DAVID LÓPEZ-ZUAZO LLAMA A «NO QUEDARSE DE BRAZOS CRUZADOS» ANTE EL ATAQUE A OCCIDENTE
David Lopez Zuazo, comunicador, guionista y
director de proyectos audiovisuales y películas, relata su experiencia en la
Nueva Era, sus peligros, y su concepción tras su conversión de lo que llama una
"guerra espiritual".
A sus 25 años, David
López-Zuazo se
muestra clarividente en sus reflexiones en torno a la fe, la crisis de un mundo
que considera un "caos absoluto" y
su llamado a "no quedarse de brazos cruzados" ante el
ataque a los pilares de Occidente.
Parece no callarse ni tener miedo a mostrar su fe en público, como hace en
sus redes sociales con frecuencia y
también recientemente en el canal El
rosario de las 11 pm.
Sorprende que hace solo unos días
no estuviese apenas confirmado y que su práctica religiosa no supere los dos
años. Aunque nació en una familia firmemente católica, recuerda no haber
sentido nunca "conexión con la Iglesia" y
"como mucha gente", se
alejó de la fe en la adolescencia.
Tras diluirse su vinculación
religiosa, no pasó mucho hasta que comenzó a declararse un agnóstico convencido de que "había algo más que no sabía", pero
sin plantearse buscarlo en la fe.
Su apertura a la "espiritualidad en genérico", como lo
llama, tuvo lugar durante la pandemia, cuando comenzó a reflexionar sin pausa y
comenzó a leer autores de crecimiento personal. El "salto"
a la espiritualidad y religiones orientales no
fue difícil, y pronto estaba imbuido de los referentes mundiales en las
doctrinas new age.
A las lecturas le siguió la meditación, encontrando "resultados" que no hallaba en otras
prácticas.
Para él solo se trataba de una
forma de "sentir la realidad espiritual" que siempre había intuido. Pero al año siguiente
de la pandemia, la práctica aparentemente inocente mutó en credo y convicción.
"Soy
espiritual pero no religioso, todos somos uno, todos tenemos una divinidad que sacar y explotar,
nuestro objetivo es la iluminación espiritual"… El joven comunicador asumió firmemente aquella batería de ideas y entró "de lleno" en la Nueva Era.
PELIGROS
DE LA NUEVA ERA, SEGÚN UNA VÍCTIMA
En poco más de 25 minutos, David
es capaz de relatar su experiencia y testimonio al tiempo que sintetiza los
principales peligros de la Nueva Era y sus vías de entrada.
Una de las que más captó su
atención fue el concepto de "llamas
gemelas, como "relaciones
románticas que tienen que ver con lo espiritual", explica.
También empezó a ver "señales" en su día a día que
consideraba provenientes "del universo",
como si le hablase "con señales
o sincronicidades, casualidades que no puedes explicar".
"Me empecé a
obsesionar mucho con ese mundo, a alejarme de la realidad, de mis amigos y
familia", recuerda, advirtiendo de cómo la
Nueva Era, "te hace creerte una persona más
espiritual que los demás".
"No dejan de
decirte que te dijes en las señales, en que el universo te habla o que tienes
la divinidad dentro y eso lo que hace es aislarte. En mi entorno nadie pensaba
como yo. Me daba una sensación de sentirme especial y esta es
otra de las cosas bastante mala y peligrosas de la nueva era, la soberbia.
Te dicen que eres especial porque estas despierto y los demás no", explica.
También advierte de cómo en la
mentalidad new age "no existe
el mal, el pecado y todo es relativo", también de uno de los principales engaños de
estas doctrinas, "que todas las religiones
hablan de lo mismo. Buda, Jesús o Mahoma son lo mismo".
UN
AGNÓSTICO NEW AGE EN EFFETÁ
Con todo, el joven "estaba abierto a todo lo espiritual"
y admite que no rechazaba la religión, que "podía
haber ido a un retiro cristiano o a un templo budista, solo quería aprender
sobre todo".
Por eso no se sorprendió cuando
una amiga católica le propuso ir a uno de los retiros de Effetá.
"Pensaba que
estaba por encima de la religión, que al ser espiritual había dado un paso más
allá y fui con esamentalidad, de `yo se la verdad y ellos todavía no´", admite.
