miércoles, 15 de abril de 2020

COSAS QUE SE VEN POR LA WEB: LA SEDE, LA CRUZ, EL CIRIO PASCUAL...


        Con esto de la pandemia, confinamiento, Misas y liturgia por Internet, Facebook, canales de Youtube, TV, etc., se ven muchas cosas, y no todas fieles a la liturgia precisamente. Tal vez por falta de formación, porque nunca lo enseñaron bien en Seminarios, Juniorados o clases de liturgia, o porque imitan lo que han visto en otros sitios, sin saber si está bien o mal, simplemente imitan porque les gustó o les pareció novedoso.
            -LA SEDE:
    La sede es un elemento obligatorio en el Misal actual: y desde la sede se comienza la Misa y se realizan los ritos iniciales. El diácono, o un acólito, presenta el libro al sacerdote, y si no hay ministro, se coloca un atril discretísimo, sin paños ni adornos, para sujetarlo. Pero la Misa no se comienza en el altar, ni los ritos iniciales (saludo, acto penitencial, Gloria, Oración colecta) se hacen desde el altar. No, simplemente no. El sacerdote va a la sede. ¡La sede! También desde la sede haría la homilía (aunque es verdad que se permite hacerla desde el ambón) y en la sede dirigiría la oración de los fieles y los ritos finales de la Misa.

           Repetimos: La Misa no se comienza desde el altar, los ritos iniciales no se hacen en el altar. Se va a la sede. Baste leer el Ordo Missae: “Cuando llega al altar, habiendo hecho con los ministros una inclinación profunda, venera el altar con un beso y, si es oportuno, inciensa la cruz y el altar. Después se dirige con los ministros a la sede. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice: En el nombre del Padre…”
  
La sede tiene su significado: es Cristo Cabeza presidiendo la Iglesia que es su Cuerpo. Por eso es un lugar litúrgico significativo que merece ser respetado. Dígase lo mismo en las capillas u oratorios de religiosos. Quien preside la Santa Misa, no es uno más –como pueda serlo en Capítulo o en el Refectorio, limpiando los pasillos o poniendo una lavadora, etc.- sino signo de Cristo, actuando in persona Christi, con casulla, y tiene una sede propia, no se sienta en sitios iguales que el resto de sus hermanos frailes –sean o no ordenados-.
            -LA SANTA CRUZ:
   En el Oficio de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, la segunda parte de la liturgia es la adoración de la Santa Cruz. Su fuerza pedagógica, visual, está en que ahora se trae la cruz desde la sacristía, velada, o desvelada desde el fondo del templo: la trae el diácono con dos acólitos que portan cirios, o el sacerdote, si no hay diácono, u otro ministro idóneo, dicen las rúbricas del Misal. Pero no está desnuda y presidiendo desde el principio en el centro del presbiterio: ¿qué diferencia habría con los demás días en que debe presidir el Crucifijo bien visible, cerca o sobre el altar?
            Al desvelar la Cruz, o en la procesión desde el fondo de la iglesia, a cada invocación: “Mirad el árbol de la cruz… Venid a adorarlo”, hay una pausa adorante, y todos se ponen de rodillas. “Todos responden: Venid a adorarlo, y acabado el canto se arrodillan y adoran en silencio, durante unos momentos, la cruz, que el sacerdote, de pie, mantiene en alto”. ¡Es un gran signo de adoración silenciosa ante el Misterio del Señor Crucificado! ¡Qué pena cuando se omiten esas tres postraciones y apenas hay ni pausas ni silencio que den relieve a la mostración de la Cruz!
            -EL CIRIO PASCUAL.
      Es el signo de Cristo mismo Resucitado, Señor y Dueño de la historia, en cuya mano están el poder y la fuerza. Es un cirio hermoso, relativamente grande, y donde destaca –y el sacerdote lo signará en el rito del lucernario- una cruz con la fecha del año en curso, el Alfa y la Omega, y, si se quiere, los cinco granos de incienso. Eso es lo que debe destacar en el cirio pascual.
POR EJEMPLO, LOS SIGUIENTES CIRIOS DE ESTA IMAGEN:
            ¿SE PUEDE PINTAR O DECORAR EL CIRIO PASCUAL?
Nada hay que lo prohíba. Pero no se puede convertir simplemente en un cirio más gordo pintado de arriba abajo con iconos, o lemas y frases, o con el paisaje del pueblo, o la imagen del santo Fundador de la Orden, o….  que desplazan la cruz con el año que ni siquiera se ve, o se pinta pequeña en la parte posterior, etc. Hace falta mesura, buen gusto, criterio litúrgico con el cirio pascual. La creatividad pintando cirios se podría emplear en pintar otros cirios más normales, delgados, que sirvan para el presbiterio y el altar. Pero habremos de respetar el sentido  del cirio pascual, un sentido puramente cristológico.
            Recordemos también el sitio del cirio pascual: junto al ambón, o también se permite, aunque tiene poco sentido, que esté junto al altar. Ni  en medio del presbiterio, ni al otro lado del presbiterio en simetría con el ambón ni en medio del crucero de la iglesia… Su lugar tradicional es junto al ambón, porque es el Resucitado iluminando las Escrituras, revelando su sentido cristológico.
            Se encenderá para la Misa, para las Laudes y las Vísperas de cada día de la cincuentena pascual. Después de las II Vísperas de Pentecostés, se retira el cirio pascual al baptisterio, y sólo se encenderá durante el resto del año para el sacramento del bautismo y para el rito exequial (no para las Confirmaciones, o para Bodas, o para Primeras Misas, o para profesiones religiosas…). A veces, para solemnizar algún rito, encendemos también el cirio pascual y lo colocamos en el presbiterio fuera de Pascua: ¿no nos damos cuenta de que es cirio pascual, para la Pascua, y fuera de la Pascua tiene un uso litúrgico muy restringido?
Javier Sánchez Martínez

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