de
apuntar, sí. Por desgracia. Porque podía haber sucedido que, ochenta años
después del conflicto de la libertad y los totalitarismos en la Segunda Guerra
Mundial hubiéramos aprendido la lección. Y entonces, estaríamos leyendo esta
obra como una reliquia del pasado, con la curiosidad de quien se sorprendiera
de qué cosas tan extravagantes llegaron a proponer unos filósofos amargados.
Sin embargo, los totalitarismos no han desaparecido,
su germen sigue agazapado dispuesto a rebrotar a la primera de cambio, como el
dinosaurio de Monterroso. En este
sentido considero que esta obra, lejos de ser una reliquia, es una especie
de anuncio profético. Sus proclamas
revolucionarias desesperanzadas han configurado un modo muy extendido y difuso
de pensar y de vivir. Es un claro ejemplo de que las ideas tienen
consecuencias. Europa se suicida. Los hijos del baby boom no
tienen hijos. Y sus nietos tampoco parece que tengan ganas de vivir. La religión de la nada propuesta por Barioná gana adeptos cada día.
José Ángel Agejas es actualmente
director editorial de la revista 'Misión' y de la
revista interdisciplinar de filosofía y humanidades 'Relectiones'.
-HABLA
EN SU INTRODUCCIÓN DE LA AUSENCIA DEL PADRE. CAMUS Y SARTRE COMPARTÍAN LA MISMA
CARENCIA, PERDIERON A SU PADRE ANTES DE CUMPLIR LOS DOS AÑOS. UNA COSA ES QUE
UN PADRE FALLEZCA Y OTRA MUY DIFERENTE ES LA MUERTE DE LA IDENTIDAD DEL PADRE
EN VIDA O COMO DICE EN SU TEXTO “EL PADRE AUSENTE”. ¿POR QUÉ INCIDE EN ESTE
ASPECTO?
-El padre
ausente es otro de
los grandes temas de nuestro tiempo… profético también entonces, hoy batalla cultural de muchas
maneras. Explícitas unas, con la obsesión de la ideología de género por la
caricatura del heteropatriarcado, o como el interés de muchos psicólogos y
psiquiatras por recuperar y defender la figura
y el papel del padre como
aportación clave de la cultura occidental al desarrollo de la civilización. O
implícitas otras, como sucede en infinidad de películas y series audiovisuales.
»Son muchos los amigos y conocidos algo mayores que yo, que
protagonizaron la juventud del 68 y sus derivados, como la transición española,
que llegados a la madurez “necesitan” ajustar
las cuentas con un padre al que rechazaron. El último conocido, por ejemplo, Joaquín Sabina en
el documental Sintiéndolo mucho,
donde llega a afirmar que cuando se mira en el espejo, ve a su padre mirándole.
Es una especie de regreso a Ítaca, solo que aquí es Telémaco quien regresa a
buscar a Ulises, y no al revés. Pero no hay duda de que, en ese encuentro,
ambos, se juegan el pleno reconocimiento de su
identidad personal.
-HAY
TAMBIÉN UNA REFERENCIA A EUROPA Y A LA CULTURA QUE HA HEREDADO EL CULTO A LA
FEALDAD. ¿DÓNDE RESIDE LA BELLEZA DE BARIONÁ?
-Cuando terminó la Primera Guerra
Mundial, Claudel ya
denunciaba la fealdad de las iglesias que se construían en Europa en aquel
momento, como expresión de los pecados y defectos de una cultura mortecina,
pagada de sí misma y que rechazaba la trascendencia. La Europa de las catedrales había derivado hacia el
feísmo. La belleza de Barioná aparece, precisamente, a través de las
rendijas por las que penetra la luz en el ateo Sartre: en
la ternura de Dios hecho niño, en la pasión de una libertad que
apuesta por el sentido y la esperanza, en el amor que puede recuperar una vida
y una entrega hechas familia. En esos pasajes Sartre no pudo resistirse
a dejar que la belleza se
abriera camino. Como en la historia humana, la belleza irrumpe con la luz y el
brillo de la vida y la esperanza.
