El director de la Enciclopedia Católica, José Gálvez Kruger, señaló la importancia del muro pretil del siglo XVI hallado debajo de la Basílica y Convento de San Francisco en Lima (Perú) y la necesidad de su restitución como elemento importante para la riqueza cultural y artística de la capital peruana.
A mediados de septiembre, unos arqueólogos descubrieron a los pies de la Basílica y Convento de
San Francisco restos de la anterior construcción del Santuario de Nuestra
Señora de la Soledad que se habría edificado en 1603.
Los trabajadores municipales también hallaron el piso original de la
plazuela del Convento de San Francisco y restos del muro pretil o cerco
perimétrico que se cimentó sobre la antigua Iglesia de la Soledad cuando fue
sepultada, y que ahora rodea la Basílica.
Los arqueólogos encontraron también un arco de piedras que sería el
inicio de una especie de túnel subterráneo que lleva a cuatro nuevas catacumbas
del actual Santuario de Nuestra Señora de la Soledad y conduce a la capilla
sepulcral del Santuario que hoy es la sacristía eclesial, donde yace la imagen
del “Cristo del Descendimiento” de 400 años
de antigüedad.
En un artículo publicado en El Comercio,
José Gálvez, intelectual especializado en los estudios de emblemática y
simbología católica barroca, indicó que “Lima es
una ciudad de inmensa riqueza cultural y artística; y su conjunto monumental
más querido es San Francisco”.
Gálvez señaló que, a pesar de la importancia de la basílica en la
arquitectura limeña, esta “sufrió las mutilaciones
más bárbaras y bestiales”, siendo una de las más graves “la supresión del muro pretil que lo adornaba, a fines
del siglo XIX”.
Además, resaltó que la reposición de este muro “no
es optativa, es necesaria y conveniente”, y restituirá “uno de los elementos más importantes de la Lima barroca
y del conjunto monumental franciscano”.
“Lima ha perdido, y pierde constantemente su
patrimonio histórico, desdibujando sus particularidades esenciales. Será la
primera vez que la veremos recuperando con precisión científica algo que se
creía perdido para siempre”, agregó.
El hallazgo fue liderado por el arquitecto Luis Martín Bogdanovich,
gerente del Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de
Lima (Prolima) a cargo del Plan Maestro del Centro Histórico de Lima iniciado
en 2019.
Gálvez resaltó el trabajo de ProLima y señaló que el proyecto recuperará
la “integridad y autenticidad del exterior
conventual” y rescatará “la memoria
simbólica de Lima a partir de fundamentos históricos, emblemáticos, rituales,
arquitectónicos y urbanísticos probados, sobre los cuales no cabe duda
académica alguna”.
Gálvez resaltó la importancia del diseño arquitectónico del conjunto
franciscano como portador de un “discurso teológico
claramente visible para quien lo sepa interpretar” e indicó que retirar
la reja colocada en 1987 devolverá a la ciudad un espacio público que
facilitará “toda expresión cultural inmaterial
asociada a la plazuela”.
Finalmente, señaló que el muro muestra un “relato
pasionista, calvarista y cardiomórfico”, donde se “buscaba la transformación del corazón humano a la vista
de la pasión de Cristo”.
“El muro pretil, clavado de cruces, no era un
simple cerco, sino parte de un vía crucis compuesto por fray Luis de Cervela, a
quien debemos el monumento que hoy conocemos. Fruto de su erudición, piedad y
ciencia, todos los elementos decorativos conjugan maravillosamente la teología
y la architectura Dei”, concluyó.
El Conjunto Monumental de la Basílica y Convento de San Francisco fue
declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en el año 1988 y el 12 de
diciembre de 1991, como extensión de ello, el Centro Histórico de Lima fue
declarado Patrimonio Mundial Cultural por la UNESCO.
Redacción ACI Prensa
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