Effetá no le devolvió la fe ni
motivó su conversión. En su caso, le proporcionó "algunas
claves" y "plantó algunas
semillas". Entre
ellas, quedó impactado por "la felicidad
genuina y la sensación de comunidad de los jóvenes" y
salió del retiro cargado de una felicidad que no sabía explicar".
"David & Goliat", es
una de las películas dirigidas por David López-Zuazo.
Acababa de terminar la carrera de
Comunicación Audiovisual y no encontrar trabajo se convirtió en algo que
recuerda como "providencial".
Dedicaba sus días a postular a
ofertas de empleo e investigar sobre la Nueva Era, cuando descubrió que "el despertar de luz y amor" era solo un
mito para envolver "un origen
oscuro de ocultismo".
ENCONTRÁNDOSE
"CON EL MAL"... Y ENFRENTÁNDOLO A LOS SANTOS
Primero conoció el mensaje de la
ocultista Helen Blavatsky, conforme "notaba
que estaba rozando algo oscuro y realmente malo".
"Todo cambio
cuando me topé con algo que sí era trascendente pero de una naturaleza
distinta. Me topé con el mal y cuando te topas con el mal, con la
naturaleza del mal real, muchas veces te vas al lado contrario. Descubres el
bien", afirma.
El joven comenzó a ver
testimonios y casos de personas que habían profundizado en la Nueva Era, vídeos
que desmentían a sus principales referentes y descubriendo que carecían de una moralidad real, lo que acabó siendo una "clave" en su incipiente cambio de
perspectiva.
También conoció a los santos, a
los que comparó con los gurús new age.
"¿Quién está
más cerca de lo trascendente, alguien espiritual que no tiene moral o una
persona virtuosa, que se entrega, cuyo amor es tan fuerte para sacrificarse
[por otros]?", se preguntaba.
Sin miedo a cuestionar sus ideas,
Zuazo se interesó por el Antiguo Testamento e historias bíblicas. Conforme las conocía, "sentía que lo que estaba leyendo era
la verdad y que no había otra. Me estaba empezando a dar cosas que
no me daban las espiritualidades o la meditación".
UN
CAMBIO RADICAL: "LO DEJÉ TODO Y LA MISA SE HIZO NECESIDAD"
Llegado un momento, recuerda como
"todo hizo click".
"De
repente sentí que el único camino era Jesús y comprendí de forma
intuitiva que realmente vivimos una batalla espiritual contra el mal y
que hay muchas cosas que al final solo quieren separarnos de la única
verdad", subraya.
El joven comenzó a servirse de
personalidades católicas o cercanas a los postulados cristianos como el
obispo Robert Barron o
el psicólogo Jordan Peterson. Mientras,
observaba como la meditación dejaba de resultarle útil, y le "aislaba cada vez más".
ENTONCES EL CAMBIO FUE
RADICAL.
"Empecé a
profundizar solo en la religión cristiana, dejé de meditar y empecé a ir a
misa diaria. La misa cambió. Dejó de ser algo curioso y empezó a ser
una necesidad. La primera confesión me ayudó mucho, me liberó de lo que venía
arrastrando y me sentí libre y ligero", relata.
"NO
PODEMOS QUEDARNOS DE BRAZOS CRUZADOS"
Desde que regresó a la fe relata
cómo ha cambiado su vida. Además de lo estrictamente religioso, como frecuentar
los sacramentos o el rezo del rosario, asegura cómo sus relaciones
"han mejorado por completo",
vive "feliz y pleno, con un sentido que antes no veía", y ha
comprendido como "Dios estaba ahí desde el
principio", cuando su madre conversa rezaba el rosario por él o
incluso cuando lo que creía "sincronicidades"
era realmente "Dios tratando de llamar
la atención".
"Feliz y plena", con
"un sentido" que antes no tenía y con unas relaciones sociales
que han mejorado "por completo": así describe su vida David
López-Zuazo tras abandonar la Nueva Era y retomar la fe.
Concluye hablando de lo que
considera su deber "como católico" ante una "guerra espiritual" en la que "el mal
es cada vez más fuerte y
busca alejar a la gente de Jesucristo".
"Tenemos que
enfrentar esa batalla con coraje, humildad, oración constante, yendo a
los sacramentos, rezando el rosario y afrontando el futuro con
esperanza, porque aunque el mundo esté así, el corazón de María ya ha ganado.
Vivimos un tiempo de caos, donde los valores que nos han acompañado se
despedazan poco a poco, y no podemos quedarnos de brazos cruzados",
finaliza.
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