jueves, 9 de marzo de 2023

"ASÍ ENTRA AL CIELO EL PAPÁ DE UN SACERDOTE"

 Al igual que las madres de los sacerdotes; que al poner en sus difuntas manos, durante su funeral, el manutergio que se colocó y limpió las manos "bañadas" de Crisma sirve como muestra del Sacerdocio del Hijo (alter Christus) y ésta goza del cielo en la eternidad.

El padre (papá) del sacerdote también goza de estos derechos con lo siguiente:

El recién ordenado sacerdote entrega a su padre una estola confesional morada después de que el sacerdote escuche sus 3 primeras confesiones.

Es decir; que el neo-Presbítero ha de escuchar a 3 personas y confesarlas como perdonarlas previas a su cantamisa y guardar dicha estola como se guarda el manutergio que se le entrega a la Madre.

Después de haber entregado el manutergio a la Madre; el nuevo Sacerdote, se dirige a su padre y le dice: "Papá; te entregó la estola de mis primeras confesiones; que al morir se colocarán entre tus brazos; brazos y manos que me cargaron y me forjaron como hombre; hombre de Dios; y así será como Dios dispondrá de tu entrada automática al Reino por el simple hecho de ser mi Padre".

De modo que al morir; durante su funeral, la estola se coloca entre el hombro, pecho y manos del difunto padre, para que cuando se presente ante Dios y de una vez acabado el juicio particular, éste pueda sacar la estola que trae en sus manos y decir: "Mi hijo me ha perdonado, Tú mismo me has perdonado"; esto pues, refleja el carácter "in persona Christi capitis" que el sacramento imprime en el sacerdote.

Esta tradición reconoce el hecho de que los padres son esenciales para la formación de hombres buenos y santos, ya que los hijos miran constantemente a sus padres para saber lo que significa ser un hombre.

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