-ME
VIENE A LA MENTE UNA REFLEXIÓN DE PEDRO SALINAS: “TODO POEMA DIGNO ACABA EN
ILUMINACIONES” ¿ES BARIONÁ UNA OBRA QUE ILUMINA A
LOS HOMBRES?
-Precisamente en el sentido que
acabo de apuntar. Como en el momento de inflexión de la obra dice Sara, la
mujer de Barioná a la que el rebelde zelote quiere obligar a abortar, en el
portal de Belén está “una mujer feliz y plena, una
madre que ha dado a luz por todas las madres del mundo y lo que ella me ha dado
es como un permiso: el permiso de traer mi hijo al mundo. Quiero
ver a esa madre feliz y sagrada, quiero verla. Y sé también que Dios está conmigo”. Citando
a otro gran escritor, Dostoievski ,
“la Belleza salvará al mundo”. Esa es la luz
que ilumina desde Barioná.
-SARTRE
ESCRIBIÓ UNA ESPECIE DE DISCULPA O JUSTIFICACIÓN EN LA QUE DEJABA CLARO QUE, A
PESAR DE HABER ESCRITO UN TEXTO SOBRE LA NAVIDAD, SU PENSAMIENTO “NO HABÍA
CAMBIADO NI SIQUIERA POR UN MOMENTO” ¿CREE QUE ESTO ERA DEL TODO CIERTO O SE
VIO “OBLIGADO” A DEFENDER SU POSICIÓN AL HACERSE PÚBLICA SU AUTORÍA?
-Es muy peligroso hacer juicios
de intenciones. No hay ninguna duda de que, en la década de los sesenta, cuando
se hacen las primeras copias de la obra a petición de los soldados que la
representaron, Sartre vivía a cuerpo de rey gracias al partido comunista de la
Unión Soviética. Era un claro activista de las ideas de Moscú durante la Guerra Fría, aunque a eso él lo
llamaba apostar por el acercamiento entre los dos bloques. Bueno, el comunismo
siempre ha actuado así: caricaturizando a todo el que
no es comunista como si fuera un
monigote desalmado, carente de juicio y de libertad. Y sorprendentemente
siguen haciéndolo todavía hoy, aunque la historia y los hechos lo contradicen.
Son magos de la propaganda. Sartre funcionó así y no podía permitir que ese
discurso propagandístico se viera “manchado” por
una obra como ésta en la que Dios se propone como el único que da sentido a la
libertad humana.
-TENIENDO
EN CUENTA QUE ES USTED PROFESOR UNIVERSITARIO ¿POR QUÉ LE RECOMENDARÍA ESTA
OBRA A SU ALUMNADO? ¿SE TRATA DE UNA OBRA PARA TODOS LOS PÚBLICOS, JÓVENES,
ADULTOS, CREYENTES, ATEOS…?
-Hace poco hablé de la obra en
clase, casi de pasada. El caso es que tras el examen una alumna me escribió
para darme las gracias, y lo que destacó del curso fue, precisamente, la
mención a esa obra. Le había llamado tanto la atención que ese mismo día la consiguió
para leérsela. Por lo menos a ella, me decía, le había conmovido y
despertado. Barioná es así: al
buscador, le abre horizontes. Al creyente, le ayuda a contemplar con una
belleza inusitada el misterio de la encarnación. Al descreído o al ateo, al
menos, le interpela porque le enfrenta radicalmente ante la
opción del sentido o del absurdo… Logra
lo que supuso Belén: toda la humanidad fue
convocada a adorar al Niño, y todos acudieron: pastores y reyes, propios y
extraños, judíos y extranjeros.
-CUÉNTENOS BARIONÁ EN
DIEZ PALABRAS.
-Te doy dos opciones. Se pueden
hacer muchos tuits así: “Dios se ha encarnado: la indiferencia no es una
opción”. “Dios es un niño tierno, abrázalo: te llenará de amor”.